tag:blogger.com,1999:blog-29957192617299089592024-03-14T03:38:55.668+00:00freakyonline!provafreakyhttp://www.blogger.com/profile/00771580599983537189noreply@blogger.comBlogger359125tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-60096322771398749922024-02-25T21:32:00.004+00:002024-02-26T08:34:38.986+00:00Los tebeos que marcaron mi vida #06: BLAME!<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7uEePPnWAgcrNVv7kWtQhsUrLZC3CDNl3ImWlt55-UnY9a9ezTMH75fx0lBFemXOF_Iwq4bmaavd2MzCj2Hp95vQdam9jDyEfy1lUBZlZ2Td099FJP_EIhlZ7f0r-DyXR4RnIBNEHi6-5RDHqoxYlH-98Js18YsJkAcQOeUgUu0euwen52W6sN1p5-Gc/s1500/blame%201.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="962" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7uEePPnWAgcrNVv7kWtQhsUrLZC3CDNl3ImWlt55-UnY9a9ezTMH75fx0lBFemXOF_Iwq4bmaavd2MzCj2Hp95vQdam9jDyEfy1lUBZlZ2Td099FJP_EIhlZ7f0r-DyXR4RnIBNEHi6-5RDHqoxYlH-98Js18YsJkAcQOeUgUu0euwen52W6sN1p5-Gc/w128-h200/blame%201.jpg" width="128" /></a></div><p><b>BLAME. Tsutomu Nihei (Glénat / Panini, 2001-2024).</b></p><p>Es muy probable que cualquier aficionado al cómic sepa qué es <i>BLAME!</i>, incluso pueda describir algunas de sus recargadas páginas, pero no tantos podrán explicar de qué trata. Su huella es estética: tenebrosas manchas de negro, finísimas tramas manuales, arquitecturas imposibles y una dinámica que no cesa de la primera a la última página. Nihei no es amigo de los diálogos; se explica a través de vacíos inmensos y escenas de acción. ¿Que de qué va? No sé, hay un mundo tecnológico en decadencia, unos bichos muy cabrones y una chica. Ni idea, pero ¿qué más da? La sensación que te dejaba en el año 2001 era como la de estar viendo, precisamente, <i>2001: odisea del espacio</i>, con el monolito ese dando vueltas. Su estilo ha dejado huella; podemos apreciarlo en el diseño de personajes de la aclamada <i>Gantz</i> (Oku Hiroya, 2002, Glénat) o en mangas de corte gótico, como <i>GOTH</i> (Otsuichi y Kenji Oiwa, EDT, 2013). Por no hablar de los títulos...</p><p>Sin duda, por aquella época estábamos acostumbrados a estilos muchos más híbridos que los que imperan hoy en día en el shōnen. Habíamos gozado como niños del extraño realismo de los mafiosos de Ryōichi Ikegami o del mundo apocalítico de Otomo, pero en Nihei apreciamos una premeditada experimentación. Aquí, un diseño de personajes 100% manga (ojos imposibles, siluetas esbeltas, peinados de cartón piedra...) combina con un uso de las tramas manuales y los pinceles que recuerda tanto al cómic europeo como al viejo manga de samuráis. Uno diría que hay mucha reflexión tras el trazo final, y es inevitable ver la mano de muchos otros referentes. Si bien el influjo de Masamune Shirow es tan evidente como presupuesto, tampoco puedo evitar recordar el <i>Genocyber</i> de Tony Takezaki cada vez que leo <i>BLAME!</i> Y, por la vertiente europea, tengo ahora mismo delante de mí la viñeta de una ventana que podría haber dibujado Moebius (ver <i>BLAME! Noise</i>, Panini, 2023, pág. 102).</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMg-Hxy-Tx1WFdtaC9qTr7lHTMNpAS28YxJ3dIn37iuNjTaYJtSZaHJzup3MEHBibZILQDy4MapdRIL_qUMCHT1vLl9yYriQIMSHREQi11aB_EyKh13FxDEf86-pGVhlmitEOYlT0APuTNGP72rbbbzBiaAz72LHWB_zSMzcp3jo1pfuOi0Mugcp3CO5w/s1600/WhatsApp%20Image%202024-02-25%20at%2022.23.49.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMg-Hxy-Tx1WFdtaC9qTr7lHTMNpAS28YxJ3dIn37iuNjTaYJtSZaHJzup3MEHBibZILQDy4MapdRIL_qUMCHT1vLl9yYriQIMSHREQi11aB_EyKh13FxDEf86-pGVhlmitEOYlT0APuTNGP72rbbbzBiaAz72LHWB_zSMzcp3jo1pfuOi0Mugcp3CO5w/s320/WhatsApp%20Image%202024-02-25%20at%2022.23.49.jpeg" width="320" /></a></div><p>2001 era el año de <i>El Almanaque de mi padre</i> (Jiro Taniguchi, Planeta DeAgostini) y <i>Monster</i> (Naoki Urusawa, Planeta DeAgostini), y estábamos a las puertas de <i>La Sonrisa del Vampiro</i> de Suehiro Maruo (Glénat, 2002). La apuesta de las editoriales por el manga para lectores maduros se había desinflado, y atrás quedaban títulos como <i>World Apartment Horror</i> (Katsuhiro Otomo y Satoshi Kon, Planeta DeAgostini, 1994), <i>Patrulla Especial Ghost </i>(aka <i>Ghost in the shell</i>, Masamune Shirow, Planeta DeAgostini, 1993) o <i>La escolta del sultán</i> (Haruka Takachiho, Katsuhiro Otomo y Akihito Takadera, 1996, Planeta DeAgostini). A las puertas del boom del manga en nuestro país, los lectores que habíamos crecido con <i>Dragon Ball</i> leíamos con avidez todo aquello que se alejaba del manga para adolescentes; no por renegados, sino símplemente porque nos hacíamos mayores y esperábamos que aquel sueño de ojos imposibles nos acompañara eternamente. Desrgraciadamente, no pudo ser.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoZD08Kz7Yj0qyUY3fSiiQMzwhlC8ZhBg9ktzMiQ4ZoVfPrwren4oYX9f6X-2tBgBCBWtLzJygsZV2zFtIIzeuZmVQDdMXzRuiO7YVxhR3qetFwhY8PNZXNBc6QLkt8yeGjipSAr1JZYrdkzgGd25y-_z6JXuE0YToOCkOqjQgbGUfRh0Q02aWzYSeXz0/s500/blame-noise.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="354" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoZD08Kz7Yj0qyUY3fSiiQMzwhlC8ZhBg9ktzMiQ4ZoVfPrwren4oYX9f6X-2tBgBCBWtLzJygsZV2zFtIIzeuZmVQDdMXzRuiO7YVxhR3qetFwhY8PNZXNBc6QLkt8yeGjipSAr1JZYrdkzgGd25y-_z6JXuE0YToOCkOqjQgbGUfRh0Q02aWzYSeXz0/w142-h200/blame-noise.jpg" width="142" /></a></div><p><b>BLAME! Noise</b></p><p>Pero sacudamos la cabeza, que la nostalgia es una cosa muy demodé ya. Panini cierra ahora la nueva edición de <i>BLAME!</i> con <i>BLAME! Noise</i>, una especie precuela que en realidad es solo —que no simplemente— una historia ubicada en un tiempo anterior (diría que contiene la elipsis más vasta que he visto nunca: treinta siglos). Pero, aún más, no se disfruta tanto por su argumento, que aporta poco a lo leído hasta aquí, como por la pieza de coleccionista que es. Si dejamos a un lado el capítulo central, que es Nihei en estado puro, el resto de pasajes parecen ensayos de lo que acabaría siendo, o podría haber sido, <i>BLAME!</i>. En lo gráfico, encontramos degradados y aguadas impropias del estilo que lo ha hecho popular. En lo narrativo, nos topamos con capítulos inusualmente dialogados. Y, como broche de oro, tenemos la historia que sirvió de germen para la obra final, publicada originalmente en 1995, cuando el autor tenía 24 años.</p><p>En resumen, <i>BLAME! Noise</i> es un cómic para completistas, la guindilla para uno de los mangas más influyentes en su género. ¿Nada nuevo? Puede ser, pero qué bien sienta volver a adentrarse en ese mundo tan tenebroso y solitario. Donde otros grandes maestros levantaron mundos, Nihei construyó una pesadilla.</p><p><br /></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-46118000246556464732023-11-13T11:35:00.005+00:002023-11-16T08:55:37.874+00:00"Último fin de semana de enero", de Bastien Vivès<p>Empiezo esta reseña sobre lo último de <b>Bastien Vivès</b> hablando de Darren Aronofsky, cosa que tal vez no haya hecho nunca nadie antes. Con motivo del estreno de su tercer gran trabajo, <i>La Fuente de la Vida</i> (2006), en el festival de Sitges, se dijo mucho eso de que era "poco Aranofsky" e incluso "un poco Kubrick". El director, visiblemente sorprendido, respondió que no era consciente de que hubiera un "estilo Aranofsky". Supongo que para un artista, al contrario que para un artesano, no hay nada peor que repetirse. Es así como me explico películas como <i>Kill Bill</i> o <i>El Aviador</i> en la trayectoria de directores que tal vez han temido encasillarse tanto temática como estilísticamente. Pasa en el Cine, como pasa en la Música y en la Literatura, donde, evidentemente, también existen miles de profesionales que graban siempre la misma canción y escriben siempre el mismo libro, con una visión más de negocio que por amor al arte.</p><p>Sin duda, no es fácil tocar todas las teclas, y qué duda cabe que las obras de todos los grandes artistas son fácilmente reconocibles gracias a unas coordenadas determinadas, sean estas más o menos evidentes: pensemos en un cuadro de Miró o en un libro de Bukowski. Uno no espera que la próxima película de Woody Allen sea una cinta de acción, por ejemplo. O que Destroyer se pase al flamenco fusión. La grandeza, pues, de Bastien Vivès, más allá de sus virtudes y sus aciertos concretos, es esa habilidad insólita de hacer diana con un manga a la francesa como <i>Last Man</i>, una broma pornográfica como <i><a href="https://freakyonline.blogspot.com/2021/09/la-decharge-mentale-de-bastien-vives.html" target="_blank">La décharge mentale</a></i> o títulos más de tradición francófona como <i>La blusa</i> o, el caso que nos ocupa, <i>Último fin de semana de enero</i>.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTqEpuwlpdgTdIPmhOJXI2UuFTUyTHmmMd956a9uSXeoMt1hhP5Z01IXWoGWQM-MdSoV8RzlLBbeS7mnj3AIqgMcm8IQyK3t_qjF65kPAX5Ld-WqOoEU_aXCdXVBtctm-UxHyI1tkOR0U2AVEW7T32rxzDdFCpI3thjs4DHr9EJyefMiiZ2mfi-hd-ZMs/s1466/7F2386E7-E0B7-4080-86BC-BE0700955C9C.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1466" data-original-width="1000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTqEpuwlpdgTdIPmhOJXI2UuFTUyTHmmMd956a9uSXeoMt1hhP5Z01IXWoGWQM-MdSoV8RzlLBbeS7mnj3AIqgMcm8IQyK3t_qjF65kPAX5Ld-WqOoEU_aXCdXVBtctm-UxHyI1tkOR0U2AVEW7T32rxzDdFCpI3thjs4DHr9EJyefMiiZ2mfi-hd-ZMs/s320/7F2386E7-E0B7-4080-86BC-BE0700955C9C.jpeg" width="218" /></a></div><p>El contenido ejercicio que nos propone aquí Vivès consiste en hacernos espectadores de una historia otras veces contada, sin duda: la de un hombre y una mujer que, sumidos en el hastío diario, se dejan llevar por las fuerzas de amor con una inocencia casi adolescente. Son dos personas de mediana edad, con pareja e incluso hijos: un dibujante de tebeos y una doctora. Coinciden en el Festival Internacional de Comic de Angulema, al principio por casualidad y después, cada vez más, a caso hecho. La mentira se instala así en una trama en la que la infidelidad, en realidad, solo es una idea que sobrevuela sobre el tema principal: el enamoramiento.</p><p>La cosa avanza a un ritmo muy Vivès, si es que existe un "ritmo Vivès", en el que bien podemos asistir a una cena que tiene acabar ya a o a una cita de negocios que nunca se acaba de concretar como a un baile que dura tres páginas. Y en esa montaña rusa -entre el estrés de las obligaciones cotidianas y esos lapsos esponjados en los que vivimos la vida que nos han robado- sucede la pequeña historia de nuestros protagonistas. Y si te descuidas, te atrapa, te convierte en comensal de esa cena y pareja de ese baile: el autor juega la carta de meternos en un ambiente que los aficionados al cómic conocen muy bien.</p><p>El peculiar trazo de Vivés, sinuoso y juguetón, aunque más detallado aquí que en otros trabajos, hila a la perfección una historia que, como decía, a veces tiene prisas por acabar la escena y a veces se mece sobre las sábanas.</p><p>¿Genio? ¿Oficio? Sea lo que sea, la cosa le sale siempre bien.</p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-28433054690717827052023-07-06T14:38:00.008+01:002023-07-17T21:08:33.810+01:00La insoportable levedad de la censura<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">En 2003, <b>Hernán Migoya</b> escribió esto, que para mí es, sin duda, uno de los mejores comienzos de la literatura moderna en castellano:</div><p></p><p><i><span style="color: #990000;">Ahora que todos los negros son buenos y todos los maricones unos seres muy simpáticos, a ver si la sociedad ésta se reúne y decide de una vez que no todos los violadores somos mala gente.</span></i></p><p>Vuélvanlo a leer. Obvien el incendio que puede provocar la sonoridad de sus palabras. Reconozcan la brillantez, no solo literaria, sino moral, de la construcción. Reconozcan también su clarividencia.</p><p>Estas palabras provocaron el <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2014/04/todas-putas.html" target="_blank">linchamiento público</a>, y literario, de Migoya y, en este caso político, de su editora, y directora del Instituto de la Mujer en época del gobierno de Aznar, <b>Míriam Tey</b>.</p><p>Ahora, veinte años después, el escritor <b>Juan José Millás</b>, vinculado al rotativo, para algunos rojo —para otros, no—, El País, publica este tweet, en relación con la campaña viral del sector cultural #STOPCENSURA, que señala directamente a formaciones políticas como PP o Vox:</p><p><i><span style="color: #990000;">Primero vinieron a por Virginia Woolf, pero yo no era Virginia Woolf y no me preocupé. Luego vinieron a por Paco Becerra, pero yo no era Paco Bezerra y no me preocupé. Luego vinieron a por la Seminci, pero no soy director de cine y no me preocupé. Luego, a por Lightyear, etc.</span></i></p><p><i></i></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRn6Y6MgmZoEMJGt7BmEbyrTXq9aHxIi0F__oIwF2Rnb6EPzDeupj11Cc284k42ax-9qIGbz52yLiF0hrKIuM5pfgU8MXB0mbzQcmQUQEiNE9o3lx6qfLLMPdUnctysH0fYFmjELdr4KJx-c9cLA3hsf6eFX5fQL_Rebppgp899Wp03AYmd2iRxw1aG4w/s652/light.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="358" data-original-width="652" height="176" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRn6Y6MgmZoEMJGt7BmEbyrTXq9aHxIi0F__oIwF2Rnb6EPzDeupj11Cc284k42ax-9qIGbz52yLiF0hrKIuM5pfgU8MXB0mbzQcmQUQEiNE9o3lx6qfLLMPdUnctysH0fYFmjELdr4KJx-c9cLA3hsf6eFX5fQL_Rebppgp899Wp03AYmd2iRxw1aG4w/s320/light.jpg" width="320" /></a></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br /></i></div></div></div>Hipócritamente, Millás fue uno de los muchos plumillas del mainstream literario nacional que vilipendiaron el libro de Migoya, y al propio Migoya, desde sus atriles. No fue el único. Hasta que vino a callar bocas alguien de la talla de <b>Mario Vargas Llosa</b>, desde las mismas páginas de <a href="https://elpais.com/diario/2003/06/08/opinion/1055023207_850215.html" target="_blank">El País</a> —mucho antes de participar en las convenciones del PP—:<p></p><p><i><span style="color: #990000;">Nadie prestó la menor atención a las declaraciones del autor, Hernán Migoya, recordando que no se debe confundir a los personajes de una ficción con el autor que los inventa atribuyendo a éste las opiniones de aquéllos. (…) Lo primero que cabe concluir de este episodio es que quienes, por oportunismo, hipocresía o simple ignorancia, se precipitaron a blandir el libro de cuentos "Todas putas" como un garrote contra Miriam Tey y el Gobierno que la nombró, tienen una idea de la literatura que coincide milimétricamente con la de los regímenes autoritarios -clericales, comunistas y fascistas- para los que el quehacer literario debe ser sometido a una rigurosa censura previa a fin de impedir que ciertos textos disolventes, inmorales o violentos causen estragos en los incautos lectores, convirtiéndolos en subversivos, terroristas, asesinos y pervertidos. Detrás de esta concepción ingenua y confusa de la manera como las ficciones de la literatura influyen en la vida hay, en verdad, un miedo pánico a la libertad.</span></i></p><p>Sí, el libro se titulaba <i>Todas putas</i>. Después le siguió <i>Putas es poco</i> y, recientemente, <i><a href="https://dolmeneditorial.com/tienda/putas-os-quiero/" target="_blank">Putas os quiero</a></i>.</p><p>En esta misma línea, el director de cine <b>Santiago Segura</b> <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Sj7y7fANDUg" target="_blank">ha explicado</a> en más de una ocasión los problemas que le ocasionó la primera entrega de la saga <i>Torrente</i>:</p><p><span style="color: #990000;">[En la gala de los premios Goya]<i> tuve que decir: "Y recordad, niños, no seáis como Torrente". Hay mucho gilipollas que me dice: "Es que, claro, el personaje es una apología, no es una crítica". Vamos a ver, lo que tú entiendas me parece estupendo, pero no. Claramente es una crítica; me estoy riendo de eso.</i></span></p><p style="text-align: right;"><span style="color: #999999;">[Nota: Ya hablamos de la relación autor/personaje <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2022/02/pudridero-la-fase-anal-y-la-primera.html" target="_blank">en este otro post</a>.]</span></p><p>Más allá del juicio literario de <i>Todas Putas</i>, del que se ha hablado largo y tendido (pueden leer un excelente resumen del propio Migoya <a href="https://www.zendalibros.com/yo-la-que-mas/" target="_blank">aquí</a>), nótese la <b>esquizofrenia ideológica</b> del asunto. De aquellos polvos, estos lodos.</p><p>Recientemente, el programa de TV3 Sense Ficció ha emitido el documental <i><a href="https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/sense-ficcio/el-jueves-46-anys-tocant-els-nassos/video/6229133/" target="_blank">El Jueves, 46 anys tocant els nassos</a>. </i>Como no podría ser de otra manera, el programa se detiene en uno de los más sonados casos recientes de censura política en nuestro país: el secuestro de la revista a causa de esta portada 👇 </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqRENgUXCNf9M8gKELHpgQppiJPAWPGHbOtGUqtpGnbvZEXE6z5fLTjKXYmurzZru4T5ISPMq10MH0yzbumkNJU2-Bw9QfT6hTBrremnT9CYQSL2EtR3MLvLe_BNfK-rwmMR_UjXVhl48sMQ1PQg7vjo1ULQ4qf5oqwd3939uO-ihtkhCJ6RM8tq90n_A/s459/portada%20El%20Jueves.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="459" data-original-width="364" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqRENgUXCNf9M8gKELHpgQppiJPAWPGHbOtGUqtpGnbvZEXE6z5fLTjKXYmurzZru4T5ISPMq10MH0yzbumkNJU2-Bw9QfT6hTBrremnT9CYQSL2EtR3MLvLe_BNfK-rwmMR_UjXVhl48sMQ1PQg7vjo1ULQ4qf5oqwd3939uO-ihtkhCJ6RM8tq90n_A/s320/portada%20El%20Jueves.jpg" width="254" /></a></div><p>El dibujante <b>Manel Fontdevila</b> explica en un momento del documental cómo la dictadura les pilló por sorpresa:</p><p><i><span style="color: #990000;">Fue un momento de desconcierto, porque ya no contabas con que pudiera pasar eso, que secuestraran una revista. Entendíamos todos que la democracia estaba consolidada y que había libertad de expresión.</span></i></p><p>Desde entonces, los casos de censura, ya sea bajo el auspicio de la política de la cancelación, la corrección política o el puritanismo, se han repetido sin cesar: El <a href="https://www.rtve.es/noticias/20210812/cartel-concierto-zahara-toledo-retirado-criticas/2157360.shtml" target="_blank">cartel</a> del concierto de Zahara, la obra de teatro de Paco Bezerra <i><a href="https://ctxt.es/es/20221001/Firmas/41069/santa-teresa-de-jesus-paco-bezerra-teatros-del-canal.htm" target="_blank">Muero porque no muero</a> </i>y ahora <a href="https://www.lavanguardia.com/cribeo/20230703/9085193/censuran-bezana-pelicula-lightyear-debido-beso-mujeres.html" target="_blank">el beso en Lightyear</a>...</p><p>No obstante, es importante que los árboles nos permitan ver el bosque, más allá de la singularidad del caso de El Jueves o de la agitación a las puertas de unas elecciones generales. Es precisamente alguien como Migoya, casi un exiliado en Perú, quien defiende la existencia de una democracia en España. Decía esto en 2021, con un ejemplar del libro <i>Trash,</i> del ilustrador <b>Luis Quiles</b>, entre las manos:</p><p><i><span style="color: #660000;">Para mí, el hecho de poder entrar en una librería de cómics y descubrir y comprar este libro de ilustraciones BRUTALES de Luis Quiles es, hoy por hoy, la mayor demostración de que en España vivimos, mal que bien, en una democracia. Si este hombre viviera en Brasil, Venezuela o Afganistán, ahora mismo la única libertad que estaría disfrutando es un breve trayecto en caída libre desde algún avión y adiós muy buenas. El poder estatal lo "desaparecería" ipso facto.</span></i></p><p>Decidan ustedes <i>en qué país</i> quieren vivir.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiWiH397nvb6m_drQWWW8V6Ah7BiZOTqoma3lpl7GxGQRHSqtYbyhUmX_MiTjJ2Bt7LQ_zqOTto7VxPv3SHds94QFoawYgp45l_r5mCC3j6Drh7OL8Guk9zsW2kQORnCC7gP1vs_JcHs1y3kp8kREDjsVLqYFE2inyr1i3fhb76XVWG0WwSHsHTlY2C0DA" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="1251" data-original-width="900" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiWiH397nvb6m_drQWWW8V6Ah7BiZOTqoma3lpl7GxGQRHSqtYbyhUmX_MiTjJ2Bt7LQ_zqOTto7VxPv3SHds94QFoawYgp45l_r5mCC3j6Drh7OL8Guk9zsW2kQORnCC7gP1vs_JcHs1y3kp8kREDjsVLqYFE2inyr1i3fhb76XVWG0WwSHsHTlY2C0DA" width="173" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Una de las polémicas ilustraciones de <i>Trash</i>, de Luis Quiles</td></tr></tbody></table><br /><p></p><div style="text-align: right;">David G. González</div><p></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-90927440505686688632023-04-18T09:37:00.002+01:002023-04-18T09:55:44.612+01:00La paradoja del Cacaolat: Cómo hemos cambiado el azúcar por la coca<p>No sé si están al tanto de la polémica del Cacaolat. Si le interesa, le dejo <a href="https://www.elespanol.com/social/20230322/relato-viral-joven-explicando-peor-salido-chiquipark/750425338_0.html" target="_blank">aquí el Tik Tok sobre el asunto</a>, y si no, se lo resumo: chica deja a chico porque pide un Cacaolat: "¿Pero tú, chaval, de dónde has salido, del chiquipark?" El revuelo me sorprendió, no tanto por su propia viralización —uno ya está acostumbrado a que cualquier minucia "sacuda Twitter" o "encienda la redes"—, sino por tal desprecio al producto lácteo. Mi sentido boomer se puso alerta: ¿Cómo, el Cacaolat ya no mola?</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimbzCbWGrDl-4NM65h5wTE4hZcgEqpJ0mWUa1jzEdD00kYULfevUniOByI5IFcAR5GJBg3og-4wof9k2WpJWsMNLATlfjWh_R-tb9NytYtXXhDharZtO54Zj_lf7fUYzqGivtEIK-GTSOpXtp0jNFl9IdQ7eIA8_tZ_uU5HKxKQUFIajycpDClwnpV/s494/Cacaolat.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="494" data-original-width="357" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimbzCbWGrDl-4NM65h5wTE4hZcgEqpJ0mWUa1jzEdD00kYULfevUniOByI5IFcAR5GJBg3og-4wof9k2WpJWsMNLATlfjWh_R-tb9NytYtXXhDharZtO54Zj_lf7fUYzqGivtEIK-GTSOpXtp0jNFl9IdQ7eIA8_tZ_uU5HKxKQUFIajycpDClwnpV/s320/Cacaolat.jpg" width="231" /></a></div><p>Tiré de hemeroteca y pude comprobar que este tipo de bebidas, en algún momento, en efecto, molaron. Véase en este anuncio de televisión de 1995 al torero, y también cantante, Jesulín de Ubrique galanteando ante unas chicas con un Cola Cao:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/32R3J3lR4Wc" width="320" youtube-src-id="32R3J3lR4Wc"></iframe></div><div><br /></div>Es posible que, de primero, esto suene a chiste, a la mera gracia del que firma estas líneas. Pero he escogido los anuncios de televisión como indicador de los referentes culturales de la juventud de los 90 porque era ahí donde se jugaban los cuartos. No es fácil encontrar datos abiertos sobre las tarifas de publicidad televisiva del siglo pasado, y, en todo caso, no tienen en cuenta la inflación y otros aspectos que pongan en contexto las cifras. Ya en los 2000, el precio de un spot en prime time estaba entre los 15.000 y los 45.000 euros. En 2010, parece ser que colocar un anuncio en la serie <i>Física o Química</i>, que alcanzó los cuatro millones de espectadores, <a href="https://www.espinof.com/publicidad/cuanto-cuesta-un-anuncio-de-tv-en-espana-actualmente">podía llegar a costar unos 60.000 €</a>. La producción del <a href="https://www.youtube.com/watch?v=7XNLmIvZXEY" target="_blank">anuncio dela lotería de Navidad de 2012</a> costó 3'5 millones, lejos, pero tampoco tanto, de los 8'1 del <a href="https://www.youtube.com/watch?v=hb9l8vWASzQ&embeds_euri=https%3A%2F%2Fokdiario.com%2Fcoolthelifestyle%2Fcultura%2Focio%2F8-anuncios-mas-caros-historia-45753&feature=emb_imp_woyt" target="_blank">anuncio de Pepsi de Britney Spears</a>. Si una marca millonaria apostaba por una cara conocida, era porque los estudios de márquetin, las audiencias de televisión o las ventas de discos o revistas del corazón apoyaban tal decisión. Había <a href="https://www.youtube.com/watch?v=sZ5kzqcg5ng" target="_blank">excepciones</a>, como siempre.<div><br /></div><div>Pero, por si acaso este anuncio de Jesulín les resulta un tanto descafeinado, veamos este otro protagonizado por el actor, y también cantante, Micky Molina. La cosa se ponía un poco más intensa, y el hijo de Antonio Molina recomendaba a los jóvenes no tomar "cosas raras" en un argot muy "dabuten":</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/b30GvlpZ23Q" width="320" youtube-src-id="b30GvlpZ23Q"></iframe></div><br /><div>Resulta interesante recordar aquí que el actor <a href="https://www.larazon.es/gente/micky-molina-se-defiende-tras-atropellar-a-una-nina-de-9-anos-no-estaba-borracho-NH24453349/" target="_blank">atropelló a una menor</a> conduciendo borracho en 2019. No saco el dato a relucir por el morbo, sino como prueba, no de la hipocresía del <i>star system</i>, sino de la credulidad del espectador en aquellos años. Un defecto conocido y explotado sin escrúpulos por los publicistas, que sabían que Jesulín podía vender la misma bebida para enfrentarse a un toro (o a una mujer) y para ir a dormir:</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/pT8_G3pERBM" width="320" youtube-src-id="pT8_G3pERBM"></iframe></div><br /><div>Y aquí llegamos al meollo. La vida sana en la publicidad destinada a los jóvenes es un leitmotiv que se repite en la publicidad en España desde los años 80 hasta principios de los 2.000, al contrario de lo que se podría inferir sobre lo que sucede hoy en día del TikTok con el que hemos abierto este post. Y, como no, no podía faltar el deporte en esta ecuación, otra de las grandes hipocresías de esta sociedad. Encontramos infinidad de anuncios con mensajes de buena voluntad protagonizados, sobre todo, por futbolistas, y muy a menudo acompañados de niños. Si hubiera que elegir uno, sin duda sería este:</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/Z_DWo_HqXws" width="320" youtube-src-id="Z_DWo_HqXws"></iframe></div><br /><div>Más buenas intenciones: ¿Se imaginan a Ibai Llanos o Dadee Yankee haciendo hoy una campaña de concienciación sobre cualquier cosa, sobre ponerse condón o no conducir borracho? Antes, sí pasaba:</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/rn5JXNdkK1o" width="320" youtube-src-id="rn5JXNdkK1o"></iframe></div><br /><div>Hay que decir, no obstante, que es poco habitual encontrar a referentes culturales juveniles hoy en día protagonizando anuncios de televisión al uso, signo inequívoco de que los consumos están cambiando, y que, por tanto, el dinero se está moviendo. Según datos del portal <a href="https://es.statista.com/estadisticas/475346/television-gasto-en-publicidad-en-espana/" target="_blank">Statista</a>, la inversión en publicidad televisiva en España sufre un notorio decrecimiento desde 2017.</div><div><br /></div><div>Pero sorprende que, sea en un spot o de otra forma, las jóvenes estrellas no acostumbren ya a vincular su nombre con marcas de coches, que durante décadas han sido símbolo de rebeldía e independencia (de nuevo, hay <a href="https://www.youtube.com/watch?v=RaMV0EJIggY" target="_blank">excepciones</a>). En este anuncio de un Renault Clio de 1992, vehículo juvenil por excelencia durante dos décadas, he encontrado casualmente uno de los escasos spots juveniles protagonizados por una mujer referente, aunque sea como parte de un trío en este caso:</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/fLe_8APnySY" width="320" youtube-src-id="fLe_8APnySY"></iframe></div><div><br /></div><div>Precisamente, otro de los valores que han cambiado drásticamente desde los 80 es el de la masculinidad. Cabría pensar que hemos evolucionado, pero ahora nuestros hijos tienen por ídolos a artistas que cantan "La segunda tiene la funda y me paga pa' que se lo hunda" (Dadee Yankee) o "Señor agente, me puso caliente: yo no soy culpable, ni soy indecente" (Juan Magan) y hace cuarenta años, en cambio, lo más malote que se podía hacer era dejarse una barba de tres días:</div><div><br /></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dzjRaDY8R5OW5nLpGE9-p_8sZGhe8qhDlYeyfSJSJXBZgOkmQCqLUmbRrS1HNKh6KVsDOfBsIY3SYzrUpcWqg' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><br />Y es que, no: la música "juvenil" no ha sido siempre un nido de gánsteres y violadores. En otra época se podía triunfar siendo más blanco que el Perlán y anunciando, de nuevo, bebidas chocolateadas. Aquí un ejemplo del hombre que conquistó la televisión en los 90, presentando programas adultos, juveniles y familiares y protagonizando series de televisión. Y, sí, también cantaba:</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/XWlJ0-sGVDo" width="320" youtube-src-id="XWlJ0-sGVDo"></iframe></div><br /><div>Véase la paradoja: hoy no nos resulta extraño ver a ídolos juveniles conduciendo coches deportivos, exhibiendo armas de fuego o tratando a las mujeres <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-58962466" target="_blank">como a perras</a>, pero a nadie se le ocurría beberse una bebida azucarada. Hemos pasado de demonizar la coca a prohibir el azúcar.</div><div><br /></div><div>Sería ingenuo por nuestra parte pretender que estos anuncios eran un reflejo de la realidad, que la juventud de aquellas épocas era tan sana como lo pretendían ser sus estrellas de la tele. Pero, recuerden, que no hemos venido aquí a sentar cátedra. Solo a aclarar por qué usted y yo no vemos ningún problema en tomarnos un Cacaolat.</div><div><br /></div><div style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></div>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-22633896820026007362023-03-03T16:56:00.009+00:002023-03-07T10:41:54.929+00:00¡El arquitrabe! Notas sobre la presencia de las mujeres en la ficción actual<p>Ojo al dato: <a href="https://ctxt.es/es/20230101/Firmas/41922/Observatorio-Social-la-Caixa-videojuegos-industria-jugadoras-mujeres-diversidad.htm" target="_blank">"Solo el 20% de protagonistas de videojuegos fueron mujeres en 2020"</a></p><p>Si bien uno podría pensar que la cifra entra en la normalidad de una ficción occidental históricamente falocéntrica, incluyendo la propia industria del videojuego, el dato no dejó de sorprenderme. Entré en contradicción: ¿Si es lo "normal", por qué me sorprende?</p><p>En mi cuadriculada cabeza, los gamers son un nicho de mercado cerradísimo; un puñado de solitarios hombrecillos que compensan sus carencias afectivas y sus problemas de sociabilidad a través de los mandos de la videoconsola. Una ficción en primera persona que les permite ser musculados luchadores callejeros, astros del futbol y, también, heroínas de anatomías superdotadas.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgBzIerJzaUPDaOG3GkIc6uru-oEmFu7Xko0EczAhDeORb-nDXYddpgmuqkbfQVTSe8Nf78T5RHuKXYwBojocVwsCqnXRnGMvLBtroN12EOFPzFlCyfNClt0ilaIPxZYKVMSxIiEuRFPogGCFYHiGT4Tv9J_jKxFUbnEwmTU2AlA3l69ZrJsOrGghmv" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="803" data-original-width="1118" height="230" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgBzIerJzaUPDaOG3GkIc6uru-oEmFu7Xko0EczAhDeORb-nDXYddpgmuqkbfQVTSe8Nf78T5RHuKXYwBojocVwsCqnXRnGMvLBtroN12EOFPzFlCyfNClt0ilaIPxZYKVMSxIiEuRFPogGCFYHiGT4Tv9J_jKxFUbnEwmTU2AlA3l69ZrJsOrGghmv" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Angelina Jolie en <i>Lara Croft: Tomb Raider</i> (2001)</td></tr></tbody></table><br />Mi error era evidente, ya que he consolidado una imagen obsoleta del gamer, cercana a la del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Otaku" target="_blank">otaku</a> (también obsoleta, posiblemente), obviando la evolución del arquetipo: Según <a href="https://forbes.co/2022/05/22/actualidad/crece-el-publico-gamer-un-estudio-revela-sus-ganancias-y-tendencias-esenciales-para-este-ano" target="_blank">un estudio</a> de DFC Intelligence, el 40% de la población mundial juega a los videojuegos. Es decir, que el perfil del gamer se acerca más al del aficionado al futbol que no al friqui del manga, siendo, en esencia, todos ellos friquis de alguna manera. Hay aún más datos aparentemente sorprendentes:<p></p><p>La segmentación por género en el mundo del videojuego es bastante pareja. En España, el 52% de los jugadores son hombres y el 48%, mujeres [Fuente: <a href="https://es.statista.com/estadisticas/481369/jugadores-de-videojuegos-en-espana-por-edad-y-genero/" target="_blank">Statista</a>, año 2021]. El 49% de las mujeres españolas se interesa por "lo que pasa en el mundo del futbol". También representan más del 40% de los clientes de futbol por televisión. Unos datos que no parecen ser respaldados por la afiliación a los clubes, que se queda en un 22% de media [Más, <a href="https://theluxonomist.es/actualidad/deportes/que-presencia-tienen-las-mujeres-en-el-futbol" target="_blank">aquí</a> y <a href="https://www.europapress.es/sociedad/noticia-mujeres-suponen-ya-435-clientes-futbol-television-espana-20180816182154.html" target="_blank">aquí</a>].</p><p>Sin duda, este último dato se alinea perfectamente con el arquetipo clásico que ha relegado a la mujer a las tareas domésticas y ha reservado para el hombre las mieles de la vida pública. Es decir: la mujer en casa y el hombre, fuera. Una representación de la familia que no es nueva, ni mucho menos. En el <i>Retrato Arnolfini</i>, pintado en 1434 por Jan van Eyck y considerado uno de los primeros retratos no hagiográficos, tenemos una representación de un matrimonio de ricos mercaderes en la que, más allá del juego dominación/sumisión, podemos observar como el calzado de la mujer apunta hacia el interior del hogar y los del marido, hacia el exterior.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj51KDFb3fs6pnBAGiSTDrfHtWfiu6r_AZPwR9VPpOXnJX30eaqts6z4Vi8n4wzCOjqTb5RQXwiCMTvOPtRKL-rLO1fhD9rZSlKzyHdy5YVAd4LzFYUxLGM7nn5nbH03HtBvo1Y1JJPBXl4Z7vFbqSWKPAK96JicMWbiIIZFOZs4onwdB7LRyphEwSy" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1095" data-original-width="800" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj51KDFb3fs6pnBAGiSTDrfHtWfiu6r_AZPwR9VPpOXnJX30eaqts6z4Vi8n4wzCOjqTb5RQXwiCMTvOPtRKL-rLO1fhD9rZSlKzyHdy5YVAd4LzFYUxLGM7nn5nbH03HtBvo1Y1JJPBXl4Z7vFbqSWKPAK96JicMWbiIIZFOZs4onwdB7LRyphEwSy" width="175" /></a></div><br /><div>Sobre el mundillo del cómic y la animación japonesa, a lo que llamaré “manga” en global, no he encontrado datos suficientemente sólidos, pero sí <a href="https://www.elnacional.cat/es/cultura/manga-barcelona-machismo-mujeres_436650_102.html" target="_blank">artículos</a> que no hacen otra cosa que apoyar la paradoja que estamos desvelando. Es evidente que el perfil del otaku en nuestro país ha evolucionado desde los 80, pasando de ser un nicho casi exclusivamente masculino a uno completamente mixto, e incluso me atrevería a decir que principalmente femenino (el 53% del público del <a href="https://www.elmundo.es/andalucia/2014/11/08/545e4a0b268e3eb2798b457f.html" target="_blank">Salón del Manga de Andalucía</a> es femenino, por ejemplo). La abertura del manga a las mujeres en nuestro país plantea una aparente contradicción, que se sostiene, además, sobre la premisa sesgada de que el manga ha sido siempre sexista. En esencia, sí, es cierto: En la lista de <a href="https://areajugones.sport.es/anime/estos-son-los-mejores-animes-de-2022/" target="_blank">animes más populares de 2022</a>, podemos encontrar un puñado de series que o bien están protagonizadas por personajes masculinos o bien toman representaciones estereotipadas de la mujer (novias, seductoras, arteras...). El dato, en sí mismo, ya sorprende si lo confrontamos con el aumento del púbico femenino. Pero aún sorprende más si echamos la mirada atrás.</div><div><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgKzW9Ys7cASh1zk4VBCXqFTJfsRkV-o30QcQ0meUxN_IagOLlabB4GpxYPn_8qYgsSLQXGLsu4isD2sKcNtq_1JhNYeHash8CApm-AcXKFYfEai-irfj5lU4gtpZ26F4HsJtZsv-FsyU1wfPpqUu3XV1VaWOK00FogV7oEJdWJINYRL-GB7i0QUWLR" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="678" data-original-width="1200" height="181" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgKzW9Ys7cASh1zk4VBCXqFTJfsRkV-o30QcQ0meUxN_IagOLlabB4GpxYPn_8qYgsSLQXGLsu4isD2sKcNtq_1JhNYeHash8CApm-AcXKFYfEai-irfj5lU4gtpZ26F4HsJtZsv-FsyU1wfPpqUu3XV1VaWOK00FogV7oEJdWJINYRL-GB7i0QUWLR" width="320" /></a></div><br />En los años 80 del siglo pasado, entre los títulos indispensables de esta ficción nipona, encontramos <i>Ghost in The Shell, Nausicaä, Evangelion, Ranma, 3x3 Ojos, Gun Smith Cats, Yawara!, Dominion Tank Police, Vampire Princess Miyu, Bubblegum Crisis</i> e incluso me atrevería a incluir <i>Sailor Moon</i>. Si bien existe cierta sexualización en estas obras, en todas ellas la mujer asume un papel reservado tradicionalmente al hombre: el de héroe. Un héroe en un sentido masculino; es decir: no princesas rebeldes, ni madres coraje; sino policías, vigilantes, criminales, deportistas.... La ficción japonesa más mainstream, al menos la que llega a occidente, ha abandonado ese tipo de personajes por razones que, sinceramente, se me escapan; más aún ante el auge del público femenino. Pero no debemos olvidar que uno (una, en este caso) busca en la ficción no solo evasión (o revolución), sino también cierta autocomplacencia, el aval de la propia conducta y, en definitiva, de la vida que le ha tocado vivir (o conservación).<p></p><p>Algunos datos más, ahora sobre la presencia de la mujer es los dibujos animados: Solo el 1,8% de los guionistas de series infantiles son mujeres. Solo hay un 3,3% de mujeres en los puestos de dirección de series infantiles y el 77% de los personajes femeninos reproducen roles típicos. [Fuente: <a href="https://cimamujerescineastas.es/informe-completo-sobre-series-de-television-realizado-por-cima/" target="_blank">CIMA</a>].</p><p>Vamos con las dichosas series de televisión. Otro estudio de la <a href="https://www.inmujeres.gob.es/areasTematicas/AreaEstudiosInvestigacion/docs/Estudios/Estereotipos_roles_y_relaciones_de_genero_Series_TV2020.pdf" target="_blank">CIMA</a> de 2020 concluye que, "si bien el relato de las series tv es socialmente compartido, sin embargo, su creación y producción queda en las manos exclusivas de los varones". También destaca que los personajes femeninos siguen siendo representados mayoritariamente "en la faceta que se conoce como “feminidad”, esto es: una representación en que las mujeres destacan por su pasividad (...) o su actividad se limita a ser las protagonistas de los cuidados de los otros".</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiNjwZbVSQVcEdzgOc2YVHUMNYYe2D7IPFB-Yor8mU1j2-1onsie_D--tXLh21_ZhzX1gbYPap1J2QNxKXYtjdbpHcu7a6Sx-Ct7UD-yIIQVNauWIFhvLB6yQnvMLEwrjUE0AUmRa5jdM9lj8Xqzxvg2O25MNqkT2e5suHynfZjVf2FBb-U-xyezJIH" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1152" data-original-width="2048" height="175" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiNjwZbVSQVcEdzgOc2YVHUMNYYe2D7IPFB-Yor8mU1j2-1onsie_D--tXLh21_ZhzX1gbYPap1J2QNxKXYtjdbpHcu7a6Sx-Ct7UD-yIIQVNauWIFhvLB6yQnvMLEwrjUE0AUmRa5jdM9lj8Xqzxvg2O25MNqkT2e5suHynfZjVf2FBb-U-xyezJIH=w311-h175" width="311" /></a></div><br />Es de sobras conocido el caso de la popular serie de televisión <i>Expediente X</i>, en el que el papel de Scully, interpretado por Gillian Anderson, era relegado a un segundo plano sistemáticamente hasta tal punto que la hacían caminar por detrás de Mulder (David Duchovny). Anderson denunció en 2016 que, para el regreso de la serie, le ofrecieron inicialmente cobrar la mitad que a su compañero. Curiosamente, la siguiente serie de éxito de Duchovny fue <i>Californication</i>, en la que interpreta a un pichabrava.<p></p><div>En el capítulo 19 de la tercera temporada de la también popular serie <i>House</i>, asistimos al drama de una niña de seis años que se muere y nadie sabe por qué (bueno, como en todos los capítulos). La chica está depre y además le ha venido la regla prematuramente. También tenemos al hermano, un cabroncete en toda regla, un acosador. Es más: un violador en potencia. Nadie piensa que esté enfermo, pero lo está. Resulta que el padre es una especie de aerosol de testosterona, cosa que está acelerando la maduración de los dos angelitos: la hija se convierte en mujer y el hijo, en un gilipollas. No me interesa aquí tanto el aspecto machista del asunto como los apoyos científicos sobre los que este se sustenta. La trama de este tipo de series de ficción, si bien es retorcida con fines artísticos, se construye sobre principios científicos más o menos sólidos. En efecto, no pretendo discutir sobre las diferencias entre el cuerpo del hombre y el de la mujer, ni sobre cómo los medicamentos y las enfermedades les afectan de forma distinta; ni mucho menos pretendo extraer una conclusión sociológica de ello (¿Es sexista la ciencia? ¿Es racista?). Pero, a un nivel mucho más superficial, el halo de pseudociencia que envuelve este tipo de productos contribuye a prestigiar pensamientos como el que nos ocupa, en este caso: la mujer es débil (porque sangra) y el hombre, fuerte (porque posee).</div><div><br /></div><div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGPi86bxJX93R06AMetevsmmoJL_R8a54Qmd2LMaYASDOTzpZdrzNvx6NWWUEC_Dw2eK5w3DUmu-32sU3Izh9rCv2nAQvioQWUsGZMstfYUbw3lFkh8mirjaSJH8V0VSnEG6MjSOrC8s6uiuMasGc_KhXwQYDfXTK7Zn2sGiSffhlpdJCeHVQL044L/s734/chaval.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="473" data-original-width="734" height="206" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGPi86bxJX93R06AMetevsmmoJL_R8a54Qmd2LMaYASDOTzpZdrzNvx6NWWUEC_Dw2eK5w3DUmu-32sU3Izh9rCv2nAQvioQWUsGZMstfYUbw3lFkh8mirjaSJH8V0VSnEG6MjSOrC8s6uiuMasGc_KhXwQYDfXTK7Zn2sGiSffhlpdJCeHVQL044L/s320/chaval.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El viejo truco de la flores.</td></tr></tbody></table><div><br /></div><div>En el cine, y especialmente en el cine de Hollywood, la cosa ha sido históricamente más que evidente. Desde los clásicos del cine negro hasta el hormonado cine de acción de los 80, pasando por la comedia romántica. Aún hoy, pese a los evidentes esfuerzos por ir en sentido contrario, no es difícil encontrar películas que repiten la manida fórmula del hombre con espíritu revolucionario que se ve arrastrado a las fauces del hogar por la mujer, en una evidente involución de lo (ma)logrado con <i>Erin Brokovich</i> (Steven Soderbergh, 2000). De nuevo, el <i>Retrato Arnolfini</i>.</div></div><p>Según datos recopilados por el portal <a href="https://es.statista.com/temas/5475/la-presencia-de-la-mujer-en-el-cine/#topicOverview" target="_blank">Statista</a>, en 2021 solo el 35% de los personajes principales en el cine fueron femeninos. Desde 1927, solo tres mujeres se han alzado con el Oscar a mejor dirección: Kathryn Bigelow por <i>En tierra hostil</i>, Cholé Zhao por <i>Nomadland</i> y Jane Campion por <i>El poder del perro</i>.</p><p>Tales diferencias, de nuevo, contrastan con la homogeneidad de los datos sobre el consumo. Según un <a href="https://es.ejo-online.eu/recent/el-modelo-de-las-plataformas-de-television-la-transformacion-audiovisual/" target="_blank">estudio</a> de Barlovento Comunicación, la distribución por sexos de los usuarios de plataformas digitales está bastante equilibrada.</p><p>Llegados a este punto, si bien el sesgo de género es más que evidente, parece que el problema que se planteaba al principio del artículo no radica tanto en la representación ficticia de la mujer como en la del espectador, acaso también ficticia. Uno diría en primera instancia que entre el emisor y el receptor hay algo que no funciona, sea el mensaje, el canal o el código. No obstante, el error no parece estar dentro del esquema clásico de la comunicación, sino más bien en la mirada analítica de su estudio. Como apunta la versión casera del principio de incertidumbre, el observador interfiere en el objeto observado. ¿Cuál es la clave, pues?: el arquetipo. ¡Ah, el arquetipo!</p><p><br /></p><p style="text-align: center;"><i><b>EL ARQUITRABE</b></i></p><p style="text-align: center;"><i><b>(Andamios para las ideas)</b></i></p><p style="text-align: center;"><i>Jaime Gil de Biedma</i></p><p style="text-align: center;"><i><br /></i></p><p style="text-align: center;"><i>Uno vive entre gentes pomposas. Hay quien habla</i></p><p style="text-align: center;"><i>del arquitrabe y sus problemas</i></p><p style="text-align: center;"><i>lo mismo que si fuera primo suyo</i></p><p style="text-align: center;"><i>—muy cercano, además.</i></p><p style="text-align: center;"><i>Pues bien, parece ser que el arquitrabe</i></p><p style="text-align: center;"><i>está en peligro grave. Nadie sabe</i></p><p style="text-align: center;"><i>muy bien por qué es así, pero lo dicen.</i></p><p style="text-align: center;"><i>Hay quien viene diciéndolo desde hace veinte años.</i></p><p style="text-align: center;"><i>Hay quien habla, también, del enemigo:</i></p><p style="text-align: center;"><i>inaprensibles seres</i></p><p style="text-align: center;"><i>están en todas partes, se insinúan</i></p><p style="text-align: center;"><i>igual que el polvo en las habitaciones.</i></p><p style="text-align: center;"><i>Y hay quien levanta andamios</i></p><p style="text-align: center;"><i>para que no se caiga: gente atenta.</i></p><p style="text-align: center;"><i>(Curioso, que en inglés scaffold</i></p><p style="text-align: center;"><i>signifique a la vez andamio y cadalso.)</i></p><p style="text-align: center;"><i>Uno sale a la calle</i></p><p style="text-align: center;"><i>y besa a una muchacha o compra un libro,</i></p><p style="text-align: center;"><i>se pasea, feliz. Y le fulminan:</i></p><p style="text-align: center;"><i>Pero cómo se atreve?</i></p><p style="text-align: center;"><i>¡El arquitrabe!</i></p><p style="text-align: center;"><i><br /></i></p><p>Veamos la definición de arquetipo: "Modelo original que sirve como pauta para imitarlo, reproducirlo o copiarlo, o prototipo ideal que sirve como ejemplo de perfección de algo". Si bien es cierto que palabras como arquetipo, prototipo y, sobre todo, estereotipo tienen una connotación negativa hoy en día dada su visión sesgada de la realidad y, en especial, de la sociedad, bien es cierto que cumplen una función esencial a la hora de formar nuestra idea del mundo y enfrentarnos a él. Nos permiten afrontar nuestros retos del día a día con agilidad dentro de un marco social comúnmente consensuado, sin ser necesariamente conscientes por ello. En un entorno neoliberal y digital sobreestimulante, tenemos un tiempo limitado para actuar, escoger, comprar, relacionarnos, aparearnos... tomar decisiones, en definitiva. Los arquetipos nos permiten responder con agilidad, e incluso de manera automática, en base a ideas como: los mayores son sabios, las rubias tontas, los políticos corruptos o el Mercadona barato.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiuMeSqFu3aPx-NP1c71AKKQRc3vnvfIBOnXXuMeYpXymBTPW3tLFR3rb6ERX3KB-x2nCi6VlVHWpTFyqRRSBHIx1EXWtxNPa5j8Wab5I5E1wDOFdgAZkwWxqgsS1g00Yb85Q_NyAGW2WxK7IXaLnrYWwvOoVpniJ-LLj9mQ87Co2HnqFwWKzlDaI21" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="599" data-original-width="794" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiuMeSqFu3aPx-NP1c71AKKQRc3vnvfIBOnXXuMeYpXymBTPW3tLFR3rb6ERX3KB-x2nCi6VlVHWpTFyqRRSBHIx1EXWtxNPa5j8Wab5I5E1wDOFdgAZkwWxqgsS1g00Yb85Q_NyAGW2WxK7IXaLnrYWwvOoVpniJ-LLj9mQ87Co2HnqFwWKzlDaI21" width="318" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">The Stereotypes, vistos en <i>Los Simpson</i>.</td></tr></tbody></table><br />En el campo de los negocios su uso es evidente, ya que facilita la identificación de grupos de usuarios/clientes que comparten características, sea en un contexto de uso (servicios) o de compra (bienes). La empresa de comunicación <a href="https://learn.nebulargroup.com/kb/arquetipos-que-son-y-para-que-nos-sirven/" target="_blank">Nebular</a> nos ofrece, a modo de ejercicio, una distribución de marcas según la clasificación clásica de arquetipos del psicólogo suizo Carl Gustav:<p></p><p style="text-align: center;">El Gobernador: Rolex, Mercedes <b>$</b> El Creativo: Apple, Adobe <b>$</b> El sabio: Microsoft, Google <b>$</b> El Héroe: Tesla, Uber <b>$</b> El Amante: Discotecas, Perfumes <b>$</b> El Cuidador: Volvo, Danone <b>$</b> El Bufón: Snacks, refrescos <b>$</b> El Mago: Elon Musk, Steve Jobs <b>$</b> El Forajido: Desigual <b>$</b> El Explorador: Red Bull, Jeep <b>$</b> El Inocente: Disney <b>$</b> El hombre corriente: IKEA.</p><p>Aunque en esta categorización no queda del todo reflejado, es evidente que el sector servicios se ha disparado en las últimas décadas. Hace tan solo veinte años era materia teórica el pago por servicios, y casi sonaba a ciencia ficción que en lugar de poseer coches los alquilaríamos, que un dispositivo móvil nos facilitaría mantener relaciones sexuales o que pagaríamos religiosamente la subscripción de Spotify o Netflix para acceder a contenidos audiovisuales. Si bien la madre de todas las posesiones, la vivienda, parece resistir, hoy en día uno acaba pagando no solo por el ladrillo, sino sobre todo por los servicios que ofrece: mejores escuelas y hospitales, transportes, vigilancia y limpieza privada, acceso restringido, piscina, parques y jardines... (ver <i><a href=" https://www.imdb.com/title/tt8206668/" target="_blank">La Estafa</a></i>, de Cory Finley). No hay que ser muy avispado para entender que de lo que hablamos aquí es de crear ecosistemas urbanos en función de la renda media de sus vecinos y, por exlcusión, guetos. Es lo que Jeremy Rifkin llamó <a href="https://books.google.es/books/about/La_era_del_acceso.html?hl=es&id=YDWy_ScHq-AC&redir_esc=y" target="_blank">La era del acceso</a>, ya en el año 2000.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/4CVucnt46ww" width="320" youtube-src-id="4CVucnt46ww"></iframe></div><p>Ante este cambio, los arquetipos clásicos se revelan insuficientes. En la <i>Guía DY de Arquetipos y Personas,</i> de la compañía especializada en el asesoramiento de experiencia de cliente IZO, dicen: "La segmentación de mercados tradicional, basada en criterios sociodemográficos (sexo, edad, renta, provincia) se revela insuficiente cuando tratamos de diseñar Propuestas de Valor y Experiencias de Cliente relevantes para los distintos tipos de clientes con los que interactuamos". Es así como "como Spotify, Disney o Amazon han conseguido personalizar la experiencia", añade <a href="https://izo.es/que-son-los-arquetipos-experiencia-de-cliente/" target="_blank">este amigable señor de cabello cano</a> que parece no tener identidad. Evidentemente, estamos acercándonos al famoso Algoritmo, pero no nos metamos en ese charco. Lo que interesa es que el arquetipo está en crisis. </p><p>Ante toda revolución, los arquetipos se ponen en cuestión, y qué duda cabe que esta —que no es solo industrial, pese a que así la llamen—, es la más veloz de las revoluciones que ha vivido la Humanidad. Es así como asistimos al fin de la familia tradicional, la revolución de los géneros o la crisis de la masculinidad. Y como toda acción conlleva una reacción, asistimos también al auge de la ultraderecha, que se sirve precisamente de arquetipos para afrontar temas como la immigración o los feminismos.</p><p>Algunos ejemplos para cerrar el círculo, que sé que es lo que os gusta:</p><p>☛ El futbol se inventó en 1863. No fue hasta el pasado 13 de febrero que, por primera vez en la historia, un jugador de la liga española <a href="https://elpais.com/deportes/2023-02-13/el-futbolista-del-getafe-jakub-jankto-soy-homosexual-y-no-quiero-esconderme-mas.html" target="_blank">se declaró gay</a> (eso sí, es checo).</p><p>☛ En tercer capítulo de la exitosa serie de televisión <i>The Last of Us</i>, que adapta el videojuego homónimo, asistimos a una bonita historia de amor homosexual, con sueños de matrimonio y escenas de sexo de por medio. Una supuesta <a href="https://www.elespanol.com/series/hbo-max/20230202/capitulo-the-last-us-masacrado-homofobos-historia/738426216_0.html" target="_blank">campaña homófoba</a> (supuesta por lo de campaña, no por lo de homófoba) consiguió que el capítulo fuera el menos valorado de la serie, con diferencia, en portales como IMDB. Imagínense lo que disfrutó el Algoritmo con eso.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhQ39zRwkOSWvy6KiN8Q7SYuDxSn0bbf-f6Tq_MqRYasvyvEiG00zXoRRgPTJfqA4LPtx1kz0N9yksi1GNaXOdR9V62PCNhqm7SS_leFQaA-yIbXvkK3FcyY360xnOOG5cbHSr1OJsrW5y7uaua95BiP_lIJxVxAYltmbdjr04bS5rJonaF7D8ySfe7" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1069" data-original-width="1900" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhQ39zRwkOSWvy6KiN8Q7SYuDxSn0bbf-f6Tq_MqRYasvyvEiG00zXoRRgPTJfqA4LPtx1kz0N9yksi1GNaXOdR9V62PCNhqm7SS_leFQaA-yIbXvkK3FcyY360xnOOG5cbHSr1OJsrW5y7uaua95BiP_lIJxVxAYltmbdjr04bS5rJonaF7D8ySfe7" width="320" /></a></div><br />Esto es: si bien la homosexualidad es un tema más o menos normalizado en la ficción actual, su representación responde normalmente a unos estereotipos concretos, relacionados con valores liberales, sino libertinos. Cuando nos salimos de estos cánones (en este caso, una pareja gay protagoniza un romance tradicional), a la gente le empieza a escocer la entrepierna. Véase la paradoja: en la convención está la revolución.</div><div><br /></div><div>Cierto es que aquí no hay nada nuevo desde el punto de vista creativo. Ya en 2005, Ang Lee desafió al espectador con su romance vaquero <i>Brokeback Mountain,</i> generando también reacciones de rechazo. Pero lo que no había en aquella época eran redes sociales. Por no haber, no había casi ni YouTube, e Internet era un sitio muy distinto, donde los usuarios compartían información libremente en lugar de vender sus datos a cambio de propaganda. Hoy, cualquier mensaje de odio es amplificado a través de los altavoces de las redes, al igual que con un teléfono puedes montar una <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Primavera_%C3%81rabe_(2010-2012)" target="_blank">Primavera Árabe</a>.<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4ObV-ffWv8sLqO0eayUFpUm-3K11P-79AFjzmHJ4YVZDPusFtYNB-OEkoEsnwvM9oKLqm4D2fbD3MpjzDNgJsZlSlKfmvgNA2XGhDGA32mLKmZ2FRHlbiO-tPLcfK8K9JPHclyvC-MoKJ_fJGAlOH9BJyKR1DRjJXb7z1vCnO7fubO9a2ksmZ4qtr/s640/bowie.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="414" data-original-width="640" height="207" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4ObV-ffWv8sLqO0eayUFpUm-3K11P-79AFjzmHJ4YVZDPusFtYNB-OEkoEsnwvM9oKLqm4D2fbD3MpjzDNgJsZlSlKfmvgNA2XGhDGA32mLKmZ2FRHlbiO-tPLcfK8K9JPHclyvC-MoKJ_fJGAlOH9BJyKR1DRjJXb7z1vCnO7fubO9a2ksmZ4qtr/s320/bowie.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">David Bowie, chateando / The LIFE Picture Collection via Getty Images</td></tr></tbody></table><p>En 1999 David Bowie dijo: "Creo que el potencial de lo que Internet va a hacer a la sociedad, tanto bueno como malo, es inimaginable. La interacción entre el usuario y el proveedor aplastará nuestra idea de medio de comunicación".</p><p>En 1949 Simone de Beauvoir escribió: "No se nace mujer, se llega a serlo".</p><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David González</a></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /><br /><br /></p></div>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-48987133023830987712023-01-12T12:51:00.014+00:002023-01-14T15:11:21.428+00:00Hacerse el guai no es guai<p>Sylvester Stallone escribió una novela. No sé si es un hecho muy conocido por estos lares. <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Paradise_Alley:_La_cocina_del_infierno" target="_blank">Paradise Alley</a></i>, publicada en 1.978, es una entrañable historia de perdedores protagonizada por tres hermanos que intentan alcanzar sus sueños de mundanidad durante el verano más caliente que se recuerda en Hell's Kitchen. Es un libro que uno disfruta, sin duda, arropado por el cariño que se le puede tener a la figura del prolífico actor, director y guionista. En lo estrictamente literario, seguramente tendría problemas para aguantar un asalto con un crítico de verdad, sea lo que sea eso (tanto lo de "crítico" como lo de "verdad"). No obstante, la mezcla de una prosa inocentemente experimental, un simbolismo en esencia efectista y esa típica bondad stalloniana resulta irresistible si leemos la novela como el artefacto pop que es, y no como la obra maestra que hoy en día se les exige a cualquier producto cultural.</p><p>Encontré hace unos meses una copia de <i>Paradise Alley</i> a buen precio en Wallapop, y la paladeé como un niño el helado del domingo. No pensaba hablar de ello aquí, ya que prefería guardar la experiencia para la intimidad, pero, curiosamente, o no, el siguiente libro que aguardaba en mi biblioteca era <i><a href="https://editorialcontra.com/producto/hey-julio-iglesias-y-la-conquista-de-america/" target="_blank">Hey! Julio Iglesias y la conquista de América</a></i>. En el prólogo, el autor, el también prolífico Hans Laguna, se pregunta por qué la figura de Julio Iglesias no solo nunca ha sido respetada por la crítica musical y la intelectualidad de nuestro país, sino también por qué el actual revisionismo pop que reivindica figuras como Raphael, Camilo Sesto o Rocío Jurado ha obviado la figura del <a href="https://www.hola.com/musica/2011121756083/julio-iglesias-rafa-nadal/#:~:text=Julio%20sabe%20que%20se%20ha,y%20siguen%20comprando%20sus%20discos." target="_blank">cantante vivo que más discos ha vendido</a>, si no ha cambiado el ranking.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjolbN2oV824zcpWSFSxVR0cTfflVcNeRyVzkBbemLIHld3s1jEyWBLy_tobUGmgAkOXZwX9OGUjc8-EMRsok1o2-6_23hpnAe_BFnttLEcyDkkoW5EtamskICs5rPLNVeOMzZ3JCE0TasRPFsln2uNxS9AOBQIgx2-1TTM3N9sVI5OtcdxzVQ34bjn/s1192/JULIO%20IGLESIAS%20JET.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="817" data-original-width="1192" height="219" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjolbN2oV824zcpWSFSxVR0cTfflVcNeRyVzkBbemLIHld3s1jEyWBLy_tobUGmgAkOXZwX9OGUjc8-EMRsok1o2-6_23hpnAe_BFnttLEcyDkkoW5EtamskICs5rPLNVeOMzZ3JCE0TasRPFsln2uNxS9AOBQIgx2-1TTM3N9sVI5OtcdxzVQ34bjn/s320/JULIO%20IGLESIAS%20JET.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Julio en una popular imagen a bordo de su yet (<a href="https://www.revistavanityfair.es/articulos/foto-julio-iglesias-avion-autor-jean-claude-deutsch-fotografo-quien-es" target="_blank">Jean Claude Deustch</a>, 1986)</td></tr></tbody></table><p>En el prólogo del libro de Laguna, se destaca este pasaje del filósofo Theodor W. Adorno, del año 1932:</p><p><i>Hay que abandonar la soberbia característica de una comprensión de la música "seria" que cree poder ignorar por completo el único material musical que hoy día consume la inmensa mayoría de la gente. El kistch se debe interpretar y defender contra todo aquello que es meramente arte mediocre elevado [...]. Por otro lado, sin embargo, uno no debe caer víctima de la tendencia [...] de glorificar el kistch y considerarlo el arte verdadero de nuestra época solo por su popularidad.</i></p><p>¿Por qué, pues, Stallone o Julio Iglesias no han sido nunca reivindicados; ni como artistas, ni como figura popular? ¿Qué extraña conexión tenemos aquí? Hay que ir a las fronteras de la intelectualidad para encontrar una "defensa" de Julio Iglesias, sea en el ensayo de Laguna, sea en palabras de outsiders, a veces a la fuerza, como el novelista (también prolífico) Hernán Migoya: "Confieso que yo fui más de Julio Iglesias que de Barón Rojo" (leer más sobre la relación de Migoya con la música de Julio Iglesias en su novela <i><a href="http://freakyonline.blogspot.com/2021/02/baricentro-hernan-lo-sigue-haciendo-por.html" target="_blank">Baricentro</a></i>). Adorno daba en la clave: una cosa es ser guai y otra, hacérselo.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUOJmNKQe119d2OYaWZ4gK6WpPh7m_yopTWRg4k_ijjEk8yGFMO4W7xYyiZ4gs5BVCrXFObrgZYlkcNwBDJvk97dmLHdjARBn06X4U6quf9pxoa2RWBJ0_4y2Yw4zjFvSaqO-kvk0WH9R0zqhUOc9iJRvYTVZOCU6Vs7cIV2HDpd-PsSPfUBFmq56v/s570/stallone%20pintando.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="428" data-original-width="570" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUOJmNKQe119d2OYaWZ4gK6WpPh7m_yopTWRg4k_ijjEk8yGFMO4W7xYyiZ4gs5BVCrXFObrgZYlkcNwBDJvk97dmLHdjARBn06X4U6quf9pxoa2RWBJ0_4y2Yw4zjFvSaqO-kvk0WH9R0zqhUOc9iJRvYTVZOCU6Vs7cIV2HDpd-PsSPfUBFmq56v/s320/stallone%20pintando.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Stallone, pintando (Osthaus Museum Hagen)</td></tr></tbody></table><br /><div>Es conocido el dato (cosa que no quiere decir que sea cierto) de que Stallone tiene uno de los coeficientes intelectuales más altos de Hollywood: 160, cuando el rango "normal" está entre 90 y 110 puntos. Tiene un Oscar, un Globo de Oro, un César y un Premio de la Crítica Cinematográfica, y <i>Rocky</i> le valió, con solo 30 años, una doble nominación a los Oscar: guion y actor. La imagen popular del actor, no obstante, apunta a todo lo contrario, al menos a este lado del Atlántico: un descerebrado algo bobalicón que sale en películas de tiros y comedias tontas. Sin duda, buena parte de la filmografía del estadounidense tiene una calidad cuestionable, pero sería atrevido trazar una relación tan directa entre obra e imagen, ya que, precisamente las dos películas que lo lanzaron al estrellato, <i>Rocky</i> y <i>Acorralado</i>, tienen un valor cinematográfico y cultural incuestionable.<p>Sí veo una relación causa-efecto en el antiamericanismo reinante en Europa en general, pero en este país en especial, durante la segunda mitad del siglo XX. De hecho, aún hoy, españoles y turcos son los ciudadanos del Viejo Mundo que más odian a Estados Unidos. Según un <a href="http://129.35.96.157:10040/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/lengua+y+cultura/dt47-2005" target="_blank">estudio</a> del Real Instituto Elcano, algunos de los hechos históricos que explican esta aversión son, entre otros, el apoyo de Washington a Franco tras la Guerra Civil, el establecimiento de las bases estadounidenses en España o el respaldo de Reagan a las dictaduras militares de América Latina. Aunque el salto que doy ahora es bastante pronunciado, no es difícil encontrar miembros de la Generación Silenciosa, e incluso baby boomers, que han construido una francofilia cultural en contraposición a las americanadas; que no solo no han visto <i>Rocky,</i> sino que, además, la tienen por una película menor de manera prejuiciosa. Un posicionamiento opuesto a la estima de los norteamericanos hacia personajes como Stallone o Arnold Schwarzenegger, protagonistas de un cine de acción que se volvía extremo en consonancia con las políticas de la administración Reagan tras la Guerra de Vietnam y las tendencias conservadoras del boomer norteamericano.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhuaNC7lZK_8I0g20udp-2SyM8xPdvfqkFzH3Thb7znSfXYpqZzYs8KWWS9RPDH_iBq6LGJr6eiW64ZEHQ3vZZgGunJ64MKKwI3KO726DTDtaHLMClcDrCJoXSWQUrJx3xEUK4ZqjUnbO608YiQPTHqqYLDU_KSuYEFf8k2J7tXj9VqSH6iRUyLg05X" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="1333" data-original-width="2000" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhuaNC7lZK_8I0g20udp-2SyM8xPdvfqkFzH3Thb7znSfXYpqZzYs8KWWS9RPDH_iBq6LGJr6eiW64ZEHQ3vZZgGunJ64MKKwI3KO726DTDtaHLMClcDrCJoXSWQUrJx3xEUK4ZqjUnbO608YiQPTHqqYLDU_KSuYEFf8k2J7tXj9VqSH6iRUyLg05X" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sly & Arnold, los años violentos (Sygma via Getty Images)</td></tr></tbody></table><p></p><p>A simple vista, la relación entre el cine de Hollywood y la política internacional explica el desprecio patrio hacia las americandas, pero no nos dice nada sobre por qué el revisionismo kistch ha recuperado figuras como la de Chuck Norris o Nicolas Cage, pero no la de Stallone. Llegados a este punto, considero que un factor esencial a tener en cuenta es el de la "significación". Mientras buena parte de la producción de Norris, y otros como Charles Bronson o Steven Seagal, era encasillada en la serie B, Stallone o Schwarzenegger se convertían en superestrellas que, a su pesar o con su connivencia, representaban a una superpotencia reclamando su dominancia mundial, e incluso <a href="https://www.jotdown.es/2013/09/la-guerra-de-las-galaxias-de-ronald-reagan/" target="_blank">espacial</a>. Ellos representaban el mito de una época a la que Norris llegó demasiado pronto y Seagal, demasiado tarde, siendo relegados a segundo plano eternamente. Ellos son el mito.</p><p><br /></p><p style="text-align: left;"><i>Si se me permite robar una frase de la película… «la Fuerza está con nosotros».</i></p><p style="text-align: right;">Ronald Reagan</p><p>Pero todos los mitos caen, y así cayeron Stallone y Schwarzenegger en favor de héroes más humanos, acordes a los nuevos tiempos, como Bruce Willis o, en menor medida a causa de su errática carrera, Mickey Rourke. Estos nuevos héroes se mostraban más humanos, sangraban y se desarmaban ante el "sexo débil". En una estrategia tal vez errónea, los dos musculados actores dieron un sorprendente giro hacia la comedia y protagonizaron títulos como ¡<i>Alto!, o mi madre dispara</i> (posiblemente la película con más signos de puntuación en su título) o <i>Poli de guardería</i>. Si bien Terminator salió mejor parado que Rambo, uno diría que ambos se pasaron de frenada.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhJkgkR4oNdaGO54uA1K4-tHBlo9ok6m90H1BFrTU0FoL4itQ2K9hRZ5m083UCzq5_VxGMMxSs9H-PVSLlDGjvsoPAH5my9UM2HNKTTqsMSHZbou9L6ldN3I0vS1UEAE5FPFvcaXHy2Lpu81jALD3zkQoQzcp1C-2Aa5hETtxJnjASMv-AGqTEot05J" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="450" data-original-width="800" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhJkgkR4oNdaGO54uA1K4-tHBlo9ok6m90H1BFrTU0FoL4itQ2K9hRZ5m083UCzq5_VxGMMxSs9H-PVSLlDGjvsoPAH5my9UM2HNKTTqsMSHZbou9L6ldN3I0vS1UEAE5FPFvcaXHy2Lpu81jALD3zkQoQzcp1C-2Aa5hETtxJnjASMv-AGqTEot05J" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>¡Alto!, o mi madre dispara</i> (Roger Spottiswoode, 1992)</td></tr></tbody></table><p></p><p>Y así fueron olvidados por el público y despreciados por la industria, hasta que el revisionismo pop, arropado por un posmodernismo presuntamente progre, rescató a algunos de ellos. Dejando a un lado el caso de Schwarzenegger, ya que su carrera política enturbia el análisis, sorprende que nadie haya reivindicado desde el gafapastismo la figura de alguien como Sylvester Stallone. De hecho, tuvo que ser él mismo quien, aprovechando el tirón, se subiera al carro de la nostalgia con la saga de <i>Los Mercernarios, </i>además de las nuevas entregas de <i>Rambo</i> y <i>Rocky</i>. Sin entrar en detalles, la cosa le salió más o menos bien, y, tal vez por eso, esa "mirada atrás", algo petulante, continuó sin hacerle caso. Mientras a Rourke (<i>El luchador</i>), Van Damme (<i>JVCD</i>), Don Johnson (<i>Frío en julio</i>), Kurt Russell (<i>Death Proff</i>), Eddie Murphy y Wesley Snipes (<i>Dolemite Is My Name</i>) o el mismo Schwarzenegger (<i>Maggie</i>) se les han dado oportunidades para redimirse en la pantalla, Stallone se ha tenido que pagar las suyas propias (<i>John Rambo</i>).</p><p>[Dato: <i>Pánico en el túnel</i>, la última superproducción de Hollywood protagonizada por Stallone, es de 1.996 y tuvo un presupuesto de 80 millones. La siguiente película con Stallone, <i>Cop Land</i>, costó 15.]</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiRyTy_FTaQZWpcb83d5DQ2-4CiJEU8AlE47smwwD9yLWHLpbET6eVg0iDD-l9m0eyIpgE0_WiMTUtyXWolBys0F0zOGyaEGu3H0BflIpt-qd71wGHB4bEI6xgjs1LePgEyFCkk7IPhPF1xrryQSxh58b5wO_xVR9tsRk1yN2BuaN_3syhdhXRL6x4N" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="304" data-original-width="720" height="135" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiRyTy_FTaQZWpcb83d5DQ2-4CiJEU8AlE47smwwD9yLWHLpbET6eVg0iDD-l9m0eyIpgE0_WiMTUtyXWolBys0F0zOGyaEGu3H0BflIpt-qd71wGHB4bEI6xgjs1LePgEyFCkk7IPhPF1xrryQSxh58b5wO_xVR9tsRk1yN2BuaN_3syhdhXRL6x4N" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>El luchador</i> (Darren Aronofsky, 2008)</td></tr></tbody></table><p></p><p>Permítanme desviarme un poco, pero no mucho, para hablar de lo que pasó el 31 de diciembre en este país. El streamer Ibai Llanos volvió a retransmitir las campanadas en directo, recuperando, como ya hizo en 2021, una vieja gloria de la televisión nacional, Ramón García, y una nueva invitada en esta ocasión, también vieja gloria: Anne Igartiburu. Lo hizo, además, en un formato 100% televisivo, como se puede ver en esta imagen:</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVAUmPn2QdhQ9d7nrrnFoEP8vWTe4iTkTj6yLFTdbBn0yB0bw-OhK_bOZyRVvICJo8TR3CfmfMCengQqTO3yIwdanrMmm6vJbddIpHt3lZ6WcsT_ljeoWA0LqOhgKFbAeA0efGbwS1G4f7qzB6ltC9RCRM0_3U5OR88vqsiD4W4SX3ADBNZTMGAWgI/s680/ibai.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="383" data-original-width="680" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVAUmPn2QdhQ9d7nrrnFoEP8vWTe4iTkTj6yLFTdbBn0yB0bw-OhK_bOZyRVvICJo8TR3CfmfMCengQqTO3yIwdanrMmm6vJbddIpHt3lZ6WcsT_ljeoWA0LqOhgKFbAeA0efGbwS1G4f7qzB6ltC9RCRM0_3U5OR88vqsiD4W4SX3ADBNZTMGAWgI/s320/ibai.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">twitch.tv/ibai</td></tr></tbody></table><br /></div><div>Haciendo un poco de zapping se podía comprobar fácilmente que el nivel de épica televisiva reunido por Llanos solo era comparable al de Televisión Española, con Ana Obregón y Los Morancos. Curiosamente, uno diría que incluso había más autoparodia en el programa de la televisión nacional que en el de Ibai. Dicho esto, lo que interesa destacar aquí es que mientras las televisiones apostaban por figuras de nueva hornada, como Pedroche en Antena 3, o completamente desconocidas como en el caso de TV3, era el abanderado de la generación streamer quien recogía sin prejuicios el testigo de la mitomanía catódica. Vean la paradoja.</div><div><br /></div><div>[Dato: Ibai congregó 2'2 millones de espectadores (cifras del propio streamer) y Antena 3, líder de audiencia esa noche, registró más de 6'5. Ambos, por cierto, perdían audiencia respecto al año anterior.] </div><div><br /></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiO0EwfjDvc4TdGcY8csA9RAMIgg1aIbislY5zF6-vnoCBd-eaTKfQlcwBTZ2NNnX9NYfM3K9Ak_xQyuEPTRDCTO1psJGCcImj256vXLE965NO3j1GZ_neIRus0ZnR33CGNfjaSZPVpIBxkyWx2cI4HDm7Jqz-1OqsUhX5U-y7BnrYBIPuvU-jMPl4O" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="2560" data-original-width="1596" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiO0EwfjDvc4TdGcY8csA9RAMIgg1aIbislY5zF6-vnoCBd-eaTKfQlcwBTZ2NNnX9NYfM3K9Ak_xQyuEPTRDCTO1psJGCcImj256vXLE965NO3j1GZ_neIRus0ZnR33CGNfjaSZPVpIBxkyWx2cI4HDm7Jqz-1OqsUhX5U-y7BnrYBIPuvU-jMPl4O" width="150" /></a></div><p>De nuevo, la "significación" es el elemento que cabe destacar a la hora de hablar del caso de Julio Iglesias, quien, como apuntaba al principio, no ha gozado de la gracia de los hipsters para ser recuperado junto a otros cantantes como Tino Casal, Camilo Sesto o Raphael, representando este último seguramente el caso más evidente. Si bien estos tienen más cualidades vocales que Julio, los cuatro han sido ridiculizados por igual a causa de su amaneramiento escénico. Solo Sesto y Raphael, no obstante, se han subido al carro hasta transformarse en una caricatura de sí mismos, cosa que Iglesias nunca ha hecho, sea porque no lo ha necesitado o porque ha tenido el juicio necesario para no hacerlo. Y Casal, evidentemente, porque estaba muerto.</p><p>El retrato que hace Hans Laguna del cantante en <i>Hey! Julio Iglesias y la conquista de América </i>es la de un hombre centrado en su carrera hasta límites enfermizos, rodeado de un equipo con un solo objetivo: convertirlo en la primera superestrella latina mundial. Todo ese trabajo, no solo musical, evidentemente, le lleva a llenar estadios a cada lado del océano, protagonizar anuncios millonarios de Coca-Cola y grabar discos en 14 idiomas. El control de su carrera e imagen ha sido tan absoluto (incluso su divorcio fue acompañado de un comunicado de prensa; el primero en este país, según explica Laguna en su libro) que uno podría decir que es el único mito vivo que no ha caído, aunque con miedo a equivocarse.</p><p>Curiosamente, estos días se hace viral una polémica en torno a la colaboración entre Shakira y el DJ Bizarrap, que supuestamente vehicula un mensaje de rencor hacia el ex de la cantante colombiana, un futbolista. Lo que tenemos aquí, a todas luces, es una estrategia comercial que ya había puesto en práctica (¿tal vez incluso inventado?) Julio hace 43 años, tras su ruptura con Isabel Preysler:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/202G9a2GQsU" width="320" youtube-src-id="202G9a2GQsU"></iframe></div><p>Julio, como Stallone, ha sido menospreciado por la élite cultural de nuestro país, por su carrera (y su vida) de éxito, porque "no sabía cantar", por ser un chaquetero o tal vez por su imagen de pijo relajado. Como Laguna señala en su libro, es prácticamente imposible encontrar en Internet una reseña estrictamente musical de un disco de Julio Iglesias. Sobre su vida, real o ficticia, todo y más.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4tCMaYq0tApqMrk32P6RT06D2LBmoSevaR3XtIY7Lo7aSqqu4Uwtthr0dC8LFNMQ5ObNxcmTwkuCJB7sbc6YYoqWoov0YSHw_4IHTfwbUAmaPOgPSoflz1RrOzQWHqWwpvCSN6CEWx0Ku8OIVKUQ5JKqxVncnKRlCGHCG0XDc_-W8FBvaOOr5q9YU/s526/isable%202.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="526" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4tCMaYq0tApqMrk32P6RT06D2LBmoSevaR3XtIY7Lo7aSqqu4Uwtthr0dC8LFNMQ5ObNxcmTwkuCJB7sbc6YYoqWoov0YSHw_4IHTfwbUAmaPOgPSoflz1RrOzQWHqWwpvCSN6CEWx0Ku8OIVKUQ5JKqxVncnKRlCGHCG0XDc_-W8FBvaOOr5q9YU/s320/isable%202.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">© GTRESONLINE</td></tr></tbody></table><p>El gafapastismo ha pecado de ser más estético que ético: de reivindicar la superficialidad kitsch de Sesto y obviar la importancia de la figura de Julio Iglesias en la industria musical, de perder los papeles por un meme de Chuck Norris y menospreciar la trascendencia cinematográfica y cultural de <i>Rocky</i>. En este revisionismo acrítico hemos sucumbido a la globalización, y ya no somos ni antiamericanos ni francófilos. También hemos propiciado un desprecio por la cultura popular propia en favor de un arte más bien pop, de estéticas más llamativas y lenguajes más internacionales. De esta manera hemos olvidado a tantos y tantos escritores de literatura de género y artistas de la copla. ¿Por qué ahora mola mazo una película de Lorenzo Lamas, pero nadie reivindica a Alfredo Landa? ¿En la memoria de quién quedan los libros de Curtis Garland o Ralph Barby? ¿Quién escucha ya a Imperio Argentina o Estrellita Castro, y tantas otras cuyo nombre no podemos recordar? Esa ola de olvido, además, no cesa, y amaga bajo un velo de espuma blanca a todos aquellos artistas contemporáneos que, en la reivindicación de lo propio, tampoco molan, sea el caso del ya citado Hernán Migoya, sea, por ejemplo, Garci y su <i>El crack cero </i>(hablo de ello en este otro <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2022/01/carvalho-los-mares-del-sur-contra-el.html" target="_blank">post</a>).</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/IxLG_OetaZY" width="320" youtube-src-id="IxLG_OetaZY"></iframe></div><p>Cierro con una frase de Julio, algo sacada de contexto: "Así somos, los españoles no nos queremos”.</p><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p></div>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-65647169330297554922022-12-06T16:14:00.008+00:002022-12-07T09:51:33.825+00:00Cosas que dejan de existir<p>Documentándome para <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2022/07/critica-del-fib-sin-haber-ido-al-fib.html" target="_blank">un post anterior</a>, me pasó lo siguiente. Me venía al pelo un viejo artículo del crítico de cine Quim Casas sobre el estreno en el festival de Sitges de las primeras películas de <i>Evangelion</i>. Recordaba perfectamente aquel texto; recordaba dónde lo leí y casi a qué hora del día lo hice. Recordaba incluso cómo incidía la luz del sol en el diario. Pero fui incapaz de encontrarlo en Internet; ni rastro de él en Google, ni rastro en las hemerotecas (que funcionan pichí, pichá, por cierto), nada en el viejuno Facebook... Ni siquiera una pista, un hilo del que tirar. Me asaltó entonces la duda: ¿Acaso no escribió Quim Casas aquel artículo? ¿Acaso no fue en Sitges? ¿Acaso no existió nunca y lo soñé, lo inventé, retorcí el recuerdo hasta hacerlo irrastreable?</p><p>No es la primera vez que me pasa. Estoy convencido de que existe un vídeo en el que Aaron Guerrero, el popular Chechu de <i>Médico de Familia</i>, y Kiko Rivera se pegan un bailoteo en medio de la calle al son del chumba chumba procedente de la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=0-4_zTeAxu8" target="_blank">flagoneta</a> del hijo de la tonadillera. No hay ni rastro de ese vídeo en Internet.</p><p>Estoy convencido de que existe un cómic en el que un niño obsesionado con crecer fuerte y sano come tanta verdura y crece tanto que al final el mundo se le queda pequeño, y vive en la soledad del gigantismo.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjThngxrGfKmTDcN89tfFADAR1OgFA--t5F81Yf5iuoL68B21ihmcJoR_86aISnl0i25Cb1qBcjD39DV3rkpwWh1oMChiEjfCoYyHG7atkGUJ1zkVBDpY0xW4oSUvJbY9ZSQlsv_XS6YFY1xh0C2CnnrOLc7PGNzmApLEc1zZrNlUYQkOGg0vogO9Hn" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjThngxrGfKmTDcN89tfFADAR1OgFA--t5F81Yf5iuoL68B21ihmcJoR_86aISnl0i25Cb1qBcjD39DV3rkpwWh1oMChiEjfCoYyHG7atkGUJ1zkVBDpY0xW4oSUvJbY9ZSQlsv_XS6YFY1xh0C2CnnrOLc7PGNzmApLEc1zZrNlUYQkOGg0vogO9Hn" width="240" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mi recuerdo de aquel tebeo recreado con Dal·le 2</td></tr></tbody></table><br />Estoy convencido también de que, en el videoclub de mi barrio, cuando yo era pequeño, tenían copias de Robocop 4, 5 y 6. Solo he encontrado rastro de la cuarta.<p></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhlcWo30AXtgILH_zJrMJsQjuXQuQhOqtpkFFmQqCTEEd1WQjqzcdIS5DwbsJyYl1_WwzZN3xxT6P7NKt883yT7h3J8O081_Bti498bhwr5u31EFrLuClQv89YTVpRYev94n3OKo40sRltCJaYfb-B5p5CJKJSSuY43r0mM9Q6x3b3pulSnbORecn4b" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="450" data-original-width="656" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhlcWo30AXtgILH_zJrMJsQjuXQuQhOqtpkFFmQqCTEEd1WQjqzcdIS5DwbsJyYl1_WwzZN3xxT6P7NKt883yT7h3J8O081_Bti498bhwr5u31EFrLuClQv89YTVpRYev94n3OKo40sRltCJaYfb-B5p5CJKJSSuY43r0mM9Q6x3b3pulSnbORecn4b" width="320" /></a></div><p>Estoy convencido de todo esto, o al menos lo estaba hasta que constaté que en Internet no hay prueba de ello. Y ya se sabe que si no está en La Red, no existe.</p><p style="text-align: right;"><i>Si tu negocio no está en Internet, tu negocio no existe</i>.</p><p style="text-align: right;">Bill Gates</p><p>Más allá de la anécdota puntual, la pregunta de fondo que se plantea aquí es la fiabilidad de la propia memoria. No es nada nuevo, ya hace años que la ciencia, tanto la de verdad como la de ficción, habla del tema. Pero la cuestión ahora es cómo Internet, en general (La Web, las redes sociales, los smartphones...), ponen en jaque nuestras propias convicciones y, en última instancia, nuestra manera de enfrentarnos al mundo, sea en este caso desde una perspectiva cultural. ¿Sucedía esto antes? ¿Existía una memoria tan vasta y accesible como Internet, capaz de poner en duda nuestros propios recuerdos y conocimientos constantemente? ¿Algo tan infinito y, a la vez, tan inexacto?</p><p>En <i>Ghost in The Shell</i>, la película de 1995 (casi veinte años...), ya se apuntaba que uno de los grandes problemas del futuro inminente (acaso ya presente) sería la ingente cantidad de información falsa y caduca que circularía por la red de redes.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjs6YqsXP8vivlZjrPl0-w-gbKrGUg2MxcpKFh6nPpnrlhkztWibdBlpVNdop4I7zF9KoTWd6wgriWt6dQpkBn9f-kcp62zwBb-erx6U__DCWvnY75oMAmrjntdDfwBC2T7nfdenmkHMGGXup_EnGJbt_q4E_wXFh4-uldyaMEY75DzRH8zO7QKgCNq" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="360" data-original-width="640" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjs6YqsXP8vivlZjrPl0-w-gbKrGUg2MxcpKFh6nPpnrlhkztWibdBlpVNdop4I7zF9KoTWd6wgriWt6dQpkBn9f-kcp62zwBb-erx6U__DCWvnY75oMAmrjntdDfwBC2T7nfdenmkHMGGXup_EnGJbt_q4E_wXFh4-uldyaMEY75DzRH8zO7QKgCNq" width="320" /></a></div><br />En la escena a la que pertenece este fotograma, un ciudadano al que le han hackeado la memoria se enfrenta al hecho de que la vida que vive es una mera invención, construida sobre recuerdos falsos. Eso me lleva a <i>Cumbres Borrascosas</i>, la célebre (y única) novela de Emily Brontë: "En ocasiones he soñado cosas que no he olvidado nunca y que han cambiado mi modo de pensar. Han pasado por mi alma y le han dado un color nuevo, como cuando al agua se le agrega vino."<p></p><p>En el documental <i>Èpica, el llegat de La Fura dels Baus</i>, dirigido por Joan Clusella y el que suscribe estas palabras, se reflexiona sobre el conflicto información/memoria. Pep Gatell, director artístico de la compañía, se pregunta hasta qué punto nuestra memoria ha desistido de recordar ciertas cosas y ha delegado esta labor en nuestros teléfonos inteligentes. El neurocientífico Lluís Fuentemilla, en el mismo documental, explica que la memoria no solo forja imágenes del pasado, sino que también genera conocimiento. En una afirmación que enlaza con lo dicho sobre <i>Ghost in the Shell</i>, añade: "Actuamos con información parcial. En el momento en que actúas con cierta incerteza, eres susceptible a tomar una decisión errónea". También interviene el doctor en Filosofía David Casacuberta, quien señala que "hemos superado la idea de la memoria como una cámara de fotos y ahora sabemos que es creativa. Recordamos el pasado a partir de una construcción a posteriori".</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/7ucJpqE7e_8" width="320" youtube-src-id="7ucJpqE7e_8"></iframe></div><p>Los recuerdos y los sueños no son solo ese retrato romántico que el Cine y la Literatura han popularizado, también son un pilar del conocimiento cognitivo y, en definitiva, de nuestra visión del mundo. Esa construcción, siempre subjetiva, influye en nuestra manera de actuar, sea para ejercer el derecho a voto, sea para enamorarnos. ¿Qué pasa cuando el recuerdo se enfrenta a la realidad, o al menos a la idea más cercana que tenemos de "la realidad"? Pues que se acaba el amor, como podemos ver en el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/The_Entire_History_of_You" target="_blank">episodio 3</a> de la primera temporada de <i>Black Mirror</i> o en este viejo tema de Los Magnéticos:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/ODadMlmtXUg" width="320" youtube-src-id="ODadMlmtXUg"></iframe></div><p>Hasta aquí mis cosas, y ahora la matraca:</p><p>La idea de Internet como una red mundial que nos permite acceder a la información e intercambiarla a través de páginas web va desapareciendo en favor de las apps y las redes sociales. Lo que antes era información libre ahora pasa a ser información controlada, de manera más o menos intencional. En resumen: antes buscábamos y ahora recibimos. Si ya asistimos a una primera gran brecha digital que dividió el mundo entre conectados y desconectados, ahora presenciamos una nueva división por nichos. Tal vez la red sea ahora mucho más accesible que hace veinte o treinta años, pero el todopoderoso algoritmo decide cada día más a qué tenemos acceso y, por tanto, qué existe y qué no. Incluso puedes desaparecer tú.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/XyK42dM7fGI" width="320" youtube-src-id="XyK42dM7fGI"></iframe></div><p>En esta extensa entrevista, el tecnólogo Santiago Bilinkis explica, entre muchas otras cosas, cómo funciona el algoritmo de las apps de citas. Estas aplicaciones puntúan a las personas que ahí se publicitan según el interés que despiertan, en función de diversos elementos mesurables: el tiempo que se observa su foto de perfil, los likes que recibe, etc. Hay que tener en cuenta que estas apps son, en esencia, un escaparate y, por tanto, el aspecto físico es el factor determinante. El algoritmo "descubrió" que "lo que funcionaba", era emparejar personas con puntuaciones similares. Basándose en esto, la app (una app abstracta, no una en concreto) muestra al usuario otros usuarios en el mismo rango de puntuación para ser más eficiente. Lo que dice Bilinkis es: "Esto termina generando que los lindos vean lindos y los feos vean feos. Si bien era cierto que antes la más linda no se enganchaba con el más feo del boliche, ahora ni siquiera lo ve". Es decir: ha dejado de existir.</p><p>En otra versión de los hechos, Tinder reconocía en 2019 que los guapos aparecían siempre primero en su aplicación, por la misma sencilla razón que Netflix destaca en portada sus producciones con más gancho: para que te suscribas. Así que la pregunta es: ¿Si soy feo, qué puedo hacer? Si eres feo y pobre, nada. Pero si eres feo y tienes dinero puedes pagar por una suscripción plus que te permitirá entrar en el reino de los guapos a través de diversas funcionalidades extra; como en un videojuego, como en una simulación de la vida real.</p><p>Vamos a las redes sociales, que no dejan de ser el sustitutivo de las relaciones tradicionales o, en todo caso, una nueva forma de relacionarse. Si bien Internet siempre está ahí (la web de <a href="https://symbolics.com/" target="_blank">Symbolics</a> está accesible desde 1.985), las redes sociales desaparecen. Desaparecieron las salas de chat, desapareció Messenger y desapareció MySpace. Todos los proyectos que allí se crearon (grupos de música, películas, colectivos, iniciativas...) desaparecieron con la red social de turno si no tuvieron continuidad posterior y, por tanto, ya no queda ningún rastro de ellos. Cuando cierre Twitter, se borrará todo lo que hemos dicho allí, y ya nadie podrá fiscalizarnos cuando accedamos a un cargo público, por ejemplo, o a cualquier trabajo, en definitiva. Tampoco cuando alguien nos haga match.</p><p>Un ejemplo intrascendente: El cantante de un grupo de cuyo nombre no quiero acordarme dijo en una entrevista, hace muchos años, que era votante del PP, ante el estupor (injustificado, por otra parte) de sus fans. Es otra de esas cosas de las que no queda rastro en Internet y, por tanto, es como si nunca se hubiera dicho. Sucedió algo parecido (y de esto sí ha quedado constancia en La Red) cuando el actor Gary Oldman se declaró republicano, generando una serie de reacciones basadas en la falacia de que los artistas son el reflejo de su obra o, peor aún, que son de izquierdas, por utilizar la jerga de estos lares.</p><p>Vamos, pues, con Sabina.</p><p>Hace unas semanas Joaquín Sabina saltó a la palestra gracias a unas declaraciones realizadas durante la presentación de su documental <i>Sintiéndolo mucho</i>, en las que dijo: "Ahora ya no soy tan de izquierdas porque tengo ojos y oídos para ver las cosas que están pasando". Esas palabras le sirvieron a la derecha para <a href="https://twitter.com/crpandemonium/status/1593657246701031425" target="_blank">cargar las tintas contra la izquierda</a>, acusándola de sectaria y de renegar de "sus" artistas cuando estos les traicionan. Más allá del pim-pam-pum, y después de escuchar por enésima vez esas declaraciones en la radio, me acabé preguntando: ¿Pero Sabina ha sido alguna vez de izquierdas? ¿De izquierdas de verdad, más allá de firmar algún papel mojado, más allá de Ana Belén y Víctor Manuel, más allá de Felipe González salvando los bosques con sus bonsáis? Una búsqueda superficial en Google no arroja ningún resultado satisfactorio sobre la cuestión, así que solo nos quedan las declaraciones de que ya no es "tan de izquierdas", que, por inducción, infieren que en algún momento lo fue.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/baCnltVPw2g" width="320" youtube-src-id="baCnltVPw2g"></iframe></div><p>Y ahora veamos el caso Pablo Motos contra el Ministerio de Igualdad.</p><p>Los usuarios de Twitter han denunciado en la red social una eliminación masiva de vídeos en los que el presentador de El Hormiguero supuraba machismo, alegando problemas de derechos de autor. Han denunciado incluso que los programas más vergonzantes ya no se encuentran en la web de Atresmedia. No he hecho la comprobación de si eso es cierto o no, ya que el caso de Pablo Motos en concreto no es el que nos ocupa, pero como ejemplo nos va de maravilla: En la memoria de Internet, no habrá ningún vídeo de Motos siendo machista.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjMV4N2K12kV8de68hrO0Ltu5bTWPGiWPreEj2VDRfqU5gj2fody6O3Wo_7tJ-EI_DxqQHhA7FBIvvmlX42UBG5WRt6Z3mqPfCuRlUOdCp40G0MsyJLvpIvRMwtdi4XRJFeeeAtCAjXOHTkq79BT-2HWAonaNMd7Zuytv0iIq0H6J-B3hJ5lv5qk4k3" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="698" data-original-width="700" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjMV4N2K12kV8de68hrO0Ltu5bTWPGiWPreEj2VDRfqU5gj2fody6O3Wo_7tJ-EI_DxqQHhA7FBIvvmlX42UBG5WRt6Z3mqPfCuRlUOdCp40G0MsyJLvpIvRMwtdi4XRJFeeeAtCAjXOHTkq79BT-2HWAonaNMd7Zuytv0iIq0H6J-B3hJ5lv5qk4k3" width="241" /></a></div><br /><div style="text-align: left;"><span>Esta destrucción del pasado, incluso desprecio, nos lleva a pensamientos tan </span><i>bizarros</i><span> como este:</span></div></div><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dzEeP4t2c76cNsoiqVW-Rg6mbGNO5T08FKfM0OBNFoeKg3yIlhNFuhnwkhzZJ70n9IVFwDBV3wkGiRnfWoYeQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><br />En esta interesante <a href="https://www.youtube.com/watch?v=WRS9Gek4V5Q" target="_blank">charla TED</a>, el actor Ethan Hawke se pregunta sobre la utilidad de la poesía, entre otras cosas. Dice: "Tu padre muere, pierdes a un hijo, alguien te rompe el corazón y de repente te desesperas por darle sentido a la vida. Te preguntas si alguien ha sufrido esto antes, cómo salieron ellos de esta tormenta. Ahí es cuando el arte no es lujo, es sustento". La respuesta está en los escritos. Permítanme, pues, un poco de poesía para cerrar el post.<div><br /></div><div>En la escena final de <i>American Psycho</i> (Mary Harron, 2000), aparece el protagonista dándole la espalda a una puerta cerrada en la que se puede leer "Esto no es una salida". Tal vez en un arrebato de optimismo, me gusta substituir esa frase por aquella otra que suele oírse en los aviones, antes del despegue, cuando te sueltan todo ese rollo para salvar la vida: "Recuerde que la salida más cercana puede estar detrás de usted".<div><div><br /></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj1-GB68Tx96uj0TTkoM1nAtddZHY-qKTI-l88QhS2NHdRAjBjzqDvSlJVCcx1YgETVJ9IeEi7953N6rzsTHke1pCPWBG16noK0YrIUM8lfOMXyzvXy6l2eB0cp9-HSIR3MdTwyTyF3rghiuIvk5bsNBMms_t_5u5z3m5M2ojXfwxKMPjZde_fFrOhU" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="510" data-original-width="722" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj1-GB68Tx96uj0TTkoM1nAtddZHY-qKTI-l88QhS2NHdRAjBjzqDvSlJVCcx1YgETVJ9IeEi7953N6rzsTHke1pCPWBG16noK0YrIUM8lfOMXyzvXy6l2eB0cp9-HSIR3MdTwyTyF3rghiuIvk5bsNBMms_t_5u5z3m5M2ojXfwxKMPjZde_fFrOhU" width="320" /></a></div><br /><div style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></div></div><div><div><div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /></div></div></div></div></div>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-28228099194834614222022-11-08T15:33:00.004+00:002022-11-13T19:50:02.157+00:00"Lo he visto en una peli". La Ficción no es Historia.<p>Hace apenas un par de meses que se estrenó <i>Blonde</i> y ya nadie se acuerda de la cinta de Andrew Dominik (director de la maravillosa <i>Mátalos Suavemente</i>), protagonizada por Ana de Armas y basada en el bestseller de la cinco veces finalista al Premio Pulitzer Joyce Carol Oates. Veamos ahora con calma, pues, qué pasó ahí.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijMNszufvhLOXmuatSajoyem5xSs7myjTBAjqoLF27XyvUun9lJxwQNU4HCJdCW-KYHthjWvHgq26rcDu08bRsCglocRqirmAqOFFrwAmJIItzrqInOp4xxQhgnnV1uzUGSLrQ21GVMB75TRif3kiuHNnpVdMVy__2Y0856wCGOt-ySblHn4P1Z7Q_/s1320/blonde%2001.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="743" data-original-width="1320" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijMNszufvhLOXmuatSajoyem5xSs7myjTBAjqoLF27XyvUun9lJxwQNU4HCJdCW-KYHthjWvHgq26rcDu08bRsCglocRqirmAqOFFrwAmJIItzrqInOp4xxQhgnnV1uzUGSLrQ21GVMB75TRif3kiuHNnpVdMVy__2Y0856wCGOt-ySblHn4P1Z7Q_/s320/blonde%2001.jpg" width="320" /></a></div><p>La enésima polémica del año no versó sobre la calidad de la película, sobre si era larga o corta, sobre la interpretación de los actores o las tetas de la protagonista, ni mucho menos. La crítica feroz fue esta: que el film no era fiel a la Verdad, con mayúsculas, como Dios, porque solo hay una. He leído cosas como que "la ficción no puede faltar a la verdad" o que "no puede retorcer la Historia", peroratas encendidas que acusan al director de negligente y cosas peores.</p><p>Flipo.</p><p>Vamos por partes. La ficción es ficción y punto. Esto no admite discusión; es así como es así que La Tierra es redonda (vale, sí, es un poco ovalada...). La tarea de la ficción es inventar, y para tal fin se sirve de cientos de recursos. Retorcer la realidad es uno de ellos, sea para vehicular un mensaje determinado, sea meramente para entretener. <i>La fiesta del Chivo</i>, <i>El Ministerio del Tiempo</i> o <i>Abraham Lincoln, cazador de vampiros</i> son solo algunos ejemplos dispares que demuestran que esto tampoco es nada nuevo. Y no solo en la ficción más narrativa, como la Literatura o el Cine: ¿Qué duda cabe de que las cosas <a href="https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20190513/47310882293/el-falso-retrato-de-coronacion-de-napoleon.html" target="_blank">no fueron exactamente como las pintó Jacques-Louis David</a> en <i>La consagración de Napoleón</i>"?</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8FLOaivlA2Pjf-GvsJJBJ48OXCP_kRJeN6UZp-ERlO2DF_RPYri0JW3KbUUxpvKOca1WFgiEhmwsHh6Cm3SeXpjH6lnC_-21NIaieW9V4iDLSAWJyZ-eZ_wbxtTJCyP7YrP4pDv12LFnVcBCYfrEF4NlPuluPcGn4iooGn_d912Z_2BT4HKyAbrBk/s1280/blonde%2002.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="805" data-original-width="1280" height="201" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8FLOaivlA2Pjf-GvsJJBJ48OXCP_kRJeN6UZp-ERlO2DF_RPYri0JW3KbUUxpvKOca1WFgiEhmwsHh6Cm3SeXpjH6lnC_-21NIaieW9V4iDLSAWJyZ-eZ_wbxtTJCyP7YrP4pDv12LFnVcBCYfrEF4NlPuluPcGn4iooGn_d912Z_2BT4HKyAbrBk/s320/blonde%2002.jpg" width="320" /></a></div><p>La cubierta de la edición original de <i>Blonde</i> ya lo deja bien claro: "A novel". En el prefacio, por si acaso, la autora lo explica: "Blonde es una <i>vida</i> radicalmente destilada en forma de ficción". En este texto, aclara la diferencias con "la verdadera Marilyn". Y aún más: "El lector que desee conocer datos biográficos fidedignos de Marilyn Monroe no debería buscarlos en <i>Blonde</i>".</p><p>Lo que pasa es que la gente no lee.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBLWbn2FHLI33Whw9C2gXgRZJYQHCBKOKTwLj1vb8ONuD6AZSdk5M64HIypfDS1wTOWz1yHyywIfSjQuKpy6fpgtkwUigJpIxJxQZqkVCojhLZ9stSx4rHGiOQwjaEGmY4_xBI4QE69edwWPjFGK0z9jYX0hzVEihONm3OHIgYaueiZkVbWA-DaZnY/s475/blonde%2003.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="475" data-original-width="312" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBLWbn2FHLI33Whw9C2gXgRZJYQHCBKOKTwLj1vb8ONuD6AZSdk5M64HIypfDS1wTOWz1yHyywIfSjQuKpy6fpgtkwUigJpIxJxQZqkVCojhLZ9stSx4rHGiOQwjaEGmY4_xBI4QE69edwWPjFGK0z9jYX0hzVEihONm3OHIgYaueiZkVbWA-DaZnY/s320/blonde%2003.jpg" width="210" /></a></div><p>Hay que reconocer, no obstante, que la moda de los <i>biopics</i> (y los<i> truecrime</i> y toda la basura basada en hechos reales) ha contribuido a la confusión, alimentada por publicistas y plumillas que no han dudado en tildar la película, e incluso la novela, de biográfica. El morbo vende más que el arte, sin duda. Dicho esto, tampoco recuerdo que nadie se rasgara las vestiduras porque <i>Shakespeare in love</i> (John Madden, 1.998), en otro juego ficción/realidad, le pusiera salsa a la vida del escritor británico.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5xPPF8J7Fv7Eh8UXDoPLW2iXGvZ5kuUaNrtA4SqKbMvpgLRVk9EmD0fxUr2ANOP4H2p_B3jUX_sfgcsUmn8ZeDwu7dLbmk28RNQ5r0PENErzHuJour1UV70Pg8QZPKxmzFXJxxujxLTlvxV-C6sMEFzGs7GhFofit--DKFnwYFiI9hFE_VAHLvzpn/s1170/blonde%2004.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="780" data-original-width="1170" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5xPPF8J7Fv7Eh8UXDoPLW2iXGvZ5kuUaNrtA4SqKbMvpgLRVk9EmD0fxUr2ANOP4H2p_B3jUX_sfgcsUmn8ZeDwu7dLbmk28RNQ5r0PENErzHuJour1UV70Pg8QZPKxmzFXJxxujxLTlvxV-C6sMEFzGs7GhFofit--DKFnwYFiI9hFE_VAHLvzpn/s320/blonde%2004.jpg" width="320" /></a></div><p>La única diferencia que al menos salta a la vista entre estos dos casos es de género, así que no descarto que todo el <i>hate</i> que corre en torno al #MeToo haya contribuido a demonizar la película de Dominik. La propia Oates, ante las críticas que la acusan de encarnizarse con la figura de Monroe, dice: "Sorprende que en la era posMeToo la cruda exposición de la depredación sexual en Hollywood sea vista como explotación". Curiosamente, es de sobras conocida la <a href="https://www.esquire.com/es/actualidad/cine/a26472623/harvey-weinstein-shakespeare-in-love-oscars-1999/" target="_blank">teoría</a> de que fue Harvey Weinstein, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Casos_de_abuso_sexual_contra_Harvey_Weinstein" target="_blank">el productor que hizo estallar el #MeToo</a>, quien fábrico el éxito de <i>Shakespeare in love</i> en los Oscar, por encima de <i>Salvar al Soldado Ryan</i>. Casualidades.</p><p>Aún hay otro problema. Supongo que recuerdan la polémica sobre <i>Lo que el viento se llevó</i> (hablamos de ella <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2021/01/los-arboles-no-nos-dejan-ver-el-bosque.html" target="_blank">aquí</a>). La "gente", sea lo que sea eso, se indignó porque HBO decidió incluir al principio de la película una cartela advirtiendo sus connotaciones racistas. El enojo no vino porque HBO estuviera tratando de tonto al espectador, como si este no fuera consciente de que se trata de una ficción que construye un retrato romántico de la esclavitud. No, la gente se enfadó alegando que una especie de grupo de presión de ofendiditos quería esconder la Verdad, una verdad que, en su cabeza llena de basura, debe de ser que los negros son todos unos holgazanes que están encantados de que les puteen. En su cabeza, <i>Lo que el viento se llevó</i> es Historia, todos los westerns son Historia, <i>Excalibur</i> es Historia, <i>Pearl Harbour</i> es Historia. ¿Quién no ha oído la frase: Lo he visto en una peli? </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinSeovNf78T2g8wa6I2Pfya8-SFnTNXH4OlqhKiDm3uDCQt5tUuWzYnT3Cxzu0RzTikT8hd3Rq4Un90SitZhVWYn651IGi-jISAx05Zwfbm9tmGlQXP38gsDrqeHYlHx2wMx3ZraRtToYWvrKC1B9knGNFHRpDDteq7UwI5sQV9UgMx-Q2nP4NZEz5/s1497/blonde%2005.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="899" data-original-width="1497" height="192" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinSeovNf78T2g8wa6I2Pfya8-SFnTNXH4OlqhKiDm3uDCQt5tUuWzYnT3Cxzu0RzTikT8hd3Rq4Un90SitZhVWYn651IGi-jISAx05Zwfbm9tmGlQXP38gsDrqeHYlHx2wMx3ZraRtToYWvrKC1B9knGNFHRpDDteq7UwI5sQV9UgMx-Q2nP4NZEz5/s320/blonde%2005.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"No sé, Rhett..."</td></tr></tbody></table><p>Hasta <i>La Biblia</i> es Historia. Ah, la Iglesia...</p><p>Hace unos meses, <a href="https://ctxt.es/es/20221001/Firmas/41069/santa-teresa-de-jesus-paco-bezerra-teatros-del-canal.htm" target="_blank">se retiró de la programación de los Teatros del Canal</a> la obra de Paco Bezerra <i>Muero porque no muero</i>, que representa a Teresa de Jesús, copatrona de España, como una prostituta indocumentada y drogadicta. Entre los que alzaron la voz en contra, por supuesto: VOX. <a href="https://elpais.com/cultura/2022-09-20/vox-aplaude-que-la-comunidad-de-madrid-cancelara-la-obra-teatral-de-paco-bezerra-sobre-santa-teresa-por-danina-y-esperpentica.html" target="_blank">Gonzalo Babé</a>, su portavoz: “Les agradezco que no programen una obra tan dañina y esperpéntica, muchas felicidades por no programar semejante daño a la cultura española, a una santa doctora de la Iglesia. Que lo financie la izquierda y que vayan a verla todas las veces que quieran. Pero no con dinero público”.</p><p>Lo dicho: la Verdad, y además construía sobre un mito. No hay nada menos posmoderno que una idea de Verdad única e incuestionable: </p><p>✎ «Un escritor que dice que no hay verdades, o que toda verdad es "meramente relativa", te está pidiendo que no le creas. Así que no lo hagas». <b>Roger Scruton</b>, <i>Modern Philosophy: An Introduction and Survey</i>.</p><p>✎ [La deconstrucción me] «libera de la obligación de tener razón... y solo exige que sea interesante». <b>Stanley Fish</b>, <i>Is There a Text in this Class?</i></p><p>✎ [El posmodernismo] «no busca encontrar el fundamento y las condiciones de la verdad, sino ejercer el poder con el propósito de cambiar la sociedad» <b>Frank Lentricchia</b>, <i>Criticism and Social Change</i></p><p>✎ «La "verdad" debe entenderse como un sistema de procedimientos ordenados para la producción, regulación, distribución, circulación y funcionamiento de los enunciados. La "verdad" está vinculada en una relación circular con los sistemas de poder que la producen y sostienen, y con los efectos de poder que induce y que la amplían. Un "régimen" de la verdad.» <b>Foucault</b></p><p>Sin duda, esta última idea nos acerca a la propia aberración de la Verdad, lo que se ha conocido como "posverdad" y que ha servido a la derecha para luchar contra las políticas de discriminación positiva. Uno podría pensar, no obstante, que es posible, o que al menos entra en un marco dialéctico razonable, poner en cuestión la visión eurocentrista de la conquista de América o el resultado de las últimas elecciones presidenciales en EE.UU. Pero podríamos ponernos de acuerdo en cuestiones más técnicas, como que dos y dos son cuatro. Pues tampoco. En <i>La universidad de la posverdad</i>, Alejandro Zaera-Polo explica un periplo que culminó con su despido de la Universidad de Princeton por supuestas cuestiones ideológicas. Era profesor de Arquitectura. ¡Arquitectura! ¡Levantan casas y puentes! No quiero profundizar más en este caso, ya que hay ahí una confrontación entre políticas de la identidad y cultura de la cancelación que son motivo de otro debate, pero funciona como ejemplo actual de que ni la Ciencia se libra.</p><p>La más célebre polémica en torno al asunto Ciencia/Verdad la encontramos en el escándalo Sokal. En 1.996, el físico Alan Sokal publicó un artículo en la revista <i>Social Text</i> que argumentaba que la gravedad es un constructo social (la gravedad cuántica, pero bueno...). Que solo existe porque la sociedad se comporta como si existiera, que si no se creyera en ella dejaría de existir. El artículo coló. El objeto del físico era poner de manifiesto la falta de rigurosidad y evaluación de este tipo de revistas con espíritu humanístico dirigidas por "universitarios posmodernos" [no literal]. Sin duda, es más que evidente que el centro magnético de La Tierra me seguirá atrayendo hacia su interior aunque yo deje de creer en la gravedad, pero no puedo evitar ver una conexión entre esto y el <a href="https://www.eldiario.es/illes-balears/sociedad/terraplanistas-reunen-menorca-desmentir-supuestos-siglos-enganos-importante-abrir-ojos_1_9508293.html" target="_blank">auge del terraplanismo</a>.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgAzRAx_DVIwTrfm1FD8a36BrzCTQfQG0fvop9GiLClVYNAXix8xtZ0VClcz0M0T3YcszCDqKbaZ9xzWPgzHXTXGaqcecUPijcafZU8WNhauedI4mlzQXJDRGQro39wBWZfKNxH8FH2APpxVu_7W3ekts5mwpORNWMi4vukWA8umRlECzp3tQNrwWx/s589/blond%2010.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="589" data-original-width="441" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgAzRAx_DVIwTrfm1FD8a36BrzCTQfQG0fvop9GiLClVYNAXix8xtZ0VClcz0M0T3YcszCDqKbaZ9xzWPgzHXTXGaqcecUPijcafZU8WNhauedI4mlzQXJDRGQro39wBWZfKNxH8FH2APpxVu_7W3ekts5mwpORNWMi4vukWA8umRlECzp3tQNrwWx/s320/blond%2010.jpg" width="240" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alan Sokal. Fuente: Wikipedia</td></tr></tbody></table><p>Volviendo a la mundanidad: lo que quiero decir es, por ejemplo, que si Papa Noel viste de rojo es porque a alguien le interesó obviar las otras versiones del mito. Del mismo modo, si un veterano de Vietnam puede acabar él solito con todo el ejército soviético en <i>Rambo III</i> es porque alguien necesita subirle la moral al país. O sea, que películas como <i>Air Force One</i> o <i>Independence Day</i> coincidan con el mandato de Bill Clinton no puede ser mera casualidad. Y podríamos tirar atrás: <i>El nacimiento de una nación</i>, <i>El acorazado Potemkin</i> y hasta los dibujos del <a href="https://www.youtube.com/watch?v=eMU-KGKK6q8" target="_blank">Pato Donald</a>.</p><p>✎ «La Historia es solo el cuento que explica el que asomó por encima de la carnicería». <i>Matanza, La vida es maravillosa</i> (David Quinn & Kyle Hotz, 1.997).</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVCky2TdLrZ3-nMOkmgTT2cEhK1jL3wJUyHkyhatICycLWE06HvMqN-ESrdzyDRVuViSLI9tILsFESjA_KPE-szJ3qbNNT5ryQzZNf1LJytkx22Unq6wcXl0x6Js0sG3oWETHuTum_bVLF0nO7IeIIy_IepqiTs65oUJnhK5MhsbOsoZkkpaqRkPrd/s600/blonde%2009.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="600" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVCky2TdLrZ3-nMOkmgTT2cEhK1jL3wJUyHkyhatICycLWE06HvMqN-ESrdzyDRVuViSLI9tILsFESjA_KPE-szJ3qbNNT5ryQzZNf1LJytkx22Unq6wcXl0x6Js0sG3oWETHuTum_bVLF0nO7IeIIy_IepqiTs65oUJnhK5MhsbOsoZkkpaqRkPrd/s320/blonde%2009.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Disney</td></tr></tbody></table><p>Es evidente que hay premeditación en todo esto, pero debemos reconocer que la mirada del espectador medio ha sido en general muy poco crítica y, sobre todo, comodona: el más fácil tragarse un <i>blockbuster</i> que ver un documental, y ya no digamos leer un ensayo, con todos esos puntos y esas comas. Tal vez recuerden que hace años el informe PISA, el estudio internacional que mide el rendimiento académico de los alumnos, era materia habitual de los telediarios. Desde la caja tonta nos explicaban año tras año que la comprensión lectora de los españoles siempre era preocupantemente baja (aún hoy, en España es <a href="https://elpais.com/educacion/2021-06-15/espana-es-uno-de-los-paises-de-la-ue-donde-mas-se-estanca-la-comprension-lectora-entre-los-15-y-los-27-anos.html" target="_blank">donde más se estanca</a>). Pero eso ya no sale en las noticias, supongo que porque el país va bien. Hagan un experimento: busquen cuántas informaciones han aparecido este año en la tele sobre la comprensión lectora de los españoles y cuántas sobre el terraplanismo.</p><p>Equilicuá.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOgridicYwiRAQcQAGOHzypxCR8oyXM2JgPp6W5bNYbquvg6EMaBSTXHyxghSdWSiEH5UGD3Jv-kkXpHhIuqeddkWGwSvPPFH6EvnY2mddGWuGMTYQhVpL0ZtB61jMvSe9ChmVvc6GXza4zXbAIRb2zIx5Rgwo31Q4g3E1OveeSGAKgsH8jfZWnSxt/s800/blonde%20%2008.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="498" data-original-width="800" height="199" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOgridicYwiRAQcQAGOHzypxCR8oyXM2JgPp6W5bNYbquvg6EMaBSTXHyxghSdWSiEH5UGD3Jv-kkXpHhIuqeddkWGwSvPPFH6EvnY2mddGWuGMTYQhVpL0ZtB61jMvSe9ChmVvc6GXza4zXbAIRb2zIx5Rgwo31Q4g3E1OveeSGAKgsH8jfZWnSxt/s320/blonde%20%2008.jpeg" width="320" /></a></div><p>Casualmente, el tema de la ficcionalización de la Historia ha vuelto a ponerse sobre la mesa coincidiendo con el estreno de <i>Argentina, 1985</i>, de Santiago Mitre, una cinta sobre el proceso judicial contra la dictadura militar. En <a href="https://ctxt.es/es/20221101/Culturas/41230/argentina-1985-cine-ricardo-darin-steven-spielberg.htm?fbclid=IwAR2W3z4bRmJYQlmYh5QDe08Ga20cffb8JNKer3NgTCyXcXk5__YQXRZdTN4p" target="_blank">este artículo</a>, Jacobo Sucari analiza los riesgos de la dramatización de hechos históricos y los problemas derivados de encajarlos en los cánones narrativos de la industria del entretenimiento. Más allá del análisis, Sucari destaca una cita de Ricardo Darín, protagonista y productor del film, que enlaza con las palabras de Oates al principio de su libro: “Yo sé que esta película va a generar controversia en esos sectores con actitudes intransigentes. En la gente más sensible, proclive a emocionarse y reflexionar, encontrará un camino de abrazos”. Y sigue: “La aparición de la verdad y la justicia imagino que hará sentirse más acompañados a los que han sufrido, no avasallados, como se sintieron. Es una reparación mínima porque, insisto, las vidas perdidas no se recuperan”. Es decir: hemos venido a hacer Justicia, no Historia. Y aún más; en la película, uno de los fiscales dice, acaso en un ejercicio metaliterario: "Acá se trata de lo que el país necesita".</p><p>Ya sé que todo esto que escribo a veces parece sostenerse sobre castillos de naipes, pero cuando la convicción flaquee recuerden siempre esta sencilla idea: Si Marylin era rubia es porque los caballeros las prefieren rubias.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7XOU7rsK2pbeFDXBXWmHKBNOxtdGT4IiWnTY9-doM_hCSx2ilAkWRI2mKdobhl72NHOmXHalgiUhaKZvGuFQUJO_40LsJ5dT_yU6BKOXcFIpx66pO1cCcdwwlF8NO6UZJalKmN1XiTQkyGuCVlxz715ZtdT9CPWmGyCijouF8VbjI9GcwjoW7KMVT/s1335/blonde%2007.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1001" data-original-width="1335" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7XOU7rsK2pbeFDXBXWmHKBNOxtdGT4IiWnTY9-doM_hCSx2ilAkWRI2mKdobhl72NHOmXHalgiUhaKZvGuFQUJO_40LsJ5dT_yU6BKOXcFIpx66pO1cCcdwwlF8NO6UZJalKmN1XiTQkyGuCVlxz715ZtdT9CPWmGyCijouF8VbjI9GcwjoW7KMVT/s320/blonde%2007.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Norma Jean. Foto: Donaldson Collection<br /></td></tr></tbody></table><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p><p><br /></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-57235235011103414862022-09-29T12:46:00.005+01:002022-10-03T20:50:25.667+01:00Todos con Emilio: La belleza como narcótico.<p>No hace mucho el reel de alguna red social me tiraba a la cara esta <a href="https://cadenaser.com/nacional/2022/09/07/la-sociedad-no-me-lo-permite-la-insolita-excusa-de-un-comensal-de-first-dates-para-dejar-plantada-a-su-cita-cadena-ser/" target="_blank">polémica</a> surgida en el celebérrimo programa de televisión <i>First Dates </i>que ha saltado incluso a los medios de comunicación otrora considerados serios. Para el que no sepa de qué va la cosa, se trata de un longevo reality en el que parejas de lo más variopinto acuden a una cita a ciegas bajo la atenta mirada de "toda" España (entre uno y dos millones de espectadores diarios). En el caso que nos ocupa, Emilio, un agricultor de 80 años, interrumpe abruptamente la cita y se dirige a la presentadora. Mantienen esta conversación:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dypXVOsP2Judg_txaEOZ9sZ_bZIo0DSjqphxdgRoovBrRHhYXgtasa8Yh1-L36zkYserZvLqvFdrEMwSreJfg' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><p style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: times;">Emilio: ¿Podemos anular la cita? / </span><span style="font-family: times;">Presentadora: ¿Te encuentras mal? ¿O, por qué? / </span><span style="font-family: times;">Emilio: Porque... [duda] no... no encaja conmigo. / </span><span style="font-family: times;">Presentadora: ¿No quieres darle una oportunidad? / </span><span style="font-family: times;">Emilio: La sociedad no me lo permite.</span></span></p><p>¡Pam!, me voló la cabeza. Un golpe al sistema desde dentro del mismo sistema. En un programa de máxima audiencia, el concursante pone de manifiesto la esclavitud de las convenciones sociales, denuncia en prime time que no tiene libre albedrío. Tal vez, la señora, Blanca, es una bellísima persona, el amor de su vida, pero a Emilio eso no le preocupa; no le puede dar ni tan solo "una oportunidad". Los cánones estéticos le impiden conocer a esa mujer y, en última instancia, le impiden amar.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgMx-U8-LDjXcA7vjs1v-3tEsP5CBKZMlqrEzW5dnFE15KbYV4HhS2WtLDqTIhIk7yu_45W4U9XocrkFHiRylzmJDMFyRB9gW3wwzTGYuqk23sA054TMM7UP1Eofm7H-AKQsKJDORWL4irhgmjxkG33p1a7vI4xXHFNlEwBqLEqfOj05OVbB5D9GwI0" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="900" data-original-width="1200" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgMx-U8-LDjXcA7vjs1v-3tEsP5CBKZMlqrEzW5dnFE15KbYV4HhS2WtLDqTIhIk7yu_45W4U9XocrkFHiRylzmJDMFyRB9gW3wwzTGYuqk23sA054TMM7UP1Eofm7H-AKQsKJDORWL4irhgmjxkG33p1a7vI4xXHFNlEwBqLEqfOj05OVbB5D9GwI0" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: Mediaset</td></tr></tbody></table><br /><div>Aún más me sorprendió que tamaño shock to the system no tuviera ningún tipo de consecuencia, por pequeñita que fuera. Eso, en cualquier ficción distópica, es un golpe de efecto de manual. Y no es que el asunto pasara desapercibido, todo lo contrario: existe profusión de artículos y vídeos en YouTube sobre este episodio, pero todos ellos, incluso los "serios", centrados en el mero morbo o en lo friqui. Ningún análisis entra a fondo en la cuestión: Emilio es una víctima a la que la sociedad no le deja amar. ¿Acaso estamos adormilados?<p></p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi60qUseWRVDA0RgILaEGd-OtuNzVa49_wXxcLYdIIOZMvAHUCmnoFSup3g0_1zMkmRmknw23-5tOyhLDgO_w8sQ6FdbRT0I4jWByraXzzd2k11ZMyZBAqKUfN4cCugiVxtdrBLaC6xPI11aqUN56CwH8OFCOpkPv5-og7Z3rU4i3v3GMXR7vwInEc0" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="815" data-original-width="1200" height="217" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi60qUseWRVDA0RgILaEGd-OtuNzVa49_wXxcLYdIIOZMvAHUCmnoFSup3g0_1zMkmRmknw23-5tOyhLDgO_w8sQ6FdbRT0I4jWByraXzzd2k11ZMyZBAqKUfN4cCugiVxtdrBLaC6xPI11aqUN56CwH8OFCOpkPv5-og7Z3rU4i3v3GMXR7vwInEc0" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Perseguido</i>, golpe al sistema en hora de máxima audiencia (Paul Michael Glaser, 1987)</td></tr></tbody></table><br /><u>La belleza como narcótico</u><p></p><p>Una de las series de la temporada (y una de las adaptaciones más esperadas de todos los tiempos, sin exagerar) ha sido <i>The Sandman</i>, traslación aparentemente literal de la obra magna de Neil Gaiman a la pequeña pantalla. Digo "aparentemente" porque, si bien la trama parece calcada a la del tebeo original, se ha retorcido su espíritu para adecuarlo a los gustos de las plataformas de vídeo, Netflix en este caso. El asunto, contaminado por el infértil debate del cambio de género y color de algunos personajes, ha sido vendido como una adaptación no solo a un medio diferente, sino también a un tiempo diferente. Aceptando de antemano la mayor (que una adaptación es precisamente eso), centrémonos en un episodio en concreto para ver lo que está pasando ahí. Funciona como ejemplo de lo que está pasando en todas partes:</p><p><i>24 horas</i> ha sido uno de los capítulos más aplaudidos de la serie y es, sin duda, el episodio más célebre del primer arco argumental del cómic. Una propuesta narrativa rompedora en el marco de una época de rupturas en el noveno arte que dejó impronta en los lectores del momento, 1989. La adaptación a la televisión es aparentemente respetuosa, pero solo en la superficie. Mientras en el tebeo la trama se desarrolla en un inhóspito dinner, la televisión nos sitúa en un restaurante bastante acogedor; mientras el protagonista del cómic es un adefesio, casi un cadáver, en la serie es un tipo incluso atractivo; mientras la viñeta trata diversos temas, entre ellos el control de masas, la pantalla se centra solo en pulsiones como el sexo y la violencia... Y lo más evidente: mientras en la obra original el malo hace lo que hace porque puede, en la adaptación de Netflix es una pobre víctima de la sociedad hasta tal punto que cree estar haciendo lo correcto, y Morfeo ni siquiera lo puede castigar por ello...</p><p>Ya para acabar: en el tebeo hay humor y en la serie, no. No es una broma.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjNOClA478BgH8KtWEvPJlH19o_CxdnYmRT4tHYQAwBddnQq1pGhXpFBiW73sSUmjwAIZaMa-eYwBUkj0npEtkiaYri7FsWFjtkOxx4jFkMjmPMe6XNvR1hw7YcoNsNikbFWBCFA63R8pPMMXN3xcO1i-B67lmgFZwrn4Oba-2okCfW1c9JzwiRnZXn" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="1153" data-original-width="750" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjNOClA478BgH8KtWEvPJlH19o_CxdnYmRT4tHYQAwBddnQq1pGhXpFBiW73sSUmjwAIZaMa-eYwBUkj0npEtkiaYri7FsWFjtkOxx4jFkMjmPMe6XNvR1hw7YcoNsNikbFWBCFA63R8pPMMXN3xcO1i-B67lmgFZwrn4Oba-2okCfW1c9JzwiRnZXn=w260-h400" width="260" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">John Dee en el tebeo.</td></tr></tbody></table><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEizwtDIksj637v0VeR7pZV9PRQcvbnTQQcKX-q-JKPSyb81RPWkd6Qjf95v2MN5l6yPJyZ6rDaXTWheNKMmJNVX1fcQv3F4YZTJeVW8ZtMmP2OrJPRmM6Uc-6gYUlW8AJKFyGv_Xp_ymJ14hwwjGpGrG5HfOTRu8UdN8fCerTRKvVlKm0IAxjNd4ZQm" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="750" data-original-width="1422" height="169" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEizwtDIksj637v0VeR7pZV9PRQcvbnTQQcKX-q-JKPSyb81RPWkd6Qjf95v2MN5l6yPJyZ6rDaXTWheNKMmJNVX1fcQv3F4YZTJeVW8ZtMmP2OrJPRmM6Uc-6gYUlW8AJKFyGv_Xp_ymJ14hwwjGpGrG5HfOTRu8UdN8fCerTRKvVlKm0IAxjNd4ZQm=w320-h169" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">John Dee en la tele.<br /><br /></td></tr></tbody></table>El espectador medio, sea lo que sea eso, creerá estar disfrutando de una transgresión de lo convencional gracias a esas mesuradas dosis de sexo y violencia (¿qué hay más manido que el sexo y la violencia en la televisión?), pero en realidad le están vendiendo un cordero con piel de lobo envuelto en reluciente papel de regalo. ¿Para cuándo una maldad realmente incomprensible? ¿Cuándo, un sexo realmente fuera de norma? ¿Cuándo, un protagonista "feo"?</div><div><div><br /></div><div><a href="https://openai.com/dall-e-2/" target="_blank">Dall·e</a> es una inteligencia artificial diseñada para crear imágenes realistas y obras de arte a partir de una descripción en lenguaje natural. Es decir, tú escribes "gato comiendo pizza" y eso es lo que recibes. He realizado una prueba con su versión <a href="https://www.craiyon.com/" target="_blank">lite</a>, y le he pedido que cree simplemente imágenes de "belleza", sin ningún parámetro más. Tal es el calado del asunto, que incluso si le pides belleza a una IA te ofrece mujeres desnudas:</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRv36PR85W2q2i1OOPDEYEVBa5zvlPTZYd3lKpbptSWwzXx61QZsTf25Ok22vdn1TvGfb8YZaa3KFP0Fq8SLzmnhSICQh9SUuiRpO4V9TCRf1Su-kCtn-mlmRnWA3HCFaJpmMn09an25dKwvZ-eJvHpQCn2w9g3NJ9M9IgnTQRdePyvtDzfcaQZHsE/s835/beauty.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="835" data-original-width="782" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRv36PR85W2q2i1OOPDEYEVBa5zvlPTZYd3lKpbptSWwzXx61QZsTf25Ok22vdn1TvGfb8YZaa3KFP0Fq8SLzmnhSICQh9SUuiRpO4V9TCRf1Su-kCtn-mlmRnWA3HCFaJpmMn09an25dKwvZ-eJvHpQCn2w9g3NJ9M9IgnTQRdePyvtDzfcaQZHsE/s320/beauty.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Da un poco de miedo, ya... La versión "premium" dibuja mucho mejor.</td></tr></tbody></table><div><br /></div><div>Sigamos en Netflix: <i>La Casa de Papel</i> popularizó de manera viral el tema <i>Bella Ciao</i>, un himno de la resistencia italiana contra las fuerzas nazis. Este símbolo partisano llegó a todos los hogares, ya no de España, sino del mundo, a través de una banda de ladrones a los que se les pintaba, con brocha gorda, un halo de heroísmo antisistema. La perversión del mensaje llegó a tal extremo que se pudo llegar a oír la canción en los mítines de VOX. Como dijo Pere Solà Gimferrer en <a href="https://www.lavanguardia.com/series/netflix/20190820/464192907070/la-casa-de-papel-bella-ciao-significado-polemica.html" target="_blank">este artículo</a>, "los hombres que fallecieron tras combatir a Adolf Hitler y Benito Mussolini deben estar removiéndose en sus tumbas". De nuevo, la belleza —una canción bonita, unos chicos de carpeta, un apasionado drama— nos evade de la realidad con su edulcorada cadencia. Si significaba algo, ¿qué importa ya?</div><div><br /></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/sut2OuM16Ac" width="320" youtube-src-id="sut2OuM16Ac"></iframe></div><p>¿Pero acaso la belleza no ha sido siempre símbolo de arrebato? En <a href="https://hitemocional.blogspot.com/2022/08/siempre-estoy-triste.html" target="_blank">esta entrada</a> del blog de Juanjo Sáez, el ilustrador reflexiona sobre las cosas que le hacen feliz: "Mi felicidad depende del gustito, del placer, del cuerpo, del arrebato, de lo que no me deja pensar y me despista totalmente". Sin duda, ante la belleza, ya sea una obra de Klimt o una puesta de sol, uno deja la mente en blanco, olvida los problemas y es sincera y sencillamente feliz. Ahora ese analgésico llega a chorro a todas las televisiones del planeta, y además a demanda, inundando todos los espacios vacíos de nuestra mente; todas las sobremesas, todas las conversaciones de oficina. Es un dulce sueño rosa en el que un día entra Emilio, repeinado y con su mejor camisa, retransmitiendo para todo el país... y se topa con la realidad.</p><p>Como siempre, hay que recurrir a los márgenes para encontrar una reivindicación de la belleza que se aleje de los cánones dictados por la sociedad. En <a href="https://www.lacupula.com/catalogo/flujo-dave-cooper/" target="_blank"><i>Flujo</i></a>, un tebeo de Dave Cooper, somos testimonios de cómo se teje una relación sexual en la que la atracción y la repulsión se abrazan constantemente. En<i> <a href="https://www.astiberri.com/products/belleza" target="_blank">Belleza</a></i>, de Kerascoët y Hubert, la joven más fea del pueblo obtiene el don de la beldad gracias a la intervención de una hada, un don envenenado que provocará pasiones y guerras. ¿Cómo amar a alguien feo? ¿Cómo gestionar una belleza absoluta? ¿Dónde se aprende eso? Una de las citas más célebres de <i>The Sandman </i>reza así: “He estado haciendo una lista de las cosas que no te enseñan en la escuela. Ellos no te enseñan cómo amar a alguien. Ellos no te enseñan cómo ser famoso. Ellos no te enseñan cómo ser rico o cómo ser pobre. Ellos no te enseñan cómo alejarte de alguien a quien ya no amas. Ellos no te enseñan cómo saber lo que sucede en la mente de otra persona. Ellos no te enseñan qué decir a alguien que está muriendo. Ellos no te enseñan nada que valga la pena saber.” Aún sobre esto, el consultor empresarial Emilio Duró, célebre por sus <a href="https://www.youtube.com/watch?v=nseLteyJbMk&t=526s" target="_blank">conferencias sobre el poder del optimismo</a>, dice también: "Ninguno de mis problemas son técnicos, todos son emocionales".</p><p>En la interesantísima película <i>The Death of Dick Long</i>, dirigida por Daniel Scheinert y estrenada recientemente en Filmin, asistimos a un crescendo de situaciones consideradas socialmente aberrantes hasta que el protagonista, en un callejón sin salida, confiesa ante su perpleja familia: "Sentirse solo no es una cosa que desaparezca cuando te casas". ¿Y qué es el matrimonio sino la más grande y antigua de las convenciones sociales? <a href="https://www.newtral.es/matrimonios-divorcios-espana/20220815/" target="_blank">Dato</a>: Cada año, en España, se casan unas 160.000 parejas y se divorcian unas 95.000.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/D4xq67sBdrM" width="320" youtube-src-id="D4xq67sBdrM"></iframe></div><p>Hablemos pues de infidelidad, una aberración de la norma que ha sido curiosamente normalizada y envuelta de romanticismo hasta cotas tan perversas como en la célebre <i>Una proposición indecente</i> (Adrian Lyne, 1993). En la película protagonizada por Robert Redford, Demi Moore y Woody Harrelson, una joven pareja con problemas económicos acepta un millón de dólares a cambio de que un ricachón se acueste con ella. ¿Puede el amor resistir eso? Lejos de la oscuridad que aparenta esconder la trama, se trata de un exitoso drama romántico con toda la pompa de Hollywood a ritmo de The Pretenders. Y ya no hablemos de <i>Pretty Woman</i> (Garry Marshall, 1990), el más retorcido y glamuroso retrato de la prostitución que se ha firmado nunca.</p><p>Ahora veamos los márgenes: Ponent Mon ha publicado recientemente <i>B.O. Como Dios</i>, un tebeo de Ugo Bienvenu sobre un robot prostituto que atraviesa la galaxia ofreciendo sus servicios al precio que merece el mejor amante del universo. El protagonista interpela al lector desde la fría autoridad con la que habla un autómata: "Todos los humanos sueñan con acostarse con ella, pero folla conmigo. ¡Ojo! Yo no saco orgullo ni placer alguno de todo esto. Soy un robot". [ABRO SPOILER] Después de un amplio catálogo de relaciones sexuales, al final de un viaje que también es introspectivo, el robot descubre que el vacío de su envidiable existencia no responde a su mera condición, sino a que no se le ha brindado la posibilidad de amar [CIERRO SPOILER]. Ese robot es Emilio.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNv1nzRfz-S0Zsh7ebYvCh7cdqiWpda7-wW11YQR9-pOojkN4696V_oIsyCUxUMO1HM2enxgp2S_TR5KGJPT3aC-hytaovAAkOTNDe2Hv7twRf5RwCS_7DKV5xuztYum7sFwtNDPOza2JZfw9UD3HUll4mLbP05AYPwOrzfks57kf6gXLU-HzPdnAO/s1020/bo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="795" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNv1nzRfz-S0Zsh7ebYvCh7cdqiWpda7-wW11YQR9-pOojkN4696V_oIsyCUxUMO1HM2enxgp2S_TR5KGJPT3aC-hytaovAAkOTNDe2Hv7twRf5RwCS_7DKV5xuztYum7sFwtNDPOza2JZfw9UD3HUll4mLbP05AYPwOrzfks57kf6gXLU-HzPdnAO/s320/bo.jpg" width="249" /></a></div><p></p><p>Nótese que hablo mucho de tebeos y pelis raras, pero poco de bestsellers. Otra cita: El escritor y guionista Hernán Migoya dijo que "el cómic es el medio narrativo más libre que hay en España. Paradójicamente, porque es un medio sin el dinero, la fama y el prestigio del cine, la tele o la literatura. No hay tanto lobo manejando fondos públicos ni tanto narcisista patológico, casi sólo gente que ama lo que hace". Sin duda la "verdad", permítaseme decirlo así, luce más en los márgenes, y más aún en los márgenes de los márgenes. Sin duda, no en la televisión.</p><p>Un <a href="https://www.ara.cat/societat/vull-llavis-apareixen-tiktok_130_4498590.html" target="_blank">dato</a> para acabar: La edad de los primeros tratamientos estéticos ha bajado a los 20 años en España, y las clínicas han aumentado en un 20% desde el año 2020. Beauty is only skin deep.</p><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/WjjSwKzeLdw" width="320" youtube-src-id="WjjSwKzeLdw"></iframe></div></div><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p></div></div>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-37581165674959634982022-07-25T12:33:00.003+01:002022-07-25T12:33:36.961+01:00He ido a ver a Rosalía<p>He ido a ver a ROSALÍA.</p><p>No era un concierto,</p><p>era ella</p><p>—era ir a verla a ella—.</p><p><br /></p><p>Era solo ella en un fondo blanco,</p><p>y unas pantallas en las que solo salía ella;</p><p>todas las partes de su cuerpo,</p><p>desde todos los ángulos,</p><p>todos.</p><p><br /></p><p>Nada realmente nuevo,</p><p>todo realmente novedoso.</p><p><br /></p><p>Cuando ella se ponía folclórica, arrollaba.</p><p>Cuando la música se ponía industrial, arrollaba.</p><p>Y el público enloquecía cuando movía el culo:</p><p><span> </span>así de simple.</p><p><br /></p><p>¿Que no había músicos?</p><p>¡Daba igual!</p><p>¿Que igual había playback?</p><p>¡Daba igual!</p><p>No era un concierto</p><p><span style="background-color: white; color: #4d5156; font-family: arial, sans-serif; font-size: 14px;">—</span>era ir a verla a ella<span style="background-color: white; color: #4d5156; font-family: arial, sans-serif; font-size: 14px;">—,</span></p><p>como</p><p><span> </span>esto<span> </span></p><p><span> </span><span> </span>no<span> </span></p><p><span> </span><span> </span><span> </span>es</p><p><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span>un</p><p><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span>poema.</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7uR6DjRsaTnnH8KJF5YX0QcAY2XTZ_CxM6Kb_xgtTBT-yt6tU5YSuM73fVHRwpNMx7NYyXT1XjiEIftxTCIL0O6Taq7vmLGGDAICYVmBKaQeGAFqgJOWU0grPurAB46vkQSNDMOlQFwZ2hVU0TrkPTwvlEs4jM70oPP762BP0DTi2VRzdV3Q2tcwK/s1023/WhatsApp%20Image%202022-07-25%20at%2013.25.11.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="597" data-original-width="1023" height="187" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7uR6DjRsaTnnH8KJF5YX0QcAY2XTZ_CxM6Kb_xgtTBT-yt6tU5YSuM73fVHRwpNMx7NYyXT1XjiEIftxTCIL0O6Taq7vmLGGDAICYVmBKaQeGAFqgJOWU0grPurAB46vkQSNDMOlQFwZ2hVU0TrkPTwvlEs4jM70oPP762BP0DTi2VRzdV3Q2tcwK/s320/WhatsApp%20Image%202022-07-25%20at%2013.25.11.jpeg" width="320" /></a></div><br /><p><br /></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-67774091659317459652022-07-20T14:15:00.007+01:002022-07-21T20:20:38.906+01:00Crítica del FIB sin haber ido al FIB<p>No crean que es una desfachatez esto de hacer críticas de eventos sin asistir, más si ya se avisa en el título. Tampoco es cosa posmoderna, se viene viendo desde que se acuñó el término "nuevo periodismo", que, curiosamente, postulaba todo lo contrario, pero ya se sabe que las palabras se quedan con el uso que se les da, más que con el que nacen.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFATCmGVvTxuevhzMg9DBnVM1Uh0YQjlo1Ea6ZJ26PXbVd-Tz8vq7du2u7gAojxsBvNloEXKuJpjwYGUEwKpUQg4tMt8_YsuBtLUIfyrVCPzUNYIbhluPs2tNbmZkMsBJpW5MCBLQtlZMTrUTY91TSLDx6e4WhEMB6LBaVEeHjNaosN4cOxai9n9_F/s342/avion.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="196" data-original-width="342" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFATCmGVvTxuevhzMg9DBnVM1Uh0YQjlo1Ea6ZJ26PXbVd-Tz8vq7du2u7gAojxsBvNloEXKuJpjwYGUEwKpUQg4tMt8_YsuBtLUIfyrVCPzUNYIbhluPs2tNbmZkMsBJpW5MCBLQtlZMTrUTY91TSLDx6e4WhEMB6LBaVEeHjNaosN4cOxai9n9_F/s320/avion.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Tesoro de la lengua castellana o española </i>(1611).</td></tr></tbody></table><p>Aunque he sido incapaz de encontrarlo en la hemeroteca, célebre fue en su día el artículo del crítico de cine <a href="https://www.cccb.org/es/participantes/ficha/quim-casas/6226" target="_blank">Quim Casas</a> en El Periódico sobre el estreno de las dos primeras películas de <i>Evangelion</i> en el festival de Sitges: una página entera destrozándolas sin ni siquiera haber entrado en la sala de proyección, y haciendo ostentación de ello. Discúlpenme si mi memoria falla y no fue ni Quim Casas, ni en El Periódico.</p><p>Cuándo hablo de "página entera" hablo de cuando solo existía la edición impresa de los diarios y había que ser muy estricto con el espacio que se le dedicaba a cada noticia, ya que hacer girar las rotativas era muy caro [Véase: <i>The Paper: Detrás de la noticia</i> (Ron Howard, 1994) para más información sobre las antiguas rutinas periodísticas]. Fue en el año 2000. Sitges estrenaba, bajo una gran expectación del fandom, <i>Evangelion: Death & Rebirth</i> y <i>The end of Evangelion</i>, los dos primeros largos del mastodóntico proyecto de Hideaki Anno, que ha tardado 27 años en cerrarse con el estreno ya en 2021 de <i>Evangelion: 3.0 + 1.0 Thrice Upon a Time</i>. En aquel artículo, Casas (llamémosle Casas aunque no fuera él) se regodeaba en la ignorancia (¿Qué es eso del manga?, ¿qué es el anime?, ¿qué es el Proyecto de Complementación Humana?), recreando los comentarios a la salida de la proyección para concluir, triunfalmente, que no entendía nada (o que no <b>se</b> entendía; no lo recuerdo exactamente, y nótese, no obstante, la importancia de esa pequeña diferencia).</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA55n-GxpNhPdy_h-gEIvjPN3wBopstC5spOfEg-AJnF8Qx33nI2xY_vXLxFeggC1me-CWQhPATcdL468LmSS-I6V-lFBC_XTfOti1aGMsUrITi0FF7-0iAouza1_JKBdsQfeXrTVR9F0CnhjOWtNxMF_Gy4rV6n3FxbBd4Z-8sO95b-vLjLfbpdl0/s1080/eva.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="788" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA55n-GxpNhPdy_h-gEIvjPN3wBopstC5spOfEg-AJnF8Qx33nI2xY_vXLxFeggC1me-CWQhPATcdL468LmSS-I6V-lFBC_XTfOti1aGMsUrITi0FF7-0iAouza1_JKBdsQfeXrTVR9F0CnhjOWtNxMF_Gy4rV6n3FxbBd4Z-8sO95b-vLjLfbpdl0/s320/eva.jpg" width="233" /></a></div><p>No traigo esta anécdota a colación de manera gratuita; me sirve para evidenciar la eterna confusión de los medios de comunicación ante la novedad en el campo de la cultura y, en general, ante todo aquello que no entienden, en este caso un fenómeno generacional como <i>Evangelion</i>, aún hoy fuera del lugar que se merece. Y, en cambio, ahí siguen Quim Casas y El Periódico, aunque ya nadie compre periódicos, pero se vendan <a href="https://www.elmundo.es/cultura/2022/06/11/62a32c82fdddff86638b45c2.html" target="_blank">más mangas que nunca</a>.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-4XVDjooAamF2Zdsoe-pc_NyCTrzSqLlYZEJ2dnVISxSceKqGd7NljWBfIP2aEsHKFAWqTKFStmM-hkq31wuLkzal7iPIECoNWkkPoAIbpK-XA-CG-8hbxgIyjLRVORnfx_uXnkG30kDCSYGWeuGONytfl3uGmHW9z_DSqB6DrhEK2mawe9bxUZPf/s2066/tokyo.jpeg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2066" data-original-width="1358" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-4XVDjooAamF2Zdsoe-pc_NyCTrzSqLlYZEJ2dnVISxSceKqGd7NljWBfIP2aEsHKFAWqTKFStmM-hkq31wuLkzal7iPIECoNWkkPoAIbpK-XA-CG-8hbxgIyjLRVORnfx_uXnkG30kDCSYGWeuGONytfl3uGmHW9z_DSqB6DrhEK2mawe9bxUZPf/s320/tokyo.jpeg" width="210" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Tokyo Revengers</i>, uno de los mangas del momento, de Ken Wakui (Norma)</td></tr></tbody></table><p>La cara de confusión que le imagino a Quim Casas leyendo la sinopsis de <i>Evangelion</i> antes de (no) entrar en la sala debe de ser la misma que se me ha quedado a mí al ver el cartel del FIB de este año, y contemplar en mayúscula nombres de bandas como Izal, Dorian o, y a esos ya se les echa de comer aparte, Love of Lesbian.</p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFV37o1vFTt9PEWCQJxnjLnwRr70CN9bJ9JNrBe75fKkwyybsJ-dESjLeqp8XssGi7hrqJW7ABfKNjMrR8Ngr8Sqc2FzDZIUciHZ3QjToumUBaPTvWxCjA5KWDZeMRMD7S_cetUGJuJzsSl4Zu32kfhgncp_R8j4g2gagJgi1eXnahMGsCQw9S-pxx/s800/nathy.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="533" data-original-width="800" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFV37o1vFTt9PEWCQJxnjLnwRr70CN9bJ9JNrBe75fKkwyybsJ-dESjLeqp8XssGi7hrqJW7ABfKNjMrR8Ngr8Sqc2FzDZIUciHZ3QjToumUBaPTvWxCjA5KWDZeMRMD7S_cetUGJuJzsSl4Zu32kfhgncp_R8j4g2gagJgi1eXnahMGsCQw9S-pxx/s320/nathy.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Nathy Peluso en el FIB'22 / EFE</td></tr></tbody></table><p></p><p>Miren, a mí, que no sé de nada en concreto, que me traigan a Nathy Peluso a mover las caderas ya me parece bien. Funciona dentro de la lógica, comercial y musical, de abarcar las tendencias del momento. Negar la influencia del trap o el blanqueamiento al que está siendo sometido el reguetón es ir por ahí con una venda en los ojos, vivir en el pasado, no aceptar que las cosas se mueven y tú no. Pero que aún sigan por ahí bandas haciendo el indie, precisamente bandas de cuando el indie ya estaba muerto, no me cabe en la cabeza desde un punto de vista crítico. Y, sobre todo, no le encuentro el sentido a que un chaval de 25 años se sepa tanto las letras de Lori Meyers como las de Tyga. Que algún programador piense que es buena idea invitarlos al mismo festival y que, además, le funcione.</p><p>[Véase <a href="https://castellon.elperiodicodeaqui.com/epda-opi-noticias/el-nuevo-fib-mira-hacia-el-futuro-tras-recibir-el-espaldarazo-del-publico/289453" target="_blank">este artículo</a> publicado en El Periódico de Aquí, donde dan algunas pistas sobre el éxito de una edición que ha apostado por la comercialidad y la contención de los precios. Sobre todo no lean este <a href="https://www.publico.es/culturas/artistas-fib-vive-nigran-incendian-escenarios-plena-ola-calor.html?utm_term=Autofeed&utm_campaign=Publico&utm_medium=social&utm_source=Facebook&fbclid=IwAR20sPVnb-fK7RFQDSYrXqwWIbSNY4q57_wa6ilAmdbPR9Cseqvia_uXEJ4&fs=e&s=cl#Echobox=1658072637" target="_blank">otro artículo</a> de Público, penoso; letras arrejuntadas para atraer clics.]</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzamFcUfvrH3urqotMVrJK_Q1O_OnjvC5FXhwWRtHCxtr_RVqbU_PkZb-eQhUob5cPr4SVO58J6Vac5QrusixdO9lCQDJLmmG0UhtsHtrvX1QPjszGyGiPY-NyBxi19gp5Ah9MR8DdO2lid1xGCMaQBXZslpJRxeZfuSOmputT1ZrjCx-qbTczjbyv/s1023/fib.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="683" data-original-width="1023" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzamFcUfvrH3urqotMVrJK_Q1O_OnjvC5FXhwWRtHCxtr_RVqbU_PkZb-eQhUob5cPr4SVO58J6Vac5QrusixdO9lCQDJLmmG0UhtsHtrvX1QPjszGyGiPY-NyBxi19gp5Ah9MR8DdO2lid1xGCMaQBXZslpJRxeZfuSOmputT1ZrjCx-qbTczjbyv/s320/fib.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">FIB'18 / Iñaki Espejo-Saavedra</td></tr></tbody></table><br /><div>Decir que un festival como el FIB es esencialmente un evento musical es mucho decir. Mis recuerdos de fiber, y hace 20 años de eso (los mismos que del estreno de <i>The End of Evangelion</i>, para ubicarnos en el tiempo) son de calor, de cuerpos sudados, bailoteo, playas abarrotadas, duchas también abarrotadas, lavabos mugrientos, de la piscina del pueblo y de la del backstage (muy codiciada, por cierto), de comida barata y latas de atún, alcohol, sexo y drogas. Si me estrujo la sesera, me vienen a la cabeza algunos momentos puramente musicales, es cierto; algunos en primera fila, haciendo de groupie de bandas como Vacaciones, y otros de muy atrás, contemplando un mar de cabezas entre el señor de Radiohead y yo. Pero sacar de todo aquello una conclusión musical, como experiencia, es, como mínimo, complicado.</div><div><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWE7YOtFlmZ7UnJ2gv6DVfd4pl0L4Ml08ux9yCEu8IRBVEZXqjV56rSW2uojXED2j0De7yjOpNJgCWSUNuz53qM-4Vauw1KUP6sgstOrXbJsuUYzw0M3ST12AXEmjxKItoHX8KoYs1xSeqhbGMjW7sQaHLSo646_LFKOGuZaKeWsDXKZ50QRpJ_f3l/s900/radiohead.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="900" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWE7YOtFlmZ7UnJ2gv6DVfd4pl0L4Ml08ux9yCEu8IRBVEZXqjV56rSW2uojXED2j0De7yjOpNJgCWSUNuz53qM-4Vauw1KUP6sgstOrXbJsuUYzw0M3ST12AXEmjxKItoHX8KoYs1xSeqhbGMjW7sQaHLSo646_LFKOGuZaKeWsDXKZ50QRpJ_f3l/s320/radiohead.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Radiohead en el FIB'02 / IndieRock Magazine</td></tr></tbody></table><p>[Nota: a partir de aquí, donde dice "grupo de mierda" o "eso no es ni música" quiere decir "a mí ese grupo no me gusta, pero respeto todas las opiniones".]</p><p>Yo cerré el grifo de los festivales en 2003, con <a href="https://www.youtube.com/watch?v=HVnn7bO-ct8" target="_blank">Moby actuando en el FIB</a> bajo la polémica de si eso no era indie, de si el festival había sucumbido a la comercialidad y otras mandangas así. Siempre cuento la misma anécdota: A mí el señor ese que había hecho <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ZiJ8MK4fgUA" target="_blank">la musiquita de TVE</a> no me interesaba mucho tampoco, así que aproveché su actuación para ir a echar una mediata a la pocilga que tienen por lavabo en el recinto de conciertos (me informan mis fuentes de que sigue igual, por cierto). Aunque estaba prácticamente solo, un tipo se puso a mear a mi lado. Me miró, sonriente, y me dijo: "El FIB ya ha acabado para nosotros, ¿eh?". Yo asentí con la cabeza y le devolví la sonrisa, no sé por qué (por miedo a que me clavara una navaja, supongo). Me subí la bragueta y me fui para siempre de Benicàssim.</p><p>[Otra anotación temporal: Aznar, que veraneaba en la localidad vecina de Oropesa, ya había logrado el hito de poner de moda algo tan ridículo como el pádel en España. Hasta las adolescentes <a href="https://as.com/masdeporte/2003/06/18/polideportivo/1055909754_850215.html" target="_blank">soñaban con jugar contra él</a>.]</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibQ_GCUOjUJhtaNV9X-ZxB3CYP8AOU6hjiKuEs7dxlnA0zoAYfaFOww_4bqTjbTM5gKOipjXwvH3oWILRGMWRSZ9ALyVcN9tOcB8k1WKAfxkd_XF168rXZ4b1zMo_jcD7-dKBfiNamwPA2svX3RT02nXnHmB1fKX7hT7r-6RkUVnnULLVpzDPWcfKc/s526/aznar.jpeg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="411" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibQ_GCUOjUJhtaNV9X-ZxB3CYP8AOU6hjiKuEs7dxlnA0zoAYfaFOww_4bqTjbTM5gKOipjXwvH3oWILRGMWRSZ9ALyVcN9tOcB8k1WKAfxkd_XF168rXZ4b1zMo_jcD7-dKBfiNamwPA2svX3RT02nXnHmB1fKX7hT7r-6RkUVnnULLVpzDPWcfKc/s320/aznar.jpeg" width="250" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">NacioDigital.cat</td></tr></tbody></table><p>En mi autoconvicción de que yo era un moderno en un mundo de modernos, creaba un paisaje en mi cabeza en el que un hilo invisible unía The Beatles, The Jam, Joy Division, New Order, Blur, Oasis, Television, Galaxie 500, Los Planetas, La Habitación Roja, Mercromina, El Hombre Burbuja, Le Mans, La Buena Vida, Los Fresones Rebeldes, Juniper Moon, Chico y Chica y Superputa. Para mí, lo que iba de una punta a otra de esa lista estaba conectado, aunque, ciertamente, a medida que la lista se hacía más larga, la cuerda se tensaba. Pero en mi cabeza cuadriculada, como cuadriculada era la de todos esos modernos, y de toda la prensa moderna, la música empezaba aquí y acababa aquí.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/79A7-UWQFjg" width="320" youtube-src-id="79A7-UWQFjg"></iframe></div><p>Y la música acababa, justamente, con el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Problema_del_a%C3%B1o_2000" target="_blank">cambio de siglo</a>, coincidiendo con el auge de grupos internacionales como <a href="https://www.youtube.com/watch?v=-7EmQZouPK4" target="_blank">Jet</a> o Kings of Leon, la tabarra esa de Dorian, la enésima canción igual a la anterior de Sidonie y Love of Lesbian pasándose a cantar en castellano; y después vendrían Vetusta Morla que eso ya es para mear y no echar gota. Precisamente que algunos de estos grupos que la modernidad denostaba, por repetición de lo que llevaba diez años haciéndose, sean los que hoy aún persisten en los carteles de los festivales, junto a las estrellas del trap, ha provocado la estupefacción de los que fuimos modernos y, oh, sorpresa, ya no lo somos. Somos unos carcas. </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_yLoWyWdr1g1HrlJgkufCM4NlSj7Bc-uWo9cA81gXsaK1EGrY7xL9dVHfaByehEgD1ZqT4lmOQquzQOgD1_UZooL7Fic5XP1YY2Ux_Wua3jsT8dA-ncb3Lru0j8rNbkxov7c2N4rEO3TxaE89uGx5R_GjH8OVb52cHp5ss1A3P4lykwHITY-pIpbV/s1328/suau.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1328" data-original-width="1073" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_yLoWyWdr1g1HrlJgkufCM4NlSj7Bc-uWo9cA81gXsaK1EGrY7xL9dVHfaByehEgD1ZqT4lmOQquzQOgD1_UZooL7Fic5XP1YY2Ux_Wua3jsT8dA-ncb3Lru0j8rNbkxov7c2N4rEO3TxaE89uGx5R_GjH8OVb52cHp5ss1A3P4lykwHITY-pIpbV/s320/suau.jpg" width="259" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En este artículo de Publishers Weekly, Nadal Suau dice: "El peligro es que la nostalgia o la certeza súbita de haber envejecido desactiven tu voluntad de incorporar lo nuevo".</td></tr></tbody></table><p>Lo que sucede es que el FIB no es una ONG, ni un club social. Es un negocio, que, de hecho, ha estado a punto de hundirse. Tal vez el FIB haya decidido que ya no somos fibers, que somos más del Cruïlla, de Delafé y las Flores Azules y Juan Luis Guerra. Delafé, por cierto, ha vuelto a los escenarios siete años después de su separación.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/jwCmoi8An8k" width="320" youtube-src-id="jwCmoi8An8k"></iframe></div><p>Tiene sentido que, en ese proceso de desplazamiento, músicos como Deluxe o Nacho Vegas (de lo mejor que dio la última hornada del indie "de verdad" en nuestro país) hayan proseguido con sus carreras más bien alejados de los festivales, construyendo una identidad que empieza y acaba con ellos mismos. Otros, en cambio, como La Habitación Roja, que tocaron <a href="https://www.youtube.com/watch?v=dI2JHY5ECgM" target="_blank">la edad de oro</a> del indie siguiendo siempre de cerca a los reyes incuestionables de la movida, Los Planetas, ven ahora sus nombres relegados a la letra pequeña del FIB.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSnsnAaI0ezWvQISIN4xmBrBU5ubJEa8nWCQHq9RLlXiaGQc81M5aIHeKOtjsGk8gXffxBv_BSldewo95BPPd4LdkW2nAv1RyitiDBbR4er5oF4C7OkFKzxrgy5qOnyFxwPx4a1j7yiAa6wmS3NOV3s-bW1Bv3DFr_oJbLCI7GChfEjaVocDA-Sv_H/s675/cartel%20fib%202022.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="540" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSnsnAaI0ezWvQISIN4xmBrBU5ubJEa8nWCQHq9RLlXiaGQc81M5aIHeKOtjsGk8gXffxBv_BSldewo95BPPd4LdkW2nAv1RyitiDBbR4er5oF4C7OkFKzxrgy5qOnyFxwPx4a1j7yiAa6wmS3NOV3s-bW1Bv3DFr_oJbLCI7GChfEjaVocDA-Sv_H/s320/cartel%20fib%202022.jpg" width="256" /></a></div><p>[Nota: hay que decir que Los Planetas están haciendo unos discos impresionantes en los últimos años. Van camino de ser el grupo español más importante de todos los tiempos.]</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/K7_tvZtCbGM" width="320" youtube-src-id="K7_tvZtCbGM"></iframe></div><p>Todo este movimiento cobra sentido si aceptamos, como apuntaba antes, que el FIB es más un festival en su acepción festiva que musical. Quizás los jóvenes de hoy hayan comprendido, o interiorizado sin necesidad de reflexión, que la fiesta no entiende de fronteras, de estilos ni etiquetas, que las palmas y el <a href="https://twitter.com/RAEinforma/status/1199742457665200128" target="_blank">tra, tra</a> son un lenguaje universal, que Rosalía te canta en el mismo disco una copla y una bachata, pasando por el noise y el reguetón, y aquí no pasa nada.</p><p>Pero cuando hablamos de C. Tangana o Rosalía ya no hablamos tanto de copias baratas como de productos, popurrís que aglutinan las últimas tendencias musicales y estéticas.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEig6I8j_k0v0Po2uYj6cbdE-h-NtfI_etXbGom_eJzl0eXtGPDcBT_zQc4lGHaInddvBn7MiFmjdRAwAe5P5fHoHiyJmbwra9rsKFo6qxchXNtTFbX6vE2-pwZFieelE4tZOoeMu06zG_JpyVd9kqMBIImHFBa1KaVbfm-ifHlq6UClFPMulakTQPX0/s1309/tangana.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1309" data-original-width="990" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEig6I8j_k0v0Po2uYj6cbdE-h-NtfI_etXbGom_eJzl0eXtGPDcBT_zQc4lGHaInddvBn7MiFmjdRAwAe5P5fHoHiyJmbwra9rsKFo6qxchXNtTFbX6vE2-pwZFieelE4tZOoeMu06zG_JpyVd9kqMBIImHFBa1KaVbfm-ifHlq6UClFPMulakTQPX0/s320/tangana.jpg" width="242" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">C. Tangana imitando a los viejos ídolos del rap / @goicoechea</td></tr></tbody></table><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1_d4UH7lr9Prz7u-fAX5KpphQiUl_n5cOajLdZJP0qKZa4oNlY0BSJAqaWnfNfa4jLF38ZO0JxamSN7mfvW2MQ5vO45HvzNKF0lyGiBHVR-BrychlEczIdSy0Z61Sobbh-yeWHKlLDLXabrugl9qjge_cjyykIGZrA78wbgf8IPoURP6G1f-ej-I2/s880/gil.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="495" data-original-width="880" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1_d4UH7lr9Prz7u-fAX5KpphQiUl_n5cOajLdZJP0qKZa4oNlY0BSJAqaWnfNfa4jLF38ZO0JxamSN7mfvW2MQ5vO45HvzNKF0lyGiBHVR-BrychlEczIdSy0Z61Sobbh-yeWHKlLDLXabrugl9qjge_cjyykIGZrA78wbgf8IPoURP6G1f-ej-I2/s320/gil.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Jesús Gil en la piscina del backstage del FIB. Es broma. / Telecinco</td></tr></tbody></table><p>Aceptemos la mayor y asumamos que productos ha habido siempre, desde los Beatles hasta Rosalía, pasando por Milli Vanilli y los Back Street Boys, y aun así la pregunta siempre es: Qué fue primero, ¿el huevo o la gallina, el arte o el producto, la música o el negocio?</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHCKGk3qrzxoyYrXgbROiHa2ZIzQZUxgKhVKDoh6ctwuscgDP1TG_Q5lhwwE1iKV_RF4vU2Ce2CnoXTmeFjgQBE4ilOR5ptfRuJGwjQePTQgovuQ7YXokG2pYA3ZRuDPbrhRqsJWgq3mLEHxqQUFD0yVxzd6v1km8MUh2eeUsoj9BKL911t8xGLPYL/s620/beatels%202.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="426" data-original-width="620" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHCKGk3qrzxoyYrXgbROiHa2ZIzQZUxgKhVKDoh6ctwuscgDP1TG_Q5lhwwE1iKV_RF4vU2Ce2CnoXTmeFjgQBE4ilOR5ptfRuJGwjQePTQgovuQ7YXokG2pYA3ZRuDPbrhRqsJWgq3mLEHxqQUFD0yVxzd6v1km8MUh2eeUsoj9BKL911t8xGLPYL/s320/beatels%202.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Primero, los Beatles malotes / Everett Collection - Rex Features</td></tr></tbody></table><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6bqjooIHFTjnjOLi2sgBZnhcbkFTdV6SMWVfu_DER3ZBzLjEy5agQT3fMya6vp9WhNQZwYtkpH5r72W-q8QDPn_MtjYLvaaEDWOebyxFyihV9OMNVSI46fJtT9A5phkUUKnCSM0bqj7rCtkrNu2LxyxOywgCdRsha9ewN1KL55IyzncS1lIAO_koc/s700/beatels%201.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="394" data-original-width="700" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6bqjooIHFTjnjOLi2sgBZnhcbkFTdV6SMWVfu_DER3ZBzLjEy5agQT3fMya6vp9WhNQZwYtkpH5r72W-q8QDPn_MtjYLvaaEDWOebyxFyihV9OMNVSI46fJtT9A5phkUUKnCSM0bqj7rCtkrNu2LxyxOywgCdRsha9ewN1KL55IyzncS1lIAO_koc/s320/beatels%201.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Después, los Beatles majos / Picture Alliance - Empics</td></tr></tbody></table><p>¿Hubieran triunfado los Beattles si hubieran mantenido el peinado rockabilly de sus inicios? ¿Hasta qué punto podemos discernir si Tangana es simplemente una torpe mezcla de cosas que funcionan y Rosalía el epicentro de las tendencias de un momento concreto, hasta qué punto uno nace como fósil y la otra es un indicador de hacia dónde vamos?</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl-xLsqG1liOibL3f72erwjg7QWUdooOyPuvjvRtLfDioEDQ3abRg8FQlSTdcmXNOzRa0pqmkj-EXmDPOKDeGd29806Lk95P2zEmiz0r_8IEbu3YfXINsLmiuDqhUGPzw9JEL0YMRNaNd8itS36GmCURbAIFuqU3S7_OyMeG3rNewGb3AMGNrvLBrA/s1900/Rosal%C3%ADa%20%20Getty%20Images.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1069" data-original-width="1900" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl-xLsqG1liOibL3f72erwjg7QWUdooOyPuvjvRtLfDioEDQ3abRg8FQlSTdcmXNOzRa0pqmkj-EXmDPOKDeGd29806Lk95P2zEmiz0r_8IEbu3YfXINsLmiuDqhUGPzw9JEL0YMRNaNd8itS36GmCURbAIFuqU3S7_OyMeG3rNewGb3AMGNrvLBrA/s320/Rosal%C3%ADa%20%20Getty%20Images.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rosalía / Getty Images</td></tr></tbody></table><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWJOTHGpEyt02S9z35uZVvmrKhXOB7VsRnOPT39WrRfyTopw3BekGjTFx7ocbM7MzadIATQo4E-qdh21TOGLr8ZCUPsKXeCFsnxgSix5FFFAT8928csu-hj7VsTn2mS7FdigXTAtOK00iTvj86Y10sJCxMP5e1Wk_szeGUplbOdF96ffs7-QlVRiDo/s639/Martirio%20%20%C3%81lbum%20de%20Martirio.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="639" data-original-width="414" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWJOTHGpEyt02S9z35uZVvmrKhXOB7VsRnOPT39WrRfyTopw3BekGjTFx7ocbM7MzadIATQo4E-qdh21TOGLr8ZCUPsKXeCFsnxgSix5FFFAT8928csu-hj7VsTn2mS7FdigXTAtOK00iTvj86Y10sJCxMP5e1Wk_szeGUplbOdF96ffs7-QlVRiDo/s320/Martirio%20%20%C3%81lbum%20de%20Martirio.jpg" width="207" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Martirio / Álbum de Martirio</td></tr></tbody></table><p>A mí Tangana no me entra; no puedo con esa voz de sapo castrado y ya no digamos las letras. Digan lo que digan, prefiero hacerte "ride como a mi bike" que follarte "en el baño de un garito, borracho en Berlín". Tampoco puedo con esa pose de malote, de montar tanganas (ejem...), una ofensiva copia del estilismo de traperos como Kinder Malo, que además es de un sitio tan digno de estudio como Badalona. De allí sale gente como Jorge Javier Vázquez o <a href="https://felipealmendros.com/" target="_blank">Felipe Almendros</a>, <a href="https://www.20minutos.es/deportes/noticia/4984218/0/quien-es-jose-elias-avalista-laporta-barcelona/" target="_blank">José Elías</a> o <a href="https://bdncom.alacarta.cat/especials-televisiodebadalona/capitol/el-yiyo-i-su-troupe-20210313" target="_blank">El Yiyo</a>; tanto le canta Manolo Escobar como aparece en el diccionario de Pompeu Fabra; en sus calles, tanto te encuentras a Willy Toledo como una carpa de VOX; donde Lorca pasó su última Navidad y donde los Reyes Católicos recibieron a Colón; donde se fabrica el célebre Anís del Mono, el licor de hierbas de los monjes benedictinos de Montserrat o el vermut de la casa real. Badalona, la <a href="https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20210428/mapa-desigualdades-cataluna-barcelona-badalona-girona-11687072" target="_blank">ciudad con más contrastes socioeconómicos de Catalunya</a>, solo por detrás de Barcelona.</p><p>No me he ido del tema: hablábamos de Tangana, de montar jarana, de la calle, del barrio, de San Roque, de El Puerto de Santa María. Han conseguido que el espacio mental que ocupaba en la sociedad Extremoduro sea cubierto por un tipo que canta "Quieto, quieto, quieto (hey) / Ese Pucho (hala) / Venga ya, dale / Chipu, chipu".</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/HIB1k6gMXJ0" width="320" youtube-src-id="HIB1k6gMXJ0"></iframe></div><p>No vengo a hacer una defensa incólume de Rosalía, hay mucha chorrada en su <i>Motomami, </i>aunque no por eso deja de ser un disco imponente, incluso diría que importante. Pero lo de Tangana es tan zafio que ofende, no por el resultado en sí mismo, que no es ni mucho menos lo peor que uno puede escuchar hoy en día, sino por poner de manifiesto algo, por otro lado, de sobras sabido: que nos pueden vender lo que les dé la gana, desde triunfitos hasta coches <a href="https://www.motor.es/noticias/es-el-motor-diesel-una-estafa-201735009.html" target="_blank">diesel</a>, incluso algo tan absurdo como el pádel.</p><p>Lo único que no apesta a fritanga de Tangana es la movida esa de juntarse en torno a una mesa con viejas glorias que en algún momento han sido respetadas en este país. Un hecho que, si bien no deja de ser una estrategia de márquetin para acercarse a un público viejoven, le ha quedado hasta original. En esa mesa, por cierto, no puede faltar una botella de Anís del Mono.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdxfUn30AR6_ikeeCJjFBlkP2IuEEdGmUP6Zsls7LaWYUdPADQRRsm7BnWkAYADZxsf-6j3NnXWgJ6O-okR2kYFsDeqjNXUyL-8QGz9pu14KET3dKTJ9lU2fDvYNuuIAZEVEZt7_ovjGWkf41EFxp02dG6T67BQGCy2NCNsFFacm_3NZtrgBnIvUhV/s1279/mesa.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="719" data-original-width="1279" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdxfUn30AR6_ikeeCJjFBlkP2IuEEdGmUP6Zsls7LaWYUdPADQRRsm7BnWkAYADZxsf-6j3NnXWgJ6O-okR2kYFsDeqjNXUyL-8QGz9pu14KET3dKTJ9lU2fDvYNuuIAZEVEZt7_ovjGWkf41EFxp02dG6T67BQGCy2NCNsFFacm_3NZtrgBnIvUhV/s320/mesa.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Los hombres sentados, las mujeres en pie. / NPR Music</td></tr></tbody></table><p>Una de las contradicciones de toda esta posmodernidad es que, si bien estamos de acuerdo en que las nuevas estrellas han contravenido los géneros y, más que fusionarlos, han eliminado sus barreras, sea aparentemente tan necesario etiquetarlas, o al menos vestirlas de elementos identificables (tatuajes, paisajes de extrarradio, chicas en bikini, yates, palmas y flamenco). No tengo claro que eso le preocupe a los jóvenes, pero sin duda nos es de utilidad a los boomers que hemos aprendido a entender el mundo a través de los medios de comunicación, con sus etiquetas y sus compartimentos, con esa manía de hacernos ir por la vida como un caballo con anteojeras. En cambio, cuando los medios son incapaces de encasillarte, simplemente desapareces, sin que nadie te recuerde. Eso es lo que le ha pasado a Malcolm Scarpa, a quien, con motivo de su reciente muerte, han llegado a etiquetar de <a href="https://www.abc.es/cultura/musica/muere-anos-malcolm-scarpa-leyenda-underground-espanol-20220717184250-nt.html" target="_blank">libérrimo</a>, a falta de cualquier otra palabra. Claro, pones "libérrimo" en Spotify y no te sale ninguna lista.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/UzkTUm6AVF0" width="320" youtube-src-id="UzkTUm6AVF0"></iframe></div><p style="text-align: left;">En el documental <i>Bios, vidas que marcaron la tuya: Andrés Calamaro</i> (Leandro López, 2020) hay un momento en el que Ariel Rot explica que cuando Calamaro trajo al local de ensayo la primera canción de Los Rodríguez con aire latino, Julián Infante dijo "Eso no es rock". A lo que el líder de la banda respondió: "Cuando veas una pila así de billetes, ya verás como va a ser rock". Los grandes artistas, los que han hecho avanzar la música, pero también la pintura y la literatura, se han caracterizado siempre por desafiar las barreras de los géneros. Luego viene la prensa y te etiqueta, para poder comprenderte, empaquetarte, venderte y después dispararte si fuera necesario. Y de ahí: "Rock latino".</p><p style="text-align: left;">En el fondo, todos somos como Quim Casas resistiendo los embates del mar, intentando aparentar que <a href="https://youtu.be/SpsSR4uw7Zo" target="_blank">seguimos siendo interesantes</a>.</p></div><div><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p></div><br />David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-66302005426280951172022-07-15T09:11:00.008+01:002022-07-20T08:50:39.698+01:00No hay verano<p>Cada día, cuando paso por casa de mis padres a recoger a la pequeña, me ponen al día de lo que sucede en el mundo, que, siempre, son malas noticias. Ya saben: "no news, good news". No obstante, vengo notando, de manera muy acentuada, que lo que me cuentan ya no son cosas que han pasado (que es lo que viene siendo una noticia), sino cosas que van a pasar: "Se avecina un apagón energético", "Llega una ola de calor", "Tendremos una crisis como la de 2008"... Y así, mis padres han hecho acopio de hornillos, botellas de butano, lámparas solares, una piscina hinchable y conservas de todo tipo: legumbres, encurtidos, salazones, ahumados, adobos, confitados y compotas.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaFdV_tRmK5n_mseL0iRheunprGqbsTk5a4C4_PoHhPtuRH0F7IU6oqojPZaz3VIeE6dEEOXl2vfbNJjSNe6FIrnHqVDSiU6_GDcRse3EO9mE-GIZrqHwQ795F1DZiQITN1lGcmYJ6LO3grpbkGC-Pc9v45M9yO7gRlHoi5zGGW9gyjEbi9UYpyDhu/s1200/verano.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaFdV_tRmK5n_mseL0iRheunprGqbsTk5a4C4_PoHhPtuRH0F7IU6oqojPZaz3VIeE6dEEOXl2vfbNJjSNe6FIrnHqVDSiU6_GDcRse3EO9mE-GIZrqHwQ795F1DZiQITN1lGcmYJ6LO3grpbkGC-Pc9v45M9yO7gRlHoi5zGGW9gyjEbi9UYpyDhu/s320/verano.jpg" width="320" /></a></div><p>Lo último que dicen en la tele es que nos vamos a quedar sin vacaciones, que viene una recesión de padre y muy señor mío. Mucho se han reído las redes del discurso de Pepe Álvarez, secretario general de UGT, durante la concentración frente a las sedes de las patronales del pasado 7 de junio, en el que, con la que está cayendo (guerra incluida), reivindica el goce del estío: "Que se vayan a hacer puñetas. ¡Vamos a disfrutar el verano!"</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/pnRnInUrktg" width="320" youtube-src-id="pnRnInUrktg"></iframe></div><p>Más allá del chascarrillo, carne de redes y artículos de opinión que solo sirve para dañar la imagen de unos sindicatos ya más que dañados, Álvarez está haciendo referencia con estas palabras a la doctrina del shock, no sé si conscientemente.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRjg9qfBTfs04_uSDVEfLHrYUQtiJzBA707CZiCmrOc9owXFveSCMidRtDxjB6xemDGCjaQy1YSa-o3moskjIfz-LjiYDPYKR7YDrTCq0iNgF7KHb3jmdj6jqSP1T2Y7nceFacVmQ3JSltCk8m2k23sGyTFuMtXR4-HjachAbjILxBqFLPMi-XB0zO/s2000/shock.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="1307" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRjg9qfBTfs04_uSDVEfLHrYUQtiJzBA707CZiCmrOc9owXFveSCMidRtDxjB6xemDGCjaQy1YSa-o3moskjIfz-LjiYDPYKR7YDrTCq0iNgF7KHb3jmdj6jqSP1T2Y7nceFacVmQ3JSltCk8m2k23sGyTFuMtXR4-HjachAbjILxBqFLPMi-XB0zO/s320/shock.jpg" width="209" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>La doctrina del shock</i>, Naomi Klein (Booket, 2007)</td></tr></tbody></table><p><i>La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre</i>, de la periodista Naomi Klein, explica cómo la exposición de la ciudadanía a grandes adversidades provoca un estado de conmoción en el que el poder puede llevar a cabo reformas impopulares sin oposición. Uno diría que lo que en un principio se explica como un recurso excepcional que permite desencallar situaciones concretas (aunque estructurales), como lanzar las políticas neoliberales de Thatcher gracias al apoyo de la guerra de las Malvinas o transformar la economía en Sudamérica bajo el humo de las bombas, ha acabado derivando con el cambio de siglo (y esto es ya materia ajena al libro) en un estado de shock continuo, en el que, telediario a telediario, la erosión de los derechos de la clase trabajadora queda velada tras shows mediáticos como las crisis, las guerras, las olas de calor, la hambruna, los perros que muerden, los aerolitos que caen del cielo o los escándalos sexuales.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMgsSRUYbvgPADRz6ygN4wZOGwwAygHm5HPKvWypyBxr_d2riYT3cgz-K5-VwbuhoE55FlsEXELvIkvB1j8a9LMXrRWeuL6iGewYo27bgWIlEBIhprBu1iYAvATfdMyQWHLmU8aVTrNptApf4u_t67UbbnuUlY82IbAIdCcNPYHPZpKTIRtK4A1m5Q/s1024/pinochet.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="745" data-original-width="1024" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMgsSRUYbvgPADRz6ygN4wZOGwwAygHm5HPKvWypyBxr_d2riYT3cgz-K5-VwbuhoE55FlsEXELvIkvB1j8a9LMXrRWeuL6iGewYo27bgWIlEBIhprBu1iYAvATfdMyQWHLmU8aVTrNptApf4u_t67UbbnuUlY82IbAIdCcNPYHPZpKTIRtK4A1m5Q/s320/pinochet.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Bombardeo al Palacio de La Moneda en Santiago (Chile, 1973)</td></tr></tbody></table><p>A esa larga lista de peligros recientemente se ha sumado la "amenaza" de la inmigración, una gran fake new construida desde la ultraderecha en todo occidente y que, en una cuadratura del círculo perversa y perfecta, ha conseguido que los pobres vean en los más pobres a su enemigo, y no en el poderoso. Para más detalles: <i>Facha</i>, de Jason Stanley (Blackie Books, 2019).</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFpg57KdST7InCso9BeTlqTSiROSHH_XREETc5TTR8QajEU3bt6cgVJPgm4zeCxBZGnM-iKSRRgzShA5PQXzTwFPAui65biwfIa6sI0031Vj7MaxEq89frHHT-HBDRuDnsYmmqdQETzaWv7zZgUJB-MoLyl5SGA-SJFSYHpR-2F8NsJN6GzdbrE3kX/s1786/fach.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1786" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFpg57KdST7InCso9BeTlqTSiROSHH_XREETc5TTR8QajEU3bt6cgVJPgm4zeCxBZGnM-iKSRRgzShA5PQXzTwFPAui65biwfIa6sI0031Vj7MaxEq89frHHT-HBDRuDnsYmmqdQETzaWv7zZgUJB-MoLyl5SGA-SJFSYHpR-2F8NsJN6GzdbrE3kX/s320/fach.jpg" width="215" /></a></div><p>Pero recreémonos en lo de los escándalos sexuales. ¿Recuerdan a Monica Lewinsky? La expresión anglosajona "wag the dog" hace referencia a las técnicas de distracción que se utilizan en política para ocultar asuntos feos, lo que en castellano se traduce como "cortina de humo". Es curioso, dicho sea de paso, que mientras en España nos dedicamos a esconder los trapos sucios bajo un tupido velo, al otro lado del charco prefieran desviar la atención. Imaginen un perro meneando la cola, lo hipnótico de esa cadencia, y lo que sucede a nuestro alrededor mientras estamos distraídos... Imaginen que la cola no cesara nunca de moverse.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/zfBG0d5Oj3c" width="320" youtube-src-id="zfBG0d5Oj3c"></iframe></div><p>En la escena inicial de, precisamente, <i>Wag the Dog</i> (Barry Levinson, 1998), con guion del siempre espléndido David Mamet, podemos ver cómo el gabinete de crisis del presidente de los Estados Unidos gestiona el tiempo y la información ante la inminente publicación de un escándalo sexual:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/v18qNPJcXqQ" width="320" youtube-src-id="v18qNPJcXqQ"></iframe></div><p>Dato: las vacaciones son un invento de los años 70. Antes no había, o al menos no había vacaciones pagadas, que es una de las grandes victorias de la clase trabajadora en este país. Hasta entonces, solo los ricos viajaban. Y, de repente, viajar era de pobres, aunque fuera en 600. El Desarrollismo, alegremente reflejado en las películas de la época, llevaba a España hacia una extraña modernidad franquista.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2S5AiDYwjMu6IYNd-c3Y9IP2p1kNIPQSXL9inBjfUBWVVspMJxFZxM9XJr3JocwqMZrMVeXlk6U3HbwiQ6scLC0z7mpOCSgYJ46_ZY9hULblCK0dFoxMrBiYMY8iNTQZrEZGKx-AQcSnJY9HvccLBPeiRLC6DpLUBvkerAAYkXv13AdQ-pJAHow8c/s1920/Manolo%20la%20nuit%20(1973)%20Alfredo%20Landa.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1034" data-original-width="1920" height="172" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2S5AiDYwjMu6IYNd-c3Y9IP2p1kNIPQSXL9inBjfUBWVVspMJxFZxM9XJr3JocwqMZrMVeXlk6U3HbwiQ6scLC0z7mpOCSgYJ46_ZY9hULblCK0dFoxMrBiYMY8iNTQZrEZGKx-AQcSnJY9HvccLBPeiRLC6DpLUBvkerAAYkXv13AdQ-pJAHow8c/s320/Manolo%20la%20nuit%20(1973)%20Alfredo%20Landa.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Manolo la nuit</i> (Mariano Ozores, 1973)</td></tr></tbody></table><p>Las vacaciones aquí funcionan como anécdota nostálgica, como chiste, casi como falacia; pero también como indicador socioeconómico. La democratización de las vacaciones provocó que los ricos tuvieran que buscar nuevas formas de pasarlo bien para no mezclarse con el pueblo llano (experiencias "todo incluido", jets privados, islas también privadas, hospedajes en palacios hindúes...) y también nuevos destinos, desde la Laponia sueca hasta la Costa Esmeralda. Marbella, por ejemplo, es el "only adults" de los ricos. "Only rich people", vaya.</p><p>En este curioso gráfico elaborado por <a href="https://elpais.com/tecnologia/2019/08/01/actualidad/1564673980_343796.html" target="_blank">El País</a> a través de datos de movilidad de telefonía móvil, vemos los destinos más visitados en función de la renda media de cada código postal de la ciudad de Madrid. Los ricos van a Calvià y los pobres a Benidorm. Bueno, los pobres de verdad no van a ningún sitio:</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDjgDfqCIZ5hY29RGEet6QgYr0tRwPalDuYS0rPopT4478o1Mex2xJQPQLyX1wMY_l4spSwQoInIndKejb3LR0dVUSg_vDuw34X0-CmQjiM869q9_axYoh3xsmX2hsWL7XkjaS_68_huY_WQyIsXSzETuMC8PWCKRX-hCmM7LoWW4VVX3q7Y6YIZqq/s864/Madrid%20ok.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="864" data-original-width="797" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDjgDfqCIZ5hY29RGEet6QgYr0tRwPalDuYS0rPopT4478o1Mex2xJQPQLyX1wMY_l4spSwQoInIndKejb3LR0dVUSg_vDuw34X0-CmQjiM869q9_axYoh3xsmX2hsWL7XkjaS_68_huY_WQyIsXSzETuMC8PWCKRX-hCmM7LoWW4VVX3q7Y6YIZqq/s320/Madrid%20ok.jpg" width="295" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: Geoblink, Agencia Tributaria y El País</td></tr></tbody></table><br /><div>Es sintomático, pues, que después de amenazar con quitarnos el trabajo, la sanidad, la educación, la casa, el coche, los suministros... ahora amenacen con amargarnos las vacaciones, la última conquista proletaria: "Ojo, que viene una recesión...", "Ojo, que en septiembre tendremos una crisis como la de 2008...". No descarten incluso que, aprovechando los 40 años de la muerte de Chanquete, vuelvan a emitir <i>Verano azul</i>, para hundirnos aún más las vacaciones en una especie de sadismo nostálgico. Así podremos ver cómo el pobre Chanquete muere de nuevo a causa del sufrimiento causado por su inminente desahucio del barco en el que vive, anclado en un huerto donde se han proyectado bloques de apartamentos. Con este perverso giro de guion (reubicado ahora por la gracia de los programadores de Televisión Española en un tiempo de desahucios hipotecarios y anuncios de Securitas Direct), Antonio Mercero, el director, nos hace creer que podemos salvar nuestra casa a base de proclamas hippies, pero después vas y te mueres porque la vida es muy puta. El propio Mercero <a href="https://www.abc.es/cultura/abci-antonio-mercero-muerte-chanquete-dura-pero-necesaria-201805121259_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Flos40.com%2F" target="_blank">dijo</a> en una ocasión sobre este asunto: "reconozco que fue muy duro, sobre todo para los niños, pero necesario".</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMoHOIBpzkZq7h4vtWSzlonNiSNswekSx5UZLwoP7v1jZhjsRnO3k03RcorSFwXOOSmG7LTCYqfvP6Thwz2JobZb01Ql8VqllY2C9LuaNXD7ir94Jh-IaPt-XqRZovwdQ2YNcGjYiewyYqYHCBZyDqrmrm6EIOpondbFBJ7MkdTsoFH_4JGJ5cEkVn/s960/chanqute%202.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMoHOIBpzkZq7h4vtWSzlonNiSNswekSx5UZLwoP7v1jZhjsRnO3k03RcorSFwXOOSmG7LTCYqfvP6Thwz2JobZb01Ql8VqllY2C9LuaNXD7ir94Jh-IaPt-XqRZovwdQ2YNcGjYiewyYqYHCBZyDqrmrm6EIOpondbFBJ7MkdTsoFH_4JGJ5cEkVn/s320/chanqute%202.jpg" width="240" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El spoiler más grande de la historia después de <i>La Semilla del Diablo</i>.</td></tr></tbody></table><br /><div>Resaltemos tres ideas perversas escondidas en este párrafo:</div><div><br /></div><div>1. Que hemos salido de la crisis, ya que es necesario haber salido para volver a entrar.</div><div>2. Que cualquier tiempo pasado fue mejor, y morir te vas a morir igual.</div><div>3. Que el pueblo no tiene memoria a corto plazo. </div><div><br /></div><div>Vamos con la 3. Si bien es cierto que, como sustrato social, la clase trabajadora posee una memoria colectiva que constituye su propia identidad (en este caso, de pertenencia a una clase), no parece tener capacidades nemotécnicas a corto plazo que le permitan desarrollar un pensamiento crítico sobre hechos recientes y, en última instancia, aprender en un sentido evolutivo del término. Lejos de pretender profundizar en la materia, ya que no es mi campo, no cabe duda de que la desinformación provocada precisamente por el exceso de información (que, además, suele ser de baja calidad) y ese continuo estado de shock al que somos sometidos se encuentra en la raíz del problema.</div><div><br /></div><div>Supongo que recuerdan que con la crisis de 2008 todos "aprendimos" que la información es poder, que quien tenía esa información se aprovechó de la situación, que si hubiéramos tenido la información habríamos vendido en lugar de hipotecarnos hasta las trancas. Bien, pues ahora no nos podemos quejar, porque nos están <a href="https://www.20minutos.es/noticia/5027287/0/despues-de-un-buen-verano-una-recesion-amenaza-a-la-vuelta-de-la-esquina-con-la-duda-de-cuanto-afectara-a-espana/" target="_blank">avisando</a> de que viene una crisis "como la de 2008".</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMee581b_VqZ-vYCa6ipVTqgi3ycoAR4LbK4miLxu_Pf7jxXYPYJCeuPpWueB9Hwtt9FZReUwZV6mgSETXIsIpbuIVatL8G1mgDJrE15AexiblTfllCmQgeNJ2Qmu7ItyW_z5ke-UOKiuQMzjSFpNh7MoVaaKq9jkJMgf7JF6ROxQbhxUvS-T2mYC7/s1000/irons.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: black;"><img border="0" data-original-height="550" data-original-width="1000" height="176" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMee581b_VqZ-vYCa6ipVTqgi3ycoAR4LbK4miLxu_Pf7jxXYPYJCeuPpWueB9Hwtt9FZReUwZV6mgSETXIsIpbuIVatL8G1mgDJrE15AexiblTfllCmQgeNJ2Qmu7ItyW_z5ke-UOKiuQMzjSFpNh7MoVaaKq9jkJMgf7JF6ROxQbhxUvS-T2mYC7/s320/irons.jpg" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Jeremy Irons abandonando el barco en el momento adecuado en <i>Margin Call </i>(J.C. Chandor, 2011)</td></tr></tbody></table><div><br /></div><div>Si hubiéramos aprendido algo de macroeconomía con aquel asunto de la crisis financiera, ahora sabríamos si lo que hay que hacer vender, comprar, montarse en las criptomonedas o llenar la despensa como la hormiga que se prepara para el largo invierno. Pero, claro, eso es una quimera, utopía: lo del vecino del quinto es la microeconomía, el precio de la judía verde y todo eso. Lo que sí es posible, lo que sí podríamos aprender como clase, es que nos la están dando continuamente con queso a través de los medios de comunicación, con ese incesante bombardeo. Pero nos tienen exhaustos evitando que hagan blanco sobre nosotros definitivamente.</div><div><br /></div><div>Además, no sé si han notado cierto interés soterrado en los últimos años por desprestigiar el concepto de clase social, sea a través de <a href="https://www.elespanol.com/espana/20220507/ayuso-madrid-no-clases-sociales-intenta-izquierda/670683072_0.html" target="_blank">ocurrencias demagógicas</a> o a base de dinamitarlo internamente, como en Troya. La activista Pastora Filigrana <a href="https://ctxt.es/es/20181114/Firmas/22922/racismo-inmigracion-clase-obrera-pastora-filigrana.htm" target="_blank">dice</a>:</div><div><br /></div><div><i>Es posible que algunos colectivos racializados no tengan un abierto discurso anticapitalista pero ante esto podemos hacer dos cosas: O bien acusarlos de cómplices del neoliberalismo y rompedores de la clase; o bien crear esos “discursos hilo” que tejen el antirracismo y el anticapitalismo y conectan los descontentos señalando al enemigo. Lo segundo requiere de mucho más esfuerzo y paciencia y, sobre todo, de una firme conciencia militante que antepone la construcción de lo común frente a la opinión individual. Es de justicia decir que la mayoría de los colectivos racializados tienen un discurso y una práctica anticapitalista, sin embargo se nombra poco, como si nombrarlo estropeara la hipótesis de que las luchas desde la identidad racial son enemigas de la clase obrera.</i></div><div><br /></div><div>Dato: <i>Verano Azul</i>, la eterna serie asociada a los veranos de nuestra juventud, no se emitió en verano, se emitió en invierno. Así juega nuestra cabeza...</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ_B-wjt0n5KKKcgthBj1HTbEmkY4PjpcOeex8kTBrlptL2QM3BrW462kFnxsXtuVlzAPltMUa4zws2Il8rLugSwRv1RvtQRDOpPCVeyf0fcHhm4qZpJnU5_MOYjIEKhuSAaCzjlQIxb-U60mP-j1rVBIHm7tEgAMKXkTFq7g6e685e6WEmc5G0_DQ/s1600/Batman%20Forever.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="588" data-original-width="1600" height="118" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ_B-wjt0n5KKKcgthBj1HTbEmkY4PjpcOeex8kTBrlptL2QM3BrW462kFnxsXtuVlzAPltMUa4zws2Il8rLugSwRv1RvtQRDOpPCVeyf0fcHhm4qZpJnU5_MOYjIEKhuSAaCzjlQIxb-U60mP-j1rVBIHm7tEgAMKXkTFq7g6e685e6WEmc5G0_DQ/s320/Batman%20Forever.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Batman Forever</i> (Joel Schumacher, 1995)</td></tr></tbody></table><div><br /></div><div>Pese a la idea extendida de que ya nadie ve la televisión, los medios de comunicación, con sus televisiones y radios, pero también con su presencia en redes sociales, siguen siendo los únicos medios de comunicación de masas.</div><div><br /></div><div>Repasemos la teoría. Un medio de comunicación de masas es aquel emisor único capaz de comunicarse de manera unidireccional con un grupo numeroso de personas, amplio y heterogéneo, además de anónimo. Aunque la diferencia puede parecer sutil a simple vista, si bien es cierto que las emisiones en directo de alguien como Ibai Llanos a través de plataformas de streaming pueden llegar a congregar millones de espectadores (sin duda cada vez más y, sin duda, la tele cada vez menos), esa comunicación no será ni tan unidireccional, ni tan anónima, ni, sobre todo, tan heterogénea. El poder de la televisión sigue radicando en ser capaz de inculcar un mensaje en diferentes estratos de la sociedad de manera masiva.</div><div><br /></div><div>Y aun así, es cierto: mucha gente ve la televisión convencional, pero cada vez menos. Y aunque su desaparición será lenta y progresiva, finalmente desaparecerá y será sustituida, seguro, por vaya usted a saber qué. ¿Por youtubers? ¿Plataformas OTT? En todo caso, no importa: no olviden que "<a href="http://freakyonline.blogspot.com/2022/02/pamela-anderson-y-el-terraplanismo.html" target="_blank">el medio es el masaje</a>".</div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijy6ohkby2mDrQTxQIDyUjmpiRT2h54uAkxFq2xmdGBqMpzaVxf3EtQR140gOBde30IwlRuPQUCwjI7A7JpGh7qRNKFXvuzBcZtVrYbfMiEZmcKHkTb0JSjfxGU8qJzHeju_wdZy84_Vm08p54dGSeecg3cjxFHCHWTu-7c_ZTIPG6SmFc75uuuRo-/s958/medio.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="958" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijy6ohkby2mDrQTxQIDyUjmpiRT2h54uAkxFq2xmdGBqMpzaVxf3EtQR140gOBde30IwlRuPQUCwjI7A7JpGh7qRNKFXvuzBcZtVrYbfMiEZmcKHkTb0JSjfxGU8qJzHeju_wdZy84_Vm08p54dGSeecg3cjxFHCHWTu-7c_ZTIPG6SmFc75uuuRo-/s320/medio.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>The Medium is the Massage</i> (Marshall McLuhan & Quentin Fiore, 1967)</td></tr></tbody></table><br /><div>No hace mucho un famoso youtuber dedicado al contenido deportivo (vean aquí cómo se fragmenta la audiencia en el mundo del streaming) era preguntado en una entrevista por un hipotético <i>sorpaso</i> de las plataformas de distribución de contenido en directo sobre la televisión, y hay que reconocer que se mojaba a la hora de hablar de mensaje e, incluso, libertad de expresión. El youtuber decía: "Cuándo me paguen por decir lo que tengo que decir, veremos qué pasa" (cito de memoria). Es decir, ¿qué pasará cuándo el dinero (y aquí me refiero al dinero del poder, no al de los anuncios de Fanta) pase de la televisión a Internet? Esta pregunta no es baladí, ya que la virtud seminal de todos los streamers, su verdadero valor añadido, es su espontaneidad. Cuando esta naturalidad se diluya completamente, ¿qué sucederá?</div><div><br /></div><div>La única ventaja que tiene Internet sobre el dinero es que se mueve más rápido. Así que cuando Ibai Llanos no pueda arrastrar el lastre de sus compromisos comerciales, aparecerá otro Ibai Llanos; otro Facebook, otro <a href="https://www.youtube.com/watch?v=_ahsRPJlHDY" target="_blank">MySpace</a>, otro Napster, otro Messenger...</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_N7Fqzg0BZKSPW3hSFlluLGRW56dxFZJ35UppNRbK0awchDTH_z-xYdWmIcTBlI10teshkc5PY5hXFXNZLlLOGUl8Xqanjsl6lu4oYvI3xZeC9_UAlr7tgQp7iz6v675yLaqAbxg-nU79UhX4t81Kamz99wYL1E-NIaMN8rQzc3XB5x_gp4Pdq-GA/s835/IBAI.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="835" data-original-width="597" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_N7Fqzg0BZKSPW3hSFlluLGRW56dxFZJ35UppNRbK0awchDTH_z-xYdWmIcTBlI10teshkc5PY5hXFXNZLlLOGUl8Xqanjsl6lu4oYvI3xZeC9_UAlr7tgQp7iz6v675yLaqAbxg-nU79UhX4t81Kamz99wYL1E-NIaMN8rQzc3XB5x_gp4Pdq-GA/s320/IBAI.jpg" width="229" /></a></div><br /><div>Concluyendo. Si usted no ha sido el afortunado ganador de las vacaciones de lujo pagadas por Ibai Llanos y Fotocasa, le recomiendo que aproveche este verano, tenga vacaciones o no, pagadas o no, decida dilapidar o guardar bajo el colchón sus ahorros, tenga ahorros o no, para apagar la tele y desconectar el móvil. Abra un libro, esa cosa tan barata y tan veraniega. Intente que no sea uno de los que aparecen en las listas de los más vendidos. Una de las muchas cosas buenas de Internet es que hay tanta información que, tras un trabajo ciertamente meticuloso, una podría llegar pasarse la vida entera leyendo libros sin toparse con ninguno que no le gustara.</div><div><br /></div><div>Les recomiendo, ya que estamos:</div><div>👉 <i>La doctrina del shock</i>, Naomi Klein</div><div>👉 <i>No Logo</i>, Naomi Klein</div><div>👉 <i>Facha</i>, Jason Stanley</div><div>👉 <i>Bambi contra Godzilla</i>, David Mamet</div><div>👉 <i>Muerte a los normies</i>, Angela Nagle</div><div>👉 <i>El Nota y el maestro Zen</i>, Jeff Bridges y Bernie Glassman</div><div>👉 <i>Un hombre sin patria</i>, Kurt Vonnegut</div><div>👉 <i>Hey! Julio Iglesias y la conquista de América</i>, Hans Laguna</div><div><br /></div><div>Por cierto, la ciudad en la que Ibai Llanos realizó su último y multitudinario evento, de cuyo nombre no quiero acordarme, tiene la biblioteca cerrada hace dos años.</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/4IAPcn4sR0I" width="320" youtube-src-id="4IAPcn4sR0I"></iframe></div><br /><div style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></div><div></div>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-34605677012004185432022-05-19T13:22:00.009+01:002022-12-02T21:00:48.757+00:00Todo de plástico<p>En la carrera de Periodismo te dicen cosas como que "la información es poder" o que "el medio es el mensaje". Te lo dicen, pero no te lo explican, entre risitas, como haciéndose los interesantes, como si compartieran verdades arcanas, ahí plantados en lo alto de su tarima. Hoy, y con cuarenta años, parecen cuestiones sencillas, casi cotidianas, incluso inocentes, pero con veinte años y un acceso a Internet de 56 kbps, esas palabras eran solo palabras, no información. El poder se lo guardaban para ellos.</p><p>También decían que la TDT era el futuro.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/pyK-3Em8__c" width="320" youtube-src-id="pyK-3Em8__c"></iframe></div><p>Hace poco hablaba con una joven recién licenciada. Yo tenía curiosidad por conocer qué enseñan hoy en la carrera de Periodismo o, al menos, en la universidad pública en la que habíamos estudiado ambos, aunque con 20 años de diferencia. Suponía que, dados los tiempos que corren, ahora enseñarían cómo hacerse youtuber o cómo redactar propaganda en lugar de noticias. Pero se ve que no, que siguen diciendo que la información es poder y que el medio es el mensaje. Casi no tocan una cámara de vídeo y gravar con smartphone es ciencia ficción, una quimera, cosas de niños. Las privadas, en cambio, incluso han cambiado el nombre de sus grados, eliminando del título la palabra "Periodismo".</p><p>So it goes.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQtGFFLya0TzHNbh3gFmi04RHX0bE8x7pR_SSfYuho1RYqU4DCCl-JRfz5Qz0c-uR0BgUWqYd0rbokBUuJqjfiIDIMJQraNDLVtmdR1Yx3u3fksPooC1Y0bKEyssImsxkyk3lDHdcLH90jsWGztrGGIgnv7UEpC8CATW1K_nm-b6-lpPwqN_sXVsqG/s476/asterisco.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="476" height="303" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQtGFFLya0TzHNbh3gFmi04RHX0bE8x7pR_SSfYuho1RYqU4DCCl-JRfz5Qz0c-uR0BgUWqYd0rbokBUuJqjfiIDIMJQraNDLVtmdR1Yx3u3fksPooC1Y0bKEyssImsxkyk3lDHdcLH90jsWGztrGGIgnv7UEpC8CATW1K_nm-b6-lpPwqN_sXVsqG/s320/asterisco.jpg" width="320" /></a></div><p>Conocí, literariamente, a <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2020/12/vonnegut-para-dummies.html" target="_blank">Kurt Vonnegut</a>, el último gran escritor del siglo XX, en noviembre de 1999, en Cornellà del Llobregat, concretamente en la última fila de los cines de su centro comercial (entonces solo había uno). Y aún más concretamente en los créditos de <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=j0Wuc7R6Ha0" target="_blank">El desayuno de los campeones</a></i>, la adaptación cinematográfica de la que se considera su obra de madurez, dirigida por el peculiar Adam Rudolph y protagonizada por Bruce Willis con peluquín, Nick Nolte travestido y Albert Fiennes en las últimas. De ahí fui directo a la librería más cercana dispuesto a adquirir lo que fuera de Vonnegut, que resultó ser <i><a href="https://books.google.es/books/about/Cuna_de_gato.html?id=s8LsDwAAQBAJ&printsec=frontcover&source=kp_read_button&hl=es&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false" target="_blank">Cuna de gato</a></i>. Fue de esos libros que te cambian la vida, ya saben; que te hacen girar a la izquierda en lugar de a la derecha en un punto del camino, para bien o para mal. No entendía por qué no me había hablado nadie de Vonnegut hasta ese momento, por qué no me habían hablado de él en el instituto en lugar de, por ejemplo, Buero Vallejo.</p><p>No tengo nada en concreto contra Buero Vallejo, ni mucho menos contra la literatura española en general, evidentemente. Solo digo que en lugar de hacerme leer <i>Historia de una escalera</i> y <i>Las bicicletas son para el verano</i>, de Fernando Fernán Gómez, y <i>La casa de Bernarda Alba</i>, de Lorca, podían haber sustituido uno de esos títulos, o al menos añadido, algo de Vonnegut o de Willian Faulkner o, por fantasear, de Natsume Sōseki. Y como digo esto también digo que podrían haber incluido <i><a href="https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/20220307/seguira-leyendose/653934958_0.html" target="_blank">Nada</a></i>, de Carme Laforet. Hubiera descubierto antes que me gusta leer libros. Gente que no lee libros, leería libros ahora, estoy convencido. Puestos a reivindicar, añado a Larra y Julio Camba, para que no digan.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/uEjMmBE_60c" width="320" youtube-src-id="uEjMmBE_60c"></iframe></div><p>Precisamente así comienza el documental <i>Kurt Vonnegut: Unstuck in Time</i> (Robert B. Weide y Don Argott, 2021): con un joven al que su profesora de Literatura le descubre <i>El desayuno de los campeones</i> y le hace dar un golpe de volante a su vida. Ese chico, aspirante a cineasta, futuro ganador de tres premios Emmy y protagonista de uno de los <a href="https://www.youtube.com/watch?v=CwQm1EDfCls" target="_blank">memes más célebres de la historia</a>, acabaría dirigiendo un documental sobre el escritor de Indianápolis que le llevaría 40 años de producción, incluso más allá de la muerte de Vonnegut.</p><p>Esta película, que permite a Weide cerrar un círculo vital, sale a la luz casualmente mientras, cerrando mi propio círculo, leo por primera vez <i>El desayuno de los campeones</i>, largo tiempo descatalogada y recuperada ahora que parece ser que la figura de Vonnegut se ha vuelto a poner de moda, vaya usted a saber por qué. Hasta lo han <a href="https://www.youtube.com/watch?v=5-6QBps2_yM" target="_blank">adaptado al cómic</a>.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2yphhF2H0q7eQZBbNvZ3rd9ftbm5TCM9Kb-cMGWCBhdeCllGDvlazl08ATPcG-R_KdIyATk0jQmOEI7wAEQiD7I6neZojhis_Y-9bUjrkh0EYEsaOS2Kih7WtYtmwLrWYOw5pNk3g6P3Hf20iID4dLXbd_yHVE2jCjuxNnspVDkQxhGBdcA3bxSSq/s888/desayuno.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="888" data-original-width="600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2yphhF2H0q7eQZBbNvZ3rd9ftbm5TCM9Kb-cMGWCBhdeCllGDvlazl08ATPcG-R_KdIyATk0jQmOEI7wAEQiD7I6neZojhis_Y-9bUjrkh0EYEsaOS2Kih7WtYtmwLrWYOw5pNk3g6P3Hf20iID4dLXbd_yHVE2jCjuxNnspVDkQxhGBdcA3bxSSq/s320/desayuno.jpg" width="216" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Blackie Books</td></tr></tbody></table><p>La edición que ha hecho Blackie Books de <i>El desayuno de los campeones</i> (y que ha traducido como <i>Desayuno de campeones</i> no sé exactamente por qué) no me gusta. Además de la tapa dura, que no hace más que ocupar espacio, encarecer el producto y deforestar bosques, han cometido el sacrilegio de modificar los dibujos de Vonnegut para rotular los textos, originalmente de su puño y letra, en castellano. Me sangran los ojos. Me saca de la novela cada vez que llego a una de sus páginas ilustradas. Cuando veo de reojo que se acerca un dibujo, noto un sudor frío y no me puedo concentrar en la lectura.</p><p>Esta desafortunada decisión, a todas luces, me ha recordado la vieja frase: "El medio es el mensaje". El teórico de la comunicación Marshal McLuhan decía que la forma de un medio influye en la percepción del mensaje que vehicula. El medio es el mensaje; en este caso la tapa dura, el fulgor de la portada, los dibujitos traducidos como si los lectores fuéramos analfabetos... Es una pomada, un caldito en una fría tarde de domingo, caricias para el alma. Más adelante, McLuhan diría: "El medio es el masaje". [Hablo de ello en <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2022/02/pamela-anderson-y-el-terraplanismo.html" target="_blank">este otro artículo</a>; no quisiera repetirme].</p><p>Pero dinero gastado en libros, dinero bien gastado. Mejor que en las tragaperras, en todo caso.</p><p>Yo intento comprar siempre ediciones de bolsillo. Si hablamos de cómics, la cosa cambia. Sin duda, el arte del dibujante está pensada para tamaños y papeles concretos, que en algunos casos deben ser preservados por cubiertas acordes (más adelante volvemos a esto). Pero una novela son solo letras yuxtapuestas, una tras otra, con más o menos gracia. Ni siquiera son los mismos caracteres que imprimió el escritor con su máquina de escribir. El libro de narrativa en sí mismo no es un objeto artístico, es un medio para hacer llegar un mensaje, sea este una tesis en el caso de la ciencia o una novela en el caso del arte, por ejemplo. Pero están imprimiendo libros que son el mensaje, independientemente de que contengan otro mensaje. ¿Para qué? Para vender más. ¿Cómo? Haciéndonos sentir bien: libros para el wellcare y el mindfulness.</p><p>La industria editorial encuentra en estos libros objeto una manera (una de otras) de mantenerse a flote en una época de sobreproducción casi epidémica, editoriales dudosas, autopublicaciones y, por supuesto, libros digitales y audiolibros, con la piratería consiguiente. La conclusión a la que han llegado es: hagamos libros más caros. Y la gente va y los compra, los regala, los amontona en su librería y, sin duda, los leen, aunque no puedo asegurar en qué porcentaje. Los libros, como la televisión, no son ni buenos ni malos, depende del libro.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgI0wTRCJQKMczN-sUdG83xOU0TygY9le_HOWvFxDIU1IdL4h4wlr129YXq6q7pEFklemsunwHONE2lEg86UXtVX-s6Uwf6wbmz5MBv7tYoV9wqSUOQNvZLBesXdpTqIi1Z9kWYxb-knqNFkMmnrr35-8LZc1PgFbXLeGjnsUpRBRhJSdseWL0e0eb/s445/belen.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="445" data-original-width="290" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgI0wTRCJQKMczN-sUdG83xOU0TygY9le_HOWvFxDIU1IdL4h4wlr129YXq6q7pEFklemsunwHONE2lEg86UXtVX-s6Uwf6wbmz5MBv7tYoV9wqSUOQNvZLBesXdpTqIi1Z9kWYxb-knqNFkMmnrr35-8LZc1PgFbXLeGjnsUpRBRhJSdseWL0e0eb/s320/belen.jpg" width="209" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Espasa</td></tr></tbody></table><p>¿Qué estamos haciendo, pues? Comprar libros por las cubiertas, complementos para el outfit del día: el banco del parque, el tren o la sala de espera del homeópata. Avatares de lo que queremos ser. Libros de plástico:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/gLwHVXdGq2s" width="320" youtube-src-id="gLwHVXdGq2s"></iframe></div><p>A principios de siglo, la aparición en nuestro país de resorts como Port Aventura o Marina d'Or pusieron sobre la mesa de la industria cultural, o, al menos, del ocio, el concepto de "pastiche". Uno podía visitar el Far West y la Polinesia a escasos kilómetros de casa y por un módico precio; "módico" teniendo en cuenta la promesa de viajar a través del espacio y del tiempo. Marina d'Or, como cantan las Nancys Rubias, nos ofrece un paraíso artificial, en el que el plástico sustituye a la naturaleza. Palmeras perennes, estrellas de neón y piscinas a 100 metros de la playa.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOsQsFNk3vJEvuOgmB5jOl6CzOKAA1gqSXy-c_Oi3jdZ7tTrAuQbcqcRdt-a9NkxVtkBIMHSM6YPCIoCYhHHqYC-KTX65vf9sgBcEdQ-1zb-cqipeJqF_scSGOpzHGSGaxJrM8qxzL8D_ScjoIgfpsHuGSVdVVGp7qrdd4xsKKkCw2Tpp6GT6Zzn8F/s870/marina%2002.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="496" data-original-width="870" height="182" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOsQsFNk3vJEvuOgmB5jOl6CzOKAA1gqSXy-c_Oi3jdZ7tTrAuQbcqcRdt-a9NkxVtkBIMHSM6YPCIoCYhHHqYC-KTX65vf9sgBcEdQ-1zb-cqipeJqF_scSGOpzHGSGaxJrM8qxzL8D_ScjoIgfpsHuGSVdVVGp7qrdd4xsKKkCw2Tpp6GT6Zzn8F/s320/marina%2002.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto promocional de la web de Marina d'Or. En serio.</td></tr></tbody></table><p>El "pastiche" ha sido aplicado a otros ámbitos, no solo el turístico. En el terreno cultural (podríamos hablar de política, pero no es esta la arena adecuada), uno ya no solo es sometido a un bombardeo sensorial del calibre del <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=y51P8HNpwaM" target="_blank">Motomami</a></i> de Rosalía o a experiencias cinematográficas de dudosa narrativa secuencial, como <a href="https://twitter.com/davidGG0NZALEZ/status/1516687021162520581" target="_blank">The Batman</a>, sino que incluso hemos confundido la ficción con la historia, <i>Lo que el viento se llevó</i> con lo que realmente sucedió.</p><p>Más pastiche:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/ZxwUkc_DzYY" width="320" youtube-src-id="ZxwUkc_DzYY"></iframe></div><p>En un país que ha vanagloriado hasta el papel cuché a figuras como Poli Díaz o Pedro Carrasco, nos conformamos ahora con que la <a href="https://www.marca.com/videojuegos/2022/05/18/6285424eca4741db038b45a3.html" target="_blank">velada pugilística "del año"</a> enfrente al cantante David Bustamante con un youtuber que se llama Míster Jägger. 13.000 entradas vendidas en pocos minutos, gente que no conoce a <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2021/11/dum-dum-migoya-manuela-y-juarma-al.html" target="_blank">Dum Dum Pachecho</a> llorando por quedarse fuera.</p><p>Con la imagen de una pipa no se puede fumar, con un libro de plástico no se puede volar.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCEFPql9bqnUL8zLu-BXLZwndcGxnAQWhGp9l0I8-VUZx-rYv0twWfejIbJIQ2MvVNRFPNRBbYz4f2nPpH4y8NuWrtelfelJf2x1td3l3pdYrP01InnaQBhzPX0Ev8vy7zbdHbP4gudoy6xPgrKWd_mK6qLlZQ1zqpeX71MmQL4vHsD_4NJR4fBWUD/s2000/pipa.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1487" data-original-width="2000" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCEFPql9bqnUL8zLu-BXLZwndcGxnAQWhGp9l0I8-VUZx-rYv0twWfejIbJIQ2MvVNRFPNRBbYz4f2nPpH4y8NuWrtelfelJf2x1td3l3pdYrP01InnaQBhzPX0Ev8vy7zbdHbP4gudoy6xPgrKWd_mK6qLlZQ1zqpeX71MmQL4vHsD_4NJR4fBWUD/s320/pipa.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>La traición de las imágenes</i>, René Magritte<br /><br /></td></tr></tbody></table>En el documental de Weide, los protagonistas trajinan libros de bolsillo maltratados por el paso del tiempo. Libros, que, en efecto, caben en el bolsillo trasero de un pantalón o en el de una americana de pana. Imagino un futuro en el que todo el mundo tendrá bibliotecas relucientes, con libros intactos de colores flúor y brillos dorados. Libros tan vírgenes que a uno le dará reparo hasta prestárselos a sus amigos y compañeros de trabajo. Las bibliotecas domésticas serán como los discos de C. Tangana: muy bien producidos, pero sin alma.<p>Como es sabido, hace años se puso de moda hablar de "novela gráfica". El término no era nuevo, se venía oyendo desde Will Eisner. Incluso Marvel acuñó un sello bajo ese concepto en los 80, para cómics supuestamente "maduros", como <i><a href="https://www.panini.es/shp_esp_es/novela-gr-fica-marvel-la-muerte-del-capit-n-marvel-shola002-es01.html" target="_blank">La muerte del Capitán Marvel</a></i>. ¿Qué pasó, pues, en los 2000, coincidiendo con la aparición de tebeos como <i><a href="https://www.penguinlibros.com/es/tematicas/37289-libro-persepolis-9788417910143" target="_blank">Persépolis</a></i>? Las editoriales (algunas, que nunca habían publicado un cómic) comenzaron a imprimir libros gordos, con mucho texto y pocos colorines, y, sobre todo, tapas duras y papel del bueno, para atraer a un público capaz de gastarse el dinero. A eso se le llama nicho de mercado. Hoy se publica en tapa dura hasta el número tropecientos del Capitán América, algo muy incómodo para llevarse al cuarto de baño.</p><p>Recientemente, Manga Satori ha publicado <i><a href="http://freakyonline.blogspot.com/2022/04/mundo-perdido-de-yoshihiro-tatsumi.html" target="_blank">Mundo Perdido</a></i>, un conjunto de historias de Yoshihiru Tatsumi, padre del <i>gekiga</i>, el manga para lectores adultos. Vaya por delante que la edición es exquisita y merecida, y no le hace falta tapa dura: papel de calidad, sobrecubierta protectora... y un par de epílogos que ponen el libro en su contexto histórico, desmitificando el concepto de <i>gekiga</i>, que, como casi todo, ha sido destilado con el paso del tiempo y adaptado a las nuevas necesidades (vender, entre ellas). Ahí se explica que, en su origen, la característica diferencial del <i>gekiga</i> era su publicación en formato libro en lugar de en revistas, que era el medio natural del cómic japonés. De nuevo, el medio es el mensaje: los adultos leen libros, no tebeos.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjst5O6DvM85ZWqn2ygbU7QOIOFEWpTcQevlWVOqtuU7dIV7PGw32k1vz7tSIKLxJ6rMUZC5A3F-HlHqRp1E_1SKCmXmrdwSTWTx4nv7qTyvaHbDxe1G_ox8WHOpKjlEPL6IUB2mW7zKZbZhQVTvTam7kVccLXYc_jxDBSewAIzuTZErJnOWshUIkGd/s900/cuna.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="900" height="187" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjst5O6DvM85ZWqn2ygbU7QOIOFEWpTcQevlWVOqtuU7dIV7PGw32k1vz7tSIKLxJ6rMUZC5A3F-HlHqRp1E_1SKCmXmrdwSTWTx4nv7qTyvaHbDxe1G_ox8WHOpKjlEPL6IUB2mW7zKZbZhQVTvTam7kVccLXYc_jxDBSewAIzuTZErJnOWshUIkGd/s320/cuna.png" width="320" /></a></div><p>El ya mencionado <i>Cuna de gato</i> fue el segundo libro que me hizo pegar un volantazo. El primero me evitó ir a la mili, pero eso es historia antigua (como a Weide, fue una profesora de instituto la que me brindó la oportunidad). Esta novela de Vonnegut me hizo abrazar el Bokononismo, la religión que se descubre en sus páginas. Al menos durante un tiempo, ya que las consecuencias de su práctica continuada pueden ser desastrosas. Ambos libros descansan en mi biblioteca personal, desgastados, garabateados por mí mismo y otras personas. Contienen mensajes enviados al futuro con caligrafías que ya no soy capaz de descifrar en algunos casos, con dedicatorias arrancadas en otros.</p><p>Esos libros tienen alma.</p><p>C. Tangana no tiene alma.</p><p>Las pelis de Netflix no tienen alma.</p><p>La lista de <i>bestsellers</i> del último Sant Jordi, tampoco.</p><p>Los cuadros de Yago Hortal tampoco.</p><p>A veces me levanto por la mañana y me pregunto si acaso yo tengo alma. En esos días, me hago un café con leche y me lo tomo en el despacho, donde contemplo mi biblioteca personal. Además de libros, hay discos en vinilo y CDs y también DVDs y Blurays; todo ese tipo de cosas, acumuladas durante una época en la que aún se escuchaban discos, no el "descubrimiento semanal" de Spotify, y se veían películas, no series. Hace poco adquirí un equipo de música. Hacía años que no abría la caja de un CD, que no "ponía" un disco. De hecho, ¿alguien saca ya discos? ¿Es <i>Motomami</i> un disco, aunque alguien lo planche en un soporte redondo? ¿Es <i>The Batman</i> una película o son solo imágenes proyectadas en una pantalla?</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikY_2ZCltLdLRuGc-alZ2rs1ltQUXOPDAfL4MXSTHQGFPw_172k1sHNjUYYhm9NboDUJlYHNo56vcLIV2KNF11UOAwynSHYPcECbsmAl9zri5l3o4MVVlDuByynIMf-f4Y5NiwPQFO_1iU99hNS9BykMIbMlMDAYbiM9Y-Iopv6StoorM9jvgdHmlX/s1900/rosal%C3%ADa.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1069" data-original-width="1900" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikY_2ZCltLdLRuGc-alZ2rs1ltQUXOPDAfL4MXSTHQGFPw_172k1sHNjUYYhm9NboDUJlYHNo56vcLIV2KNF11UOAwynSHYPcECbsmAl9zri5l3o4MVVlDuByynIMf-f4Y5NiwPQFO_1iU99hNS9BykMIbMlMDAYbiM9Y-Iopv6StoorM9jvgdHmlX/s320/rosal%C3%ADa.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rosalía / Getty Images<br /><br /></td></tr></tbody></table><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipKJXN1xYLKRwOXAKkMEWyyqY4N4ke2ENh4GQ32wUoPTM4oD2PO4WwX5LtxnTfYX8Ci2Mju_vUvNd5vpGTC-jEFCNo2FO5fbnbZ5EICTU-Cigm4nmhTf0-mZ2Cyqo0fooEJc1yYKEQwKoDAl0YvqVO_UuIaBTIVD_ZZCYOd4DZR_1IDF1mIfxHmRKP/s639/martirio.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="639" data-original-width="414" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipKJXN1xYLKRwOXAKkMEWyyqY4N4ke2ENh4GQ32wUoPTM4oD2PO4WwX5LtxnTfYX8Ci2Mju_vUvNd5vpGTC-jEFCNo2FO5fbnbZ5EICTU-Cigm4nmhTf0-mZ2Cyqo0fooEJc1yYKEQwKoDAl0YvqVO_UuIaBTIVD_ZZCYOd4DZR_1IDF1mIfxHmRKP/s320/martirio.jpg" width="207" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Martirio / Álbum de Martirio</td></tr></tbody></table></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Me compré un equipo de música, como iba diciendo. Si bien es cierto que algunos de los discos que tengo son difíciles de encontrar en la red hoy en día, no fue ese el motivo. El motivo real es que notaba que estaba desapareciendo, como Marty McFly en <i>Regreso al Futuro</i>. Así que en esas mañanas raras elijo un disco de mi colección. Saco el vinilo de su funda, lo pongo sobre el plato, lo hago girar, coloco la aguja y disfruto la música. Y unos veinte minutos después la música cesa y tengo que girar el disco y repetir el proceso. Intervengo. Yo hago que la música suene y establezco un acuerdo con el creador de esos sonidos. Existo, no tanto en el momento de colocar la aguja sobre el vinilo, como quien pulsa el icono de <i>play</i> en una app; existo cuando escuchar música se convierte en un proceso consciente. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Supongo que con los libros pasa lo mismo, que por eso la gente prefiere lo analógico a lo digital; al girar la página, uno se imagina que toca el mismo papel que tocó el autor.</div><p>Pero solo pasa con los libros que tienen alma.</p><p>Como un disco de Kiko Veneno.</p><p>Como una peli de Ed Wood.</p><p>Como un cuadro de los hermanos Santilari.</p><p>Como un libro de Kurt Vonnegut. Uno de bolsillo.</p><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkPxE2-OTmOuZ7-S6WvV4HyO3bd6fUBv-GhvzLVgYNsNUgkCvLjec5v36gkGZZ-wkpUcGBZSWpkZBXls-LJqsb1acpYBu0GHV0MDF6vyCEbrcuvZrgoFEBMX_Y9JGFvDr3s4Sw3zKQtYhcs_G15lMjFhBuyS6CuWjWof47ENTgq_ZRDM16RX2xKC8A/s1134/santi.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1058" data-original-width="1134" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkPxE2-OTmOuZ7-S6WvV4HyO3bd6fUBv-GhvzLVgYNsNUgkCvLjec5v36gkGZZ-wkpUcGBZSWpkZBXls-LJqsb1acpYBu0GHV0MDF6vyCEbrcuvZrgoFEBMX_Y9JGFvDr3s4Sw3zKQtYhcs_G15lMjFhBuyS6CuWjWof47ENTgq_ZRDM16RX2xKC8A/s320/santi.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Bodegón</i>, Pere Santilari (lápiz).</td></tr></tbody></table><br /><p style="text-align: right;"><br /></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-31547637328839702012022-05-05T09:42:00.018+01:002022-05-07T16:45:19.161+01:00Ay, mamá o La conservación de las especies<p>Que no te la den con queso, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=-z9qeALR7j0" target="_blank">la canción esa famosa de la teta</a> no es feminista. Es una canción, en el mejor de los casos, conservadora. Es una canción dedicada no tanto a las mujeres como a las madres, y al rol al que el patriarcado las ha relegado a lo largo de la historia: madres nutricias, ya sea como amamantadoras ("Tú que amarraste bien tu cuerpo a mi cabeza") o cocineras ("A ti, que tienes siempre caldo en la nevera"). Desde la trinchera de la maternidad han peleado muchas mujeres, sin duda; mi abuela la primera y mi madre después, y eso es lo que reivindica la canción, o al menos las palabras que componen sus versos. Lo que diga la prensa ya es otra cosa ("El 'Ay Mamá' de Rigoberta Bandini y otros 8 hitos feministas" o "Bandini reivindica el feminismo con la teta"), y lo que diga la propia Bandini es aún otra: "En su momento lo escribí como un homenaje a la feminidad". Y aquí es cuando se lía la cosa.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJu_Y_pw6i4Lo26qxkJIkGAOlqQ3kcbZhXLQ8I5VZSk1tXYJxxSUp0kDixM1a3rR2AK-j4_jOTeNy4QFux7X3WupoZcErthqroPgAdn58UHdOVsSVvT22Z7hpSMS4oXP4-hsiXqvzuKd-K3lPV7-CN9gocuw_qiqEibMC0GxFRpiOHfUa6O9hiW0DM/s1960/teta.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1103" data-original-width="1960" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJu_Y_pw6i4Lo26qxkJIkGAOlqQ3kcbZhXLQ8I5VZSk1tXYJxxSUp0kDixM1a3rR2AK-j4_jOTeNy4QFux7X3WupoZcErthqroPgAdn58UHdOVsSVvT22Z7hpSMS4oXP4-hsiXqvzuKd-K3lPV7-CN9gocuw_qiqEibMC0GxFRpiOHfUa6O9hiW0DM/s320/teta.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"Tetamundo", de Marina Salazar</td></tr></tbody></table><p>Ay, las madres. ¿Qué hay más conservador que una madre? Ellas te ponen Mercromina en las rodillas y te aplican paños fríos cuando tienes fiebre. Ellas se preocupan por que sientes la cabeza o no se te pase el arroz. Son la garantía de la conservación de la especie, concretamente de la especia humana, que es el mayor virus que ha conocido este planeta. Como miembros de este grupito de personas pensantes, la mayoría de nosotros nos empecinamos en procrear, algunos incluso varias veces. La llamada de la Naturaleza, dicen (de la Madre Naturaleza, concretamente). Tras esta obsesión por persistir hay una consciencia de especie, dado que, como entes individuales todos morimos. Pero como el ser humano duda (cada vez más abundan los <a href="https://www.diariodeibiza.es/opinion/2019/02/18/elsa-pataky-antinatalismo-29781930.html" target="_blank">antinatalistas</a>), se crean religiones, leyendas y canciones para consolidar el mito, por no decir mantener el tinglado.</p><p>"Sin ellas no habría humanidad", dice Bandini en su canción. Bueno, pues ahí está la respuesta: el poder ha sometido a la mujer a lo largo de la historia porque ellas tienen la clave de la Humanidad. Si cierran el grifo, se acabó. <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_cuento_de_la_criada" target="_blank">El cuento de la criada</a></i>, ya saben.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidW8m7G8r5Tjkx1b7x8AoZPonyfjFRXQmVFusY4HfyBiqmNwJkCBsKqQQb_7ctujtO_DDDEC_Qsz_UBakFBKmvx55M7NZTSoGJpxBktjrPXCldV4GpGzvcMg_4G3qx6vAwWVLiHmJ1tVQHjACG7njBei-cuoDRSqj5nNAYT18R-mzEx1V2X58Cxk2F/s480/esteso.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="269" data-original-width="480" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidW8m7G8r5Tjkx1b7x8AoZPonyfjFRXQmVFusY4HfyBiqmNwJkCBsKqQQb_7ctujtO_DDDEC_Qsz_UBakFBKmvx55M7NZTSoGJpxBktjrPXCldV4GpGzvcMg_4G3qx6vAwWVLiHmJ1tVQHjACG7njBei-cuoDRSqj5nNAYT18R-mzEx1V2X58Cxk2F/s320/esteso.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Los liantes</i> (Mariano Ozores, 1981)</td></tr></tbody></table><p>Lo que se pretende vender aquí como revolucionario, la teta, no es nada nuevo. Este país ya tenía superadas las tetas. En la playa, en las plantas de maternidad o en los parques de extrarradio; en las películas de Esteso y Pajares o en la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=KDP4_683sCw" target="_blank">gala de fin de año</a> de Televisión Española, la teta, como fuente de vida y mito sexual, habían trascendido cualquier tabú. Bigas Luna exhibió pechos amamantando durante toda su obra (de hecho, creo que puede presumir de ser el primero en poner la palabra "teta" en el título de una película no pornográfica). Recuerdo, por ejemplo, haber contemplado en bucle algunas videocreaciones suyas de exuberantes nodrizas ofreciendo su leche al mar. Tal obsesión fue sublimada en la célebre <i>La teta y la luna</i> (Bigas Luna, 1994), y no recuerdo que nadie lo tildara de feminista. Quizás sí de todo lo contrario o, como mínimo, de mirón y exhibicionista.</p><p>El videoclip de <i>Ay, mamá</i>, recientemente estrenado, no hace otra cosa que aportar más confusión al asunto. Un artefacto audiovisual con referencias a la iconografía de moda, como las madres trabajadoras, las malas madres (que fuman), el yoga con bebés y, por supuesto, las tetas, que es de lo que va la cosa. Pero mientras Bandini canta "¿Por qué dan tanto miedo nuestras tetas?", no aparece ni una teta. Todas las mujeres que salen en el vídeo llevan los pechos tapados, incluso cuando van desnudas. Unas tetas que al final del vídeo resultan ser armas de destrucción masiva, aunque la canción diga "Tú, que podrías acabar con tantas guerras". </p><p style="text-align: right;">"El mantenimiento de la paz no es trabajo de los soldados, pero solo los soldados pueden hacerlo."</p><p style="text-align: right;">Dag Hammarskjöld</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/-z9qeALR7j0" width="320" youtube-src-id="-z9qeALR7j0"></iframe></div><p>He aquí una composición feminista: en una escena de <i>Segundo origen</i> (Bigas Luna y Carles Porta, 2015), la protagonista amamanta a su hijo sobre la arena. El padre se acerca y recoge un poco leche sobrante con el dedo. La prueba. “Es amarga”, dice. Ella contesta: “Pero a él le gusta”.</p><p>Un cuento feminista: <i><a href="https://www.elmundo.es/laluna/2003/224/1054221780.html" target="_blank">El violador</a></i>, de Hernán Migoya. Feminista (y pacifista) es también este poema de Gloria Fuertes:</p><p><br /></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">Solo soy una mujer y ya es bastante,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">con tener una chiva, una tartana,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">un “bendito sea Dios” por la mañana</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">y un mico en el pescante.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">Yo quisiera haber sido delineante,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">o delirante Safo sensitiva,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">y heme,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">aquí,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">que soy una perdida</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">entre tanto mangante.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">Lo digo para todo el que me lea,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">quise ser capitán, sin arma alguna,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">depositar mis versos en la Luna</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">y un astronauta me pisó la idea.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">De PAZ por esos mundos quise ser traficante</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">—me detuvieron por la carretera—</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">soy solo una mujer, de cuerda entera,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;">soy solo una mujer, y ya es bastante.</span></p><p style="text-align: center;"><br /></p><p>Un cómic feminista: <i>Vida de una niña</i>, de Phoebe Gloeckner:</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwvXGXL41DZjY11M09GhjsEeykMSa-NGk_WyW9sNQIUlb6p3uR5ubhyFXKaNIC5Wbd9_vZaUF5J-k9yQ8RR2M7BqKx3Mk96L9aWQEDPRrd9BwRcstHDws7nt2u8TCJZw9RgqBXq7oFKQbquqZWDvHdoI2luZ3xdzBqgKX0DUfZ3z_X6te77-P9CN-a/s400/phoebe.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="323" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwvXGXL41DZjY11M09GhjsEeykMSa-NGk_WyW9sNQIUlb6p3uR5ubhyFXKaNIC5Wbd9_vZaUF5J-k9yQ8RR2M7BqKx3Mk96L9aWQEDPRrd9BwRcstHDws7nt2u8TCJZw9RgqBXq7oFKQbquqZWDvHdoI2luZ3xdzBqgKX0DUfZ3z_X6te77-P9CN-a/s320/phoebe.jpg" width="258" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Vida de una niña</i> (Phoebe Gloeckner, La Cúpula)</td></tr></tbody></table><p>A mí que se reivindiquen las tetas me parece bien. Bienvenidas sean todas las causas feministas porque son necesarias, porque vamos para atrás. Porque si <i>Ay, mamá</i> sirve para que una sola mujer salga a la calle más convencida de sí misma, ya ha merecido la pena. Porque, si lo teníamos superado, ¿qué hace un partido como VOX en el Parlamento? ¿Por qué criticamos a Rosalía por hacer lo que hace? ¿Por qué ponemos en duda que las canciones de Sabina son machistas?</p><p style="text-align: right;">"Por fin, con veinte años, se la llevó un extraño, y no perdí una hija, gané un cuarto de baño."</p><p style="text-align: right;">Joaquín Sabina</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiu1ClyRRy3-GvlntSvedmRWE0vQQ6E-0pARVxZ4cuvffhNseE71altV6vvGPgsqA3atv1oY2lLDpOUwsSriD9CzX0jx2IsEVN1xYMuXIZ1aKL9cjOQ9E_PiKLPSlJcy8Xx7M5l4RmhTnlJENGMJO-xgcZmwuFci6cwxWUcZATjLFe3ZG1jrwCVW3XW/s620/sabina.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="620" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiu1ClyRRy3-GvlntSvedmRWE0vQQ6E-0pARVxZ4cuvffhNseE71altV6vvGPgsqA3atv1oY2lLDpOUwsSriD9CzX0jx2IsEVN1xYMuXIZ1aKL9cjOQ9E_PiKLPSlJcy8Xx7M5l4RmhTnlJENGMJO-xgcZmwuFci6cwxWUcZATjLFe3ZG1jrwCVW3XW/s320/sabina.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Joaquín Sabina y el torero Paco Camino en la Monumental (Y. Cardo)</td></tr></tbody></table><p>Si, llegado a este punto, usted se pregunta si el feminismo no puede reivindicar la maternidad, si no puede acaso defender la tarea del ama de casa, si no puede apoyar a aquellas mujeres que deciden dedicarse a sus labores, así como a aquellas que se niegan a quitarse el <a href="https://elpais.com/planeta-futuro/migrados/2022-01-05/sentirse-libre-o-no-dentro-del-velo.html" target="_blank">niqab</a> en el ejercicio de su libertad religiosa, tengo que decirle que esta reflexión no trata de eso. Trata del sistema. En opinión de este humilde plumilla, no puede ser casualidad que mientras el feminismo está siendo atacado con uñas y dientes, tanto desde fuera como desde dentro del mismo movimiento, mientras se ponen en cuestión las estructuras patriarcales, los modelos socioeconómicos y las jornadas laborales, la sexualidad y las identidades de género, los vientres de alquiler y los modelos familiares, se alce como adalid de la causa una canción que defiende el papel que una supuesta Madre Naturaleza ha otorgado a la mujer. Y llegamos aquí a Delacroix, la guinda del asunto: la Libertad representada como una Venus, la diosa de la fertilidad.</p><p style="text-align: right;">"Cualquier sistema que montéis sin nosotros será derribado"</p><p style="text-align: right;"><i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=zdvuW6143VY" target="_blank">Cualquier sistema</a></i>, Leonard Cohen</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjArRvavjEKlRHpHS3hqA3KA7TV9n1A-2sr2L68dFIIv5V5vsIDLG9Ov9Vpyf_3DFBKAyd4xB_s4KCRRk9ZInE6FftBecAEBDcHlskxbymENojvpnDddzFdyjd7T_o5vy2rsYbqVowmwX5vzOsJ4JMij_czzGUZvC73YMXDN5YS9lZuF6GilrYSUxR7/s1280/libertad.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1027" data-original-width="1280" height="257" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjArRvavjEKlRHpHS3hqA3KA7TV9n1A-2sr2L68dFIIv5V5vsIDLG9Ov9Vpyf_3DFBKAyd4xB_s4KCRRk9ZInE6FftBecAEBDcHlskxbymENojvpnDddzFdyjd7T_o5vy2rsYbqVowmwX5vzOsJ4JMij_czzGUZvC73YMXDN5YS9lZuF6GilrYSUxR7/s320/libertad.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>La libertad guiando al pueblo</i>, Eugène Delacroix</td></tr></tbody></table><p>El peligro aquí radica en aparentar con convicción ser lo que no eres, sea por error, ignorancia, convicción o mero marketing; incluso, por supuesto, cuestiones políticas. Corremos el riesgo de aguar el mensaje o retorcerlo, en el peor de los casos. Femenino no es lo mismo que feminismo, ni tampoco que feminidad. Perversamente, Bandini <a href="https://www.instagram.com/p/CXyWOAmuVx0/?utm_source=ig_embed&ig_rid=9c5a4925-51cc-499d-b11c-5b6fb6e06c71" target="_blank">dice</a>: "Escribí esta canción muchísimo antes de ser madre, con 23 años, por eso no lo considero un tema escrito por y para las madres. En su momento lo escribí como un homenaje a la feminidad". Aunque en ese mismo post pretende recular, la canción omite a todas las mujeres que no son madres, sea porque no pueden, sea porque no quieren. O sea, que intentando arreglarlo empeora la cosa.</p><p>Ay, las palabras...</p><p>Escribió Kurt Vonnegut en <i>El desayuno</i><i> de los campeones, </i>de 1973:</p><p>"Trataba de un planeta donde la lengua se convertía en música pura, porque a las criaturas que vivían en él les encantaba su sonido. Las palabras se convertían en notas musicales. Las frases se convertían en melodías. No servían para transmitir información, porque ya nadie sabía ni se interesaba por el significado de las palabras."</p><p>Y Bandini, en 2022:</p><p>"Ma-ma-ma-ma-ma-ma-ma-ma-ma-ma-ma, mamá."</p><p>Véase la diferencia:</p><p>En <i>Puta</i>, el último trabajo de Zahara, considerado por algunos uno de los mejores discos nacionales de 2021, la cantante habla abiertamente de sexo, abusos, maltratos, empoderamiento, pérdida de identidad, padres y una larga lista de cosas que no son tan bonitas como las tetas, a costa de que la llamen, precisamente, puta, que, como ella misma dijo, es lo que tienen en común todas las mujeres: que a todas las han llamado putas. También habla de las abuelas, que no se diga. Pero, claro, Zahara no ha ido a un espectáculo televisivo de tres millones de espectadores. La teta no nos deja ver el bosque.</p><p>Aprovecho para citar estos versos suyos, y que cada uno lea lo que quiera:</p><p style="text-align: right;">"Yo estaba de rodillas pidiendo perdón a vuestro <a href="https://www.google.com/search?q=dios+priapo&tbm=isch&hl=es&chips=q:dios+priapo,online_chips:griego:SvBxJF0dQQU%3D&rlz=1C1GCEU_esES884ES884&sa=X&ved=2ahUKEwjDnJ3Zksj3AhW9VfEDHTRKB6sQ4VYoAHoECAEQHg&biw=1903&bih=880" target="_blank">Dios</a></p><p style="text-align: right;">por no saber decirle que no."</p><p style="text-align: right;"><i>Marichane</i>, Zahara</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/AkcEMQTO3W0" width="320" youtube-src-id="AkcEMQTO3W0"></iframe></div><p style="text-align: left;">Saco a relucir a Zahara por si lo que os va es el pop. Pero lo que es de recibo es mencionar a las Vulpess. Como ellas se valen por sí solas y no hace falta que nadie las explique, y mucho menos las justifique, simplemente les dejo aquí el vídeo del recordado sábado 16 de abril de 1983, cuando, en la franja matinal de Televisión Española, el grupo de Bilbao interpretaba su célebre tema <i>Me gusta ser una zorra</i>.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/9fJn2tPfgcU" width="320" youtube-src-id="9fJn2tPfgcU"></iframe></div><div><br /></div>Sin duda hay quién se preguntará a qué viene tanta "puta" y tanta "zorra", y yo lo que tengo que decir, para concluir, es que agradezco que las palabras digan lo que significan, y que las mujeres se atrevan con ello. Bandini, en cambio, compone una canción que se titula <i>Perra</i> y que dice "Pero no quiero llevar nunca el bozal" y "Solo pido ir sin correa a pasear", pero después <a href="https://www.elmundo.es/cultura/musica/2021/09/24/614cb377fdddffc80c8b458b.html" target="_blank">te suelta</a> en una entrevista que "perra is a lifestyle" y que quiere "ser libre como una perra". Bueno, ni chicha ni limoná; que se aclare, si quiere, pero que no nos confunda. Las palabras sin sentido solo son sonidos <a href="https://www.youtube.com/watch?v=xxhET61yB1A" target="_blank">bonitos</a>, canciones para sostener los mitos.<div><div><br /></div><div><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p></div></div>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-79946806439281129732022-04-26T10:55:00.000+01:002022-04-26T10:55:36.580+01:00"Mundo perdido", de Yoshihiro Tatsumi<p><a href="https://satoriediciones.com/escritor/yoshihiro-tatsumi/" target="_blank">Yoshihiro Tatsumi</a> es uno de los grandes nombres de la historia del cómic, aunque, sin duda, su figura no es tan popular como la de Osamu Tezuka o, por cruzar el charco, Will Eisner. A él se le atribuye la acuñación de la palabra <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Gekiga" target="_blank">gekiga</a>, que ha servido para denominar un tipo de cómic japonés dirigido a lectores adultos, un concepto que con el tiempo se ha ido destilando de tal manera que ha perdido su esencia original (e incluso se ha llegó a convertir en una mera estrategia comercial para captar lectores ávidos de sexo y violencia: "solo para lectores adultos", rezaban algunas sensuales portadas en nuestros quioscos en los 2000). Hay mucha literatura sobre el origen del concepto, y en en el epílogo de este libro se habla de esto desde una perspectiva muy interesante y con mucho más poso del que puedo aportar yo aquí.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx4h3eit0JCotk9PrLaB3zOEFrEops3YVCYgKTF3vOen4RqHDzOwJuL3V77daGYre5cGKd0qTxZKqSv714FyIlKHH479JYPmZS_0-7xsH6MKZzZmhwMB-7cJ5CxwNYMT9mZqNVgCvwKlsX5Fl6gnK5WZIO_bf5IYB2DYt0vEo5-K7pw04dT5YG2Fmw/s491/mundo%2001.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="491" data-original-width="350" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx4h3eit0JCotk9PrLaB3zOEFrEops3YVCYgKTF3vOen4RqHDzOwJuL3V77daGYre5cGKd0qTxZKqSv714FyIlKHH479JYPmZS_0-7xsH6MKZzZmhwMB-7cJ5CxwNYMT9mZqNVgCvwKlsX5Fl6gnK5WZIO_bf5IYB2DYt0vEo5-K7pw04dT5YG2Fmw/s320/mundo%2001.jpg" width="228" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Así que centrémonos en lo que nos ofrece esta recopilación de veinte historias dibujadas durante los años de eclosión del gekiga, entre los 60 y los 70, ya que nos permiten asistir no solo a un fenómeno en formación, sino también al crecimiento de un autor experimentando con sus propios límites, y los del lector.</div><p><i><a href="https://satoriediciones.com/libros/mundo-perdido/" target="_blank">Mundo Perdido</a></i> (Manga Satori) refleja una serie de personajes masculinos perdidos en la vorágine de la modernidad: coches, fábricas, luces de neón... Hombres que viven en ciudades inconcretas pero contemporáneas, que, a fuerza de ensayo y error, parecen ser la misma, ya que comparten elementos: todas están sucias, todas son oscuras y en todas habitan hombres aplastados por el peso del tiempo que les ha tocado vivir. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNRUq6JgtsV4w9jM1wCCcYA8XADqBsuIgwHRqG2Du7nWl5ZVf2HXRx69l5X6KDC2ql0JCVBzDY4YLRy-uzEznXrKk_ZdL_pK7MJUm25oNnUrPJOSjPWVNQJtD-15xOZ3afPRR6vuI80jO7uPpDSjaRFXbJN64FqiTnYPBr-gSVFy0wbLlU2wActMMe/s689/mundo%2005.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="689" data-original-width="480" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNRUq6JgtsV4w9jM1wCCcYA8XADqBsuIgwHRqG2Du7nWl5ZVf2HXRx69l5X6KDC2ql0JCVBzDY4YLRy-uzEznXrKk_ZdL_pK7MJUm25oNnUrPJOSjPWVNQJtD-15xOZ3afPRR6vuI80jO7uPpDSjaRFXbJN64FqiTnYPBr-gSVFy0wbLlU2wActMMe/s320/mundo%2005.jpg" width="223" /></a></div><p></p><p>Hartos del infantilismo de los superventas de su época, <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2021/08/los-locos-del-gekiga.html" target="_blank">Tatsumi y sus colegas</a> crearon historias sin esperanza en la que pasan cosas que hasta entonces no pasaban en ningún tebeo japonés. Estas ideas se repiten una y otra vez en estas veinte historias, como si Tatsumi estuviera persiguiendo la historieta perfecta: hombres taciturnos, mujeres ardientes, sexo vacío, montañas de basura... y una imagen que no puedo ni imaginar cómo fue recibida en su época: alcantarillas llenas de fetos abandonados. De esta manera, y tal vez involuntariamente, Tatsumi crea, en efecto, un mundo, en el que todos estos personajes podrían cruzarse en cualquier esquina. Es una comedia humana, que, como otras célebres comedias, humanas y divinas, no hace gracia. Ni una de estas historias acaba bien, pero tampoco se podría decir que todas acaban mal. Algunas incluso ni acaban. ¿Hay algo menos comercial que eso?</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJS9TdKqLB79FjBnSONOHFrBKIbXTnLXGjDu27jzgid9nl9zQMTr0veHA3YnABP1mZCumj1zp7ALZLzcv18qQzopA2qGFzjB7iJmHsisIyqvmRoWhZvzTaD_mFO2RLBIuf1qtTcpUqcMd8xPepb-t2oqhkQJqVTMDnk3yCtWw2-a7fXKDxOquiozCT/s636/mundo%2002.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="470" data-original-width="636" height="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJS9TdKqLB79FjBnSONOHFrBKIbXTnLXGjDu27jzgid9nl9zQMTr0veHA3YnABP1mZCumj1zp7ALZLzcv18qQzopA2qGFzjB7iJmHsisIyqvmRoWhZvzTaD_mFO2RLBIuf1qtTcpUqcMd8xPepb-t2oqhkQJqVTMDnk3yCtWw2-a7fXKDxOquiozCT/s320/mundo%2002.jpg" width="320" /></a></div>Este "aprendizaje" no lo vemos (disfrutamos, diría) solo en lo que cuentan estas páginas, sino también en las técnicas plásticas aplicadas. Historia tras historia, Tatsumi perfecciona sus recursos para plasmar esta ciudad, y sobre todo su oscuridad. Este trabajo con la luz y todo lo dicho anteriormente le llevan a firmar al final del libro una de las historias más brillantes, en la que la oscuridad juega con los destellos de una ciudad moderna ofreciendo un resultado maravilloso, y no solo estético sino también narrativo. Queda de manifiesto un esfuerzo poético (o intelectual) pero también plástico (o artístico) para encontrar una nueva manera de hacer.<p></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJIWfrFmY1EtwgexfsQiwVN10ftqJ-9LUApGrGf9NilN5rEjvQAZjwjtEo0rT-imGBDGW0g-4xGJuYAy_5QXLzZwfDnT7P2kmqvH02H5gijQbYKHHkqYhDFFroadeN83IQegmMKIl_E25KR1afYql0O52J35LrgEp5nWQYSlsZZ2zRmNBtMI1j5aCM/s451/mundo%2004.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="451" data-original-width="300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJIWfrFmY1EtwgexfsQiwVN10ftqJ-9LUApGrGf9NilN5rEjvQAZjwjtEo0rT-imGBDGW0g-4xGJuYAy_5QXLzZwfDnT7P2kmqvH02H5gijQbYKHHkqYhDFFroadeN83IQegmMKIl_E25KR1afYql0O52J35LrgEp5nWQYSlsZZ2zRmNBtMI1j5aCM/s320/mundo%2004.jpg" width="213" /></a></div><i>Mundo Perdido</i> es un libro tan contundente como imprescindible, y a la vez una lectura vivaz. El lector cerrará el cómic turbado, preguntándose cómo puede haber devorado algo tan chungo en un plisplás, como quien se ventila de una sentada el último número de <i>Dragon Ball</i>. Precisamente ahí radica su importancia: el gekiga era algo nuevo, una mezcla de tradiciones y necesidades que quizás solo podamos disfrutar en su deliciosa impureza (o justo todo lo contrario) en sus obras seminales.<p></p><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p><p style="text-align: right;"><br /></p><p></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-9527894014019455132022-03-11T13:22:00.004+00:002022-03-11T22:45:05.839+00:00"El nacimiento del murciélago", de Josh Simmons, o la insoportable levedad del cómic<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgCMj4CGZN66GET5lLr_TorVq0PSi_Fi-KY1jzB-uFXEWZmuco1GTfPGF2Y14AnM45tvHXYfcQs0Up3965QKOAeWp7AKQM8kMxOV8u7lZxn4Bi7B69H9EcptaYB8jvVt0dz5dYgrZrVk1jrtmNdymXUuheSWOTJbnckOEJy0WAZTdr8GASBT9OXKycS=s489" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="489" data-original-width="346" height="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgCMj4CGZN66GET5lLr_TorVq0PSi_Fi-KY1jzB-uFXEWZmuco1GTfPGF2Y14AnM45tvHXYfcQs0Up3965QKOAeWp7AKQM8kMxOV8u7lZxn4Bi7B69H9EcptaYB8jvVt0dz5dYgrZrVk1jrtmNdymXUuheSWOTJbnckOEJy0WAZTdr8GASBT9OXKycS=s320" width="0" /></a></div><p>Este no es el enésimo artículo sobre <i>The Batman</i>, la película inspirada en el personaje de DC dirigida por Matt Reeves y protagonizada por Robert Pattinson, Collin Farell y Zoë Kravitz, pero cito todo esto aquí por temas de SEO.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEigb8n9e1oE9ST3ITCoDDV0NHBQozHAAo6uEu3KX-BXpLRqMZB38GaQBSEMTQdt24Mo0CauKK8rZvTyzOyOP02evCY55EaLp1-UM71FCH1R2vwtPfLnNPoC5q1VO2BAML0qX5uuTz41lTW8g2CdEcCc28SqQA5aqaWGSMZcCNbL6oY1ZPL-KxCwLJ_v=s1500" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="1012" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEigb8n9e1oE9ST3ITCoDDV0NHBQozHAAo6uEu3KX-BXpLRqMZB38GaQBSEMTQdt24Mo0CauKK8rZvTyzOyOP02evCY55EaLp1-UM71FCH1R2vwtPfLnNPoC5q1VO2BAML0qX5uuTz41lTW8g2CdEcCc28SqQA5aqaWGSMZcCNbL6oY1ZPL-KxCwLJ_v=s320" width="216" /></a></div><p>Desde que Grant Morrison y Dave McKean advirtieron en <i>Arkham Asylum</i> de que un tipo que se viste de murciélago para combatir el crimen y sus propias fobias puede que no esté muy bien de la sesera, se ha escrito mucho en torno a la estabilidad mental y moral del personaje. Mientras estos dos maestros pusieron en duda su cordura (¿El lugar de Batman está dentro o fuera del sanatorio mental?), Frank Miller contribuyó a dibujar en el imaginario colectivo una imagen algo facha del detective, tal vez involuntariamente. Tal vez no. Pero como el propio Morrison reconoció en su día, <i>Arkham Asylum</i> es "un monstruo con pies de barro", ya que difícilmente se puede construir un artefacto tan ambicioso sobre, precisamente, un tipo que se enfunda un pijama de murciélago para enfrentarse a gente que se hace llamar Joker, Pingüino o Catwoman.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjnl03VeQuX6O_HCymtgtWGN5kFanyMQL8ZhlltTZLiMCzZDP5WpmEB_bGdaF7UjVwMA3V9ZJ5RD74cjrMHlZs2t77j3SWtW3szTygZZzHnKtllAMFh-HlMEQj1w35pNWVA9Fnbjmf9KZ2Xh4z27W60XSUGiKWho4u7O-RgHJLCz51sG5hNf25RUIdn=s656" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="370" data-original-width="656" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjnl03VeQuX6O_HCymtgtWGN5kFanyMQL8ZhlltTZLiMCzZDP5WpmEB_bGdaF7UjVwMA3V9ZJ5RD74cjrMHlZs2t77j3SWtW3szTygZZzHnKtllAMFh-HlMEQj1w35pNWVA9Fnbjmf9KZ2Xh4z27W60XSUGiKWho4u7O-RgHJLCz51sG5hNf25RUIdn=s320" width="320" /></a></div><p>He aquí uno de los mayores problemas con los que se ha topado la industria del cine para llevar personajes de cómic a la gran pantalla: ¿Hasta qué punto la estética camp del comic book se puede trasladar a un arte al que el espectador siempre le reclama verosimilitud? Tal "verdad" es, evidentemente, artificial. El consumidor de blockbuster asumió que Bruce Willis parara un meteorito o que Will Smith infectara una nave alienígena con un virus para PC, pero tuvo problemas para aceptar las mallas de Jim Carrey o los saltitos de Chris O'Donnell en los Batman de Joel Schumacher. Otra prueba, aparentemente baladí: ¿Por qué el traje de Batman no es azul y gris en el cine, o por qué el de los X-Men no es azul y amarillo? Es hora de asumir que un tebeo de Batman es una cosa y una peli, otra. ¿Es acaso el Batman de Tim Burton un buen Batman? ¿El de Nolan? Pueden ser buenas pelis, pueden ser incluso buenos personajes; pero difícilmente serán buenos Batman. De todas formas, el lector de cómic y los cómics en general le dan igual a la industria del cine. Creo que fue Burton quien reconoció que no le había interesado nunca un cómic de Batman antes hacer de sus películas y, en cambio, a él le debemos la imagen triste y oscura que se ha popularizado del héroe de Gotham.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiFHNitjKqdav_9jskQAYEd38F33IG4wItV1VASUZYvKjoBesJnwhil6-ftKCIFMWSlpuoWqY7m80OgIQ5uMPRxtZvYKQkqiMg-eA8au53EpDC3xUHwiLk4ceKED2WzEAfZZ9E0kjsuherHj2lRRl0HrPrVeax1a6prceco3xbzckwOu3qNT3KTg_xD=s2048" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1384" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiFHNitjKqdav_9jskQAYEd38F33IG4wItV1VASUZYvKjoBesJnwhil6-ftKCIFMWSlpuoWqY7m80OgIQ5uMPRxtZvYKQkqiMg-eA8au53EpDC3xUHwiLk4ceKED2WzEAfZZ9E0kjsuherHj2lRRl0HrPrVeax1a6prceco3xbzckwOu3qNT3KTg_xD=s320" width="216" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: @alexdelaIglesia</td></tr></tbody></table><p>Tras el Batman enamoradizo de Michael Keaton, las insustanciales interpretaciones de Val Kilmer y George Clooney y la deprimente encarnación de Christian Bale, mucho se ha hablado de la inestabilidad del Batman de Pattinson, y muy concretamente de su Bruce Wayne, el hombre tras la máscara. Preguntado sobre la sombra de ojos que le han aplicado al rostro del actor de <i>Crepúsculo</i> cuando interpreta el rol de Wayne, Reeves alega que así se pone de manifiesto que el multimillonario conserva algo del murciélago cuando se quita el traje.</p><p>Pero ninguna de estas películas hablan de un tipo que se disfraza de murciélago por la noche.</p><p>Underbrain Books acaba de publicar el tercer número de la trilogía del murciélago de Josh Simmons, <a href="https://underbrain.com/books/catalogo/el-nacimiento-del-murcielago.html" target="_blank"><i>El nacimiento del murciélago</i></a> (que se completa con <a href="https://underbrain.com/books/catalogo/la-marca-del-murcielago.html" target="_blank"><i>La marca del murciélago</i></a> y <a href="https://underbrain.com/books/catalogo/el-crepusculo-del-murcielago.html" target="_blank"><i>El crepúsculo del murciélago</i></a>). Se trata de un tríptico, no necesariamente conexo, sobre la locura y caída del personaje expuesta desde tres perspectivas distintas.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjViujP9DG5Uk5k5WNPP8GOf-ImR8o5LOMNA6dMMgkrUNZuZSG0DuHI0ha4AnRuasUNsy0ji0JLCAkuz5fbFDlmBjbotW-bKZ9HS6laHW657x8ESOzFwjnWOltgt8aIrgttftRb_wNpo4Ryd2zzqbDnV5sLHrdkI-H4-jS2B1Gm-_yuf0eodqSfz6BJ=s489" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="489" data-original-width="346" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjViujP9DG5Uk5k5WNPP8GOf-ImR8o5LOMNA6dMMgkrUNZuZSG0DuHI0ha4AnRuasUNsy0ji0JLCAkuz5fbFDlmBjbotW-bKZ9HS6laHW657x8ESOzFwjnWOltgt8aIrgttftRb_wNpo4Ryd2zzqbDnV5sLHrdkI-H4-jS2B1Gm-_yuf0eodqSfz6BJ=s320" width="226" /></a></div><p>En <i>La marca del murciélago</i>, la menos cómica de las tres historietas, encontramos un Batman en proceso de introspección que, confuso por los tiempos que corren, ha caído en prácticas fascistas.</p><p><i>El crepúsculo del murciélago</i>, más convencional en lo narrativo, es la más escatológica de las tres, tanto por representar el fin de las cosas como por su inapropiado uso de las materias fecales. En un mundo postapocalíptico, un Batman de avanzada edad se ve obligado a compartir viaje con su archienemigo, el Joker, quien poco a poco irá minando su estabilidad mental (con homenaje a <i>La broma asesina</i> incluido). Por cierto, es el mejor Joker que he visto en muchos años; mejor que el Joker ese al que se le caía la babilla y el que bailaba en las escaleras.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg52k0Ank6-0RoML5PYAjZYPongLfxUF8rRYqALOWpkoDZo7Duk9Mo-gmUPZRVTm0KdRzj5dvs6GE7GsWa7hzUlmXg2N-9O_KuFZNPEKRxxmf9o_CPKYD6QNCpittWgjQ6HfHuzvk0lKUahIxtOST1Ck_KmYeXIcTYkDLF7WXmMvotVEwGFy4N2-HsI=s489" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="489" data-original-width="346" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg52k0Ank6-0RoML5PYAjZYPongLfxUF8rRYqALOWpkoDZo7Duk9Mo-gmUPZRVTm0KdRzj5dvs6GE7GsWa7hzUlmXg2N-9O_KuFZNPEKRxxmf9o_CPKYD6QNCpittWgjQ6HfHuzvk0lKUahIxtOST1Ck_KmYeXIcTYkDLF7WXmMvotVEwGFy4N2-HsI=s320" width="226" /></a></div><p>En el último de los tres títulos, <i>El nacimiento del murciélago</i>, compartimos la frustración de Batman por su imagen pública y el legado que, en todo caso, quedará de él: ¿Dónde está el límite del murciélago?</p><p>Cualquiera de las tres historias, pese al tono y su evidente irreverencia, se sustenta sobre los mismos principios canónicos que utilizó Morrison en <i>Arkham Asylum</i>, cosa que no quiere decir, en ambos casos, que no sean retorcidos y tensionados hasta ser puestos a prueba. Diría, no obstante, que Simmons les sabe sacar más partido. Sin duda, lo que hicieron el guionista de <i>Doom Patrol</i> y el portadista de <i>The Sandman</i> fue visualmente espectacular, pero no tan sustancial como petendían.</p><p>En fin, vayan a ver <i>The Batman</i>, hagan lo que consideren. No dudo que sea un magnífico espectáculo y una experiencia cinematográfica muy satisfactoria. Pero si quieren leer un buen cómic de Batman (y no son uno de esos puristas frustrados fanáticos de Jim Lee y cosas así) no se pierdan la trilogía de Simmons. Editada en grapa, además, como los tebeos de verdad.</p><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749" target="_blank">David G. González</a></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-5665229163741384942022-02-23T14:43:00.004+00:002022-03-11T17:38:16.113+00:00"PUDRIDERO", LA FASE ANAL Y LA PRIMERA PERSONA DEL SINGULAR<p>He llegado tarde a <i>Pudridero</i>, de Johnny Ryan, publicado en 2012 por los orfebres de <a href="https://www.fulgenciopimentel.com/" target="_blank">Fulgencio Pimentel</a>. Siempre ha estado ahí, en la estantería de mi librero, en la biblioteca, llamándome, con esa portada de refulgente amarillo y rojo, diciendo: ábreme. De hecho, eso es lo que le sucede a la mayoría de personajes de este tebeo, que los abren por todas partes y de todas las maneras imaginables: los rajan, los chafan, los parten, los penetran, los absorben, los aplastan, los crujen y los violan, hasta que de ellos, a veces, no queda nada, solo ceniza o una plasta. Y además lo hacen con pocas palabras: arte secuencial en estado puro. Así que más vale tarde que nunca.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEieERPgV0SpMZP9ZsWfA5Gj_7Ny6Hg3QYSyzHaUw5gAJ6KX0jOSgqfBzaDcrWqCx7Lf-xGDwMxQcm-D3C-oFi3pZeUWWSdEm7zXayTuzmHl2ORO5ah0Q25QodZIBMh0eqCMVoieOpASYpMob-bW0McigZPvWv57jjc027B37TYUB1J2o98f9-N0SVMI=s1350" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1350" data-original-width="973" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEieERPgV0SpMZP9ZsWfA5Gj_7Ny6Hg3QYSyzHaUw5gAJ6KX0jOSgqfBzaDcrWqCx7Lf-xGDwMxQcm-D3C-oFi3pZeUWWSdEm7zXayTuzmHl2ORO5ah0Q25QodZIBMh0eqCMVoieOpASYpMob-bW0McigZPvWv57jjc027B37TYUB1J2o98f9-N0SVMI=s320" width="231" /></a></div><p><i>Pudridero, </i>la historia de un tipo atrapado en un páramo inhóspito, es puro disfrute; gore y humor zafio a cascoporro. En este mundo de ofensas continuas y mensajes moralistas, que se publique un cómic como este indica que no estamos tan mal. También que los guardianes de la moral no se han fijado aún en el noveno arte y que, como es sabido, por eso mismo es uno de los medios con más libertad creativa hoy en día.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiwH0Yoaps-lC6QpNTnltbSxOcj_6Z4mOArMxHKjq8axAqrijETMnmYJYZXUYvXRuPRi71-tZ_jYoZYnQ_j_W0NmdFg0aaXGqmuste6tCTbhw0BiEE1CF0FOChmabwoDe7KbKB4GXRq7JohTDEGtBYwS7WqPPDRnWFX5I-5IYQXaC8AfxPE6pKlzgqg=s2353" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2353" data-original-width="1705" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiwH0Yoaps-lC6QpNTnltbSxOcj_6Z4mOArMxHKjq8axAqrijETMnmYJYZXUYvXRuPRi71-tZ_jYoZYnQ_j_W0NmdFg0aaXGqmuste6tCTbhw0BiEE1CF0FOChmabwoDe7KbKB4GXRq7JohTDEGtBYwS7WqPPDRnWFX5I-5IYQXaC8AfxPE6pKlzgqg=s320" width="232" /></a></div><p>La retahíla de chistes guarros, tontos y ofensivos que plagan <i>Pudridero</i> me ha recordado una anécdota que explicaba en su día el inefable Santiago Segura. Le entrevistaban con motivo del estreno de <i>Torrente</i>, la primera, y el periodista de turno le preguntaba al director si era machista y homófobo, o algo así (no he encontrado la fuente; probablemente no existía Internet aún). Segura apagó la grabadora y le espetó: "¿Majete, tú has visto la película?". El director/actor/humorista/hombre del Renacimiento estaba refiriéndose a la primera persona del singular: el malo es Torrente, no Segura.</p><p>En <i>Torrente</i>, como en <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=Gtz99JDCWZw" target="_blank">Teniente Corrupto</a></i>, de Abel Ferrara (otra cosa sería el maravilloso <a href="https://www.youtube.com/watch?v=k3jUOiGyUa8" target="_blank">remake</a> de Werner Herzog), el protagonista hace gala abiertamente de una dudosa moralidad, pero la película no secunda su ideario, ya que el retrato que de ellos se dibuja se traza desde la negatividad, sea de manera premeditada, sea porque desde una supuesta neutralidad su comportamiento nos resulta moralmente reprobable (<i>Henry: Retrato de un asesino</i> y, en última instancia, incluso <i>Elephant</i>). Uno no quiere ser ni Torrente ni el personaje interpretado por Harvey Keitel después de ver ninguna de esas películas, pese a que son cintas notables ambas. En cambio, uno siempre quiere ser Charles Bronson, y mejor cuánto más facha: he aquí, en cambio, un retrato romántico del hombre que se toma la justicia por su mano. Veamos, al contrario, el manido ejemplo de <i>Lo que el viento se llevó</i>, tildada de racista por hacer un retrato edulcorado de la esclavitud: aquí el problema moral lo tiene la película, no los personajes. Otro ejemplo: No son pocos los aficionados al cine, sobre todo críticos y teóricos, que se bajaron de la trilogía de la venganza de Park Chan-wook con la tercera entrega. En su escalada hacia <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=t0tgNvTfn2I" target="_blank">Sympathy for Lady Vengeance</a></i>, el coreano firmó una película estupenda, sin duda, pero es difícil no reconocer que le quedó un poco fachilla.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgn3FszngOR34YM7jKTVh-Lln2gx2uBUF0crm5Qr254EYVzzDtM8x0IbaCcn-E3I1qjcG7om7UDF5rf8OpPdbJh7ogSXsp3MPxY0C6WiG4PjWK4KSk8eGGLxd70rR_9ZZC4Sydwn_El4cklEblTPxfMoB93azKwHs8zTrJL0gGMfPar6r6NkaM2bqvM=s1391" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1391" data-original-width="1008" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgn3FszngOR34YM7jKTVh-Lln2gx2uBUF0crm5Qr254EYVzzDtM8x0IbaCcn-E3I1qjcG7om7UDF5rf8OpPdbJh7ogSXsp3MPxY0C6WiG4PjWK4KSk8eGGLxd70rR_9ZZC4Sydwn_El4cklEblTPxfMoB93azKwHs8zTrJL0gGMfPar6r6NkaM2bqvM=s320" width="232" /></a></div><p>Pero dejemos el drama y centrémonos en lo que nos ocupa: los límites del humor. En 2018 Rober Bodegas, miembro del dúo cómico Pantomima Full, fue lapidado mediáticamente (e incluso amenazado de muerte) por un <a href="https://www.youtube.com/watch?v=GIwlr6JK_OQ" target="_blank">monólogo</a> racista sobre el colectivo gitano. El monólogo era gracioso, sin duda; estaba correctamente confeccionado, con su ritmo y sus giros. Y era racista, ya que explotaba estereotipos denigrantes sobre un colectivo, hasta tal punto que era el propio cómico el que usaba el término "raza". Hubo centenares de muestras de apoyo a Bodegas, desde dentro y fuera de la profesión, y también se prodigaron los <a href="https://verne.elpais.com/verne/2018/09/14/articulo/1536912809_438769.html" target="_blank">artículos</a> en favor de la libertad de expresión publicados tanto por los sospechosos habituales de la prensa patria como por cabeceras independientes (con esto de la libertad de expresión, últimamente la derecha y la izquierda se tocan). Tantas muestras de apoyo se les subieron a la cabeza y colgaron uno de sus populares vídeos cortos como respuesta, en este caso sobre los "ofendiditos", término acuñado por el reaccionarismo para que las cosas se queden como están (que haberlos, los hay, sea dicho de paso). El vídeo, además, no hace mucha gracia.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/mRM-crOCJcA" width="320" youtube-src-id="mRM-crOCJcA"></iframe></div><p>El dilema que suscita el asunto tiene doble filo. Por un lado, ¿es Rober Bodegas racista? Aquí el formato no nos permite emitir un juicio sólido, ya que, una vez sube al escenario ¿es él el que habla o está interpretando un personaje? No obstante, difícilmente pueda salvarse a Bodegas de la quema, ya que, en última instancia, o bien el cómico utiliza términos racistas solo para hacer reír o bien se sirve del chiste para transmitir un mensaje racista. Todo esto nada tiene que ver con que sea un buen o un mal cómico. ¿Es acaso <i>Lo que el viento se llevó</i> mala por ser racista?</p><p>Más interesante aún es la segunda cuestión: ¿Soy yo racista si me hace gracia un chiste racista? Ah, amigos... Sin duda el humor nos permite (o nos obliga a) mirarnos en el espejo como ningún otro género: pone en evidencia nuestras vergüenzas y sabe de nosotros cosas que ni nosotros sabíamos. Hurga en el subconsciente de manera obscena.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg8ToTiA33IY0Nw5inRB0v20dOORDQMa7D6JJy1FvjU9_V7MpoRjRmUxWVt_NZhBMifQSC-kNOOvfhroeqciIlq2KikYZnfU5IKJCPrj7-CGqb4wUXzc_CeybztTJ1mwMaMxBQky3xfhWo4xbi6jS5F48gY9QfvSi9Sjv31iQISu13bNJ9IJ9uVZm5Y=s898" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="898" data-original-width="670" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg8ToTiA33IY0Nw5inRB0v20dOORDQMa7D6JJy1FvjU9_V7MpoRjRmUxWVt_NZhBMifQSC-kNOOvfhroeqciIlq2KikYZnfU5IKJCPrj7-CGqb4wUXzc_CeybztTJ1mwMaMxBQky3xfhWo4xbi6jS5F48gY9QfvSi9Sjv31iQISu13bNJ9IJ9uVZm5Y=s320" width="239" /></a></div><p>Al contrario de lo que se suele decir, hacer reír es fácil. Tú pones un pedo aquí, por ejemplo, y la gente se desorina. Una tontá allá, y la gente se parte. Dices que los gitanos son unos incultos, y el público se carcajea, como se puede observar en el monólogo de marras. Veamos aquí una de los mejores chistes de la historia del cine:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/PoZSlV2W37Y" width="320" youtube-src-id="PoZSlV2W37Y"></iframe></div><div><br /></div><div>Que sea fácil no quiere decir que lo pueda hacer todo el mundo. Tocar la guitarra debe de ser fácil, porque hay por ahí un montón de peña tocándola, pero yo no soy capaz.</div><div><br /></div><div>Lo que pone de relevancia, pues, la virtud del creador es su manera, a falta de una palabra mejor: el <i>savoir faire</i> de los franceses o la <i>maniera</i> de los italianos. Santiago Segura es capaz de abrazar una idea que para Ferrara fue drama y darle forma de comedia. Herzog es capaz de coger la historia de redención interpretada por Keitel y convertirla en un trhiller socarrón en su remake. Y aquí se abre otro interesante debate: la frontera entre artista y artesano, entendido este como el profesional de un oficio. <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/John_McTiernan" target="_blank">John McTiernan</a> es un profesional como la copa de un pino, pero ¿es un artista? Otra anécdota: cuando el director estadounidense fue convocado para gravar los audiocomentarios de la edición en DVD de <i>Depredador</i>, lo primero que dijo fue algo así como: "Vaya, no recordaba que la película comenzara así". Un artista nunca olvidaría el inicio de una de sus películas, y menos de una de sus dos obras más conocidas. La otra es <i>Jungla de Cristal</i>, evidentemente. </div><div><br /></div><div>Lo que hace Johnny Ryan en <i>Pudridero</i> es arte contemporáneo. Su obra abraza el sinsentido del Surrealismo y la ligereza de la cultura pop, con evidentes influencias de los videojuegos, el manga e incluso la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/WWF_Superstars_of_Wrestling" target="_blank">WWF</a>. Es una comedia esperpéntica que funciona a golpe de asco y violencia, apelando a los instintos más básicos del lector: se disfruta sin reflexión alguna. No hay mensaje, y, por tanto, si alguien se siente ofendido, que pida cuentas a los personajes. Si acaso al librero, por no advertirle.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjVPI4pAqx8u2a-xO2T-UYcFW-kBMlwNdtmrHtAqr_cAk0HQeUIkdV08mbILVC2lMCl9gpfA8bLzHrUCtleDUBvqHCuxhPEua1-TjY-nmZFJcCewKlZZLte7r8ArxGGaKlzctVYeHnILLrOa6Rjt4GRovCMqPyT7u5ImehDCxR0oyPA19wDBu48gGN_=s1024" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="732" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjVPI4pAqx8u2a-xO2T-UYcFW-kBMlwNdtmrHtAqr_cAk0HQeUIkdV08mbILVC2lMCl9gpfA8bLzHrUCtleDUBvqHCuxhPEua1-TjY-nmZFJcCewKlZZLte7r8ArxGGaKlzctVYeHnILLrOa6Rjt4GRovCMqPyT7u5ImehDCxR0oyPA19wDBu48gGN_=s320" width="229" /></a></div><div>Un diseño de personajes tan audaz como enfermizo y una composición de página de angustiosas simetrías harán las delicias de los amantes del cómic y otras artes gráficas, aunque en realidad tales virtudes son solo las guindas de una historia que exprime los recursos propios del arte secuencial: la acción avanza por sí sola, sin necesidad de narradores, ni apenas diálogos. Eso sí, el poco texto que hay está traducido con pasión en esta edición en castellano.</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhI0FhRnzZjkWw-sQ3Yr847Ne3OrHUBRrGhOfVAPuKQ0GJTsHkQVy1cW4bp7AZ1gEoazfx19ckLUozZvBQ_TcW_K_5HzzbBn-zLWUwjEwWSey7PnikFdBisAWN783fI18RNlPhF6zijbxoXIQPf4ONtO6j83N8jj6dVTsYoGCm82ilOQGcu0Xc9J0Sm=s2292" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2292" data-original-width="1650" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhI0FhRnzZjkWw-sQ3Yr847Ne3OrHUBRrGhOfVAPuKQ0GJTsHkQVy1cW4bp7AZ1gEoazfx19ckLUozZvBQ_TcW_K_5HzzbBn-zLWUwjEwWSey7PnikFdBisAWN783fI18RNlPhF6zijbxoXIQPf4ONtO6j83N8jj6dVTsYoGCm82ilOQGcu0Xc9J0Sm=s320" width="230" /></a></div><div><i><br /></i></div><div><i>Pudridero;</i> así bautiza Ryan (o la traducción, ya que en el original es <i>Prison Pit</i>) el "paraíso" de sangre y pus que dibuja en las páginas de este cómic, en el que ningún personaje se salva de la criba moral, y si acaso alguno lo hiciera sería porque tiene más de animal irracional que de cualquier otra cosa. Nadie querría estar en Pudrirero, pero, sin duda, sobre todo si usted es un lector de mente abierta que sabe identificar la primera persona del singular, lo disfrutará como un niño disfruta de su primer pezón o, más bien, de su primera caca.</div><div><div><br /></div><div>Aprovechemos esta licencia poética sobre las etapas psicosexuales del desarrollo de Sigmund Freud, y muy concretamente sobre su "fase anal", para rematar esto con una cita del médico austriaco: “Ciertos aspectos perversos constituyen componentes que raramente faltan en la vida sexual de las personas sanas”.</div><div><br /></div><div><div style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></div><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p></div></div>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-47850483439472105172022-02-04T22:03:00.008+00:002022-06-13T22:45:45.649+01:00Pamela Anderson y el terraplanismo<p> Este titular me ha volado la cabeza:</p><p><a href="https://hipertextual.com/2022/02/quien-es-pamela-anderson-protagonista-nueva-serie-disney%EF%BF%BC" target="_blank">¿Quién es Pamela Anderson, la protagonista de la nueva serie de Disney+?</a></p><p>O sea, que ¿quién es Pamela Anderson, icono televisivo de los 90, estrella de una de las peores y más populares <a href="https://www.rottentomatoes.com/m/barb_wire" target="_blank">películas</a> de todos los tiempos, la cara más popular de <i>Playboy</i>, activista de PETA, última gran defensora de Julian Assange y protagonista del primer gran escándalo sexual de Internet?</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg7e1vR6cuosFtvOKinjqbrifDljzM8Tg6Rxt0CcLq3Mr_u5T5s9i3fYJxTEymLoxqV2N2DUYm-4WU2k03QFvhgozOxZuNT8QjP1w5FzOwEjtDgfg-abOba9ReTC6Brak3tIdlZj1HWWucfyatCOPVjtFeSv7hRBWufdbeEa9YiWWwZO0jNzvas_yxN=s613" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="613" data-original-width="450" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg7e1vR6cuosFtvOKinjqbrifDljzM8Tg6Rxt0CcLq3Mr_u5T5s9i3fYJxTEymLoxqV2N2DUYm-4WU2k03QFvhgozOxZuNT8QjP1w5FzOwEjtDgfg-abOba9ReTC6Brak3tIdlZj1HWWucfyatCOPVjtFeSv7hRBWufdbeEa9YiWWwZO0jNzvas_yxN=s320" width="235" /></a></div><p>Todo esto viene a rebufo del estreno en Disney+ de la serie que, precisamente, recrea aquel affaire (y que no voy a comentar porque no me da la vida para tanta plataforma). Y si hace falta explicar quién es Pamela Anderson es que, sin remedio, me hago mayor, y que detrás de mí vienen un puñado de generaciones que no saben nada de quien llegó a ser la actriz mejor pagada del mundo. Aún más revelador: quizás no entienden que alguien puediera llegar a ser un icono por salir en la tele, ni que hubo un momento en el que la gente sobrevivía sin Internet. Incluso, pronto, que existiera algo llamado Hollywood, Babilonia.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh11bPqjKHb3sU4H57emc77zjuu8WRCJ8PnQ6qP9o6N2mgewjOKQfRmbq7R9LObKOCjEVuFZpnqSj3cjmPQtB3YLt-bXsK2HDXFqYawC8MAIA5zq64M2GZsTkxoh6wBxX_BAzXspAfz2JAG5OO0ltW6vn712hwcQJIwk23kZCO2qOVSUM_FOOjRYnsF=s480" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="270" data-original-width="480" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh11bPqjKHb3sU4H57emc77zjuu8WRCJ8PnQ6qP9o6N2mgewjOKQfRmbq7R9LObKOCjEVuFZpnqSj3cjmPQtB3YLt-bXsK2HDXFqYawC8MAIA5zq64M2GZsTkxoh6wBxX_BAzXspAfz2JAG5OO0ltW6vn712hwcQJIwk23kZCO2qOVSUM_FOOjRYnsF=s320" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Pam & Tommy</i> (2022), de Robert D. Siegel</td></tr></tbody></table><p>Como siempre, vamos por partes.</p><p>La de Anderson es una de esas historias de fama instantánea que no son tal cosa en realidad. Como en el caso de otras estrellas anteriores que persiguieron el sueño americano (Sylvester Stallone o Van Damme, por ejemplo), el camino hacia el estrellato nunca fue fácil para aquellos que no tenían padrinos. Uno no llegava allí porque sí, ni solo por su cara bonita, aunque bien es cierto que los atributos físicos de Anderson le abrieron las puertas con el mismo ímpetu que después se las cerraron: su historia comienza con anuncios de cerveza y toca el cielo con su participación en <i>Los Vigilantes de la Playa</i>, la popular serie de televisión sobre unos socorristas recauchutados protagonizada y producida por David Hasselhoff, en lo que es otra historia sobre el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=pqPoREAM9ZM" target="_blank">sueño americano</a> que si acaso daría para otro post. Avancemos ahora hasta el final: en la cumbre de su carrera, reina de la mansión de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hugh_Hefner" target="_blank">Hugh Hefner</a> y en medio de una turbulenta relación con el rockero Tommy Lee, baterista de Mötley Crüe, fue protagonista y víctima del primer gran escándalo de Internet a escala global: la filtración de unas cintas caseras con escenas de sexo explícito a bordo de un bote. Se habían convertido en un símbolo del amor loco, los Bonnie & Clyde de los 90, nacidos para matar<i>;</i> y aquel fue el broche perfecto para una historia de excesos que acabaría en una trama judicial sin demasiado interés. Después, la caricaturización, el ostracismo profesional, la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=K423-JNDWfg" target="_blank">decadencia</a> y finalmente el olvido. Sobre todo para ella; él era un machote en un mundo de machotes, y tampoco tenía mucho que perder.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgu1_O1uUsBmUx09IqdSV32fcsj01mVqqiQQR8vgilHG7RoLpLmNdanx-4syDnTjAar5wYJol38EVlW7pi4QaQJg1b_mAN7QDwNHJOrx8iWPt78EYpezXahMbJTE8K9ejSSZ07_Z9AhyaINB1u_JGGQWUHsFFDe0iAIydf_1lMwOZMR-8OGcaMiS96v=s600" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="600" height="168" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgu1_O1uUsBmUx09IqdSV32fcsj01mVqqiQQR8vgilHG7RoLpLmNdanx-4syDnTjAar5wYJol38EVlW7pi4QaQJg1b_mAN7QDwNHJOrx8iWPt78EYpezXahMbJTE8K9ejSSZ07_Z9AhyaINB1u_JGGQWUHsFFDe0iAIydf_1lMwOZMR-8OGcaMiS96v=s320" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La estética de los 90: Woody Harrelson y Juliette Lewis en <i>Natural born killers</i> (1994), de Oliver Stone</td></tr></tbody></table><p>Estamos hablando de 1995. El paso del tiempo nos permite observar las cosas con cierta perspectiva, pero también puede nublarnos la vista, al inducirnos a interpretar el pasado con los códigos del presente. Aquel episodio que hoy se explica, con convicción, como un escándalo global dista mucho de lo que hoy se entiende por "escándalo" y mucho menos por "global". Si bien es cierto que el vídeo se acabó viendo en los cinco continentes (bueno, tengo dudas de la Antártida), por aquel entonces Internet no estaba al alcance de todo el mundo y acceder a cierto tipo de contenidos requería una pericia a veces nativa, poniendo de manifiesto una de las primeras brechas generacionales del acceso a la información en la era de, precisamente, la información. Sí, es cierto: si lo buscabas lo encontrabas; y si no, tu sobrino te echaba una mano. Pero había que buscarlo, había que saber que existía. España estaba por otras cosas en aquellos tiempos pretéritos: la serie <i>Farmacia de Guardia</i> llegaba a su fin con un capítulo visto por más de 11 millones de personas (hoy solo un gran evento deportivo alcanza esa cifra), la infanta Elena se casaba con Jaime de Marichalar (el rey Juan Carlos, por cierto, recibía el Premio de la Paz de la UNESCO) y Luis Roldán era detendio en Laos. Como todas las estrellas de fama mundial (léase Michael Jordan) y todos los escándalos sonados de aquella época (léase <i>Monica Lewinsky</i>), la de Pam y Tommy era una historia americana retransmitida por televisión. La caja tonta era entonces el único escaparate de lo que sucedía ahí afuera, y las cosas llegaban cuándo y cómo los señores trajeados de las cadenas decidían. No había que ir a buscarlas: te sentabas en tu sillón y te las iban echando encima. Para las generaciones que han crecido con los escándalos virales de Paris Hilton o Kim Kardashian, unos escándalos que han servido siempre para catapultar sus carreras y no para hundirlas, el concepto de "escándalo" y "global" es distinto. Hasta su globo es distinto y ya no es redondo, es plano: todo a un clic.</p><p>Visualicen esa brecha.</p><p>La sextape de la socorrista abrió una caja de Pandora que planteaba nuevos problemas, y quien dice problemas dice posibilidades, sobre todo para aquellos que estaban despiertos. Nuevos retos para la industria del entretenimiento, pero también desde una perspectiva legal e incluso moral. Los límites de la privacidad habían sido vueltos del revés a costa de dos personas que, precisamente, se habían hecho (más) famosas vendiendo su vida privada. Eso sí nos suena <a href="https://www.google.com/search?q=exclusivas+prensa+rosa&rlz=1C1ASUT_esES731ES738&sxsrf=APq-WBs-3IjZiLkKj5x8bjZeCociHcDDug:1643924725903&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiwhczqwOT1AhU38rsIHR-yDv8Q_AUoBHoECAEQBg&biw=1366&bih=625&dpr=1" target="_blank">en este país</a>. Un proceso que cristalizaría, por poner un ejemplo en la misma línea, en el juicio de Hulk Hogan, el mítico luchador de la WWF, contra la página web de cotilleos <i>Gawker</i>, por difundir un vídeo sexual (y racista, y homófobo) de la celebridad. En lo que se considera una sentencia tan pionera como peligrosa contra la libertad de prensa, el medio de comunicación perdió el juicio y acabó cerrando por bancarrota: 100 millones de dolares por provocarle al fortachón estrés emocional y por el perjuicio causado a su imagen pública. Sobre todo por lo de racista y homófobo, lo de liarse con la mujer de un amigo pues ya si eso...</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjjH8FCqh6WaYJJcY2c4lwBxF0x_irJlE2IABfLOFrcD8bFtXvA_1nlSf-kNghQiNeua-y37KkrSVb7rBJJ6xQjGxQSkuaEbVCWL2BO-53podOlxYxLKyAVnfdcF9rJTArzClI36PfIjgreCYa23VxBxvbndq5ZMlA5PiYn0XsKXSlg-qlSoiIsLg0R=s755" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="755" data-original-width="509" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjjH8FCqh6WaYJJcY2c4lwBxF0x_irJlE2IABfLOFrcD8bFtXvA_1nlSf-kNghQiNeua-y37KkrSVb7rBJJ6xQjGxQSkuaEbVCWL2BO-53podOlxYxLKyAVnfdcF9rJTArzClI36PfIjgreCYa23VxBxvbndq5ZMlA5PiYn0XsKXSlg-qlSoiIsLg0R=s320" width="216" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Nobody speak</i> (2017), de Brian Knappenberger, el documental sobre el juicio de Hulk Hogan.</td></tr></tbody></table><p>Y es que como canta <a href="https://www.youtube.com/watch?v=NfqBRKoo-lU" target="_blank">Tim Minchin</a>: "After all what is vodka for / Apart of making you wanna shag your best mate's wife". ¿Qué hay tras la estrella? Personas, al fin y al cabo, que suelen ser confundidas con sus personajes. ¿Es Pamela Anderson la inocente heroína de los <i>Vigilantes de la Playa</i>? ¿La atolondrada actriz para papeles de rubia de acción? ¿La novia de un músico malote? ¿La conejita? Seguramente lo más cerca que estuvimos nunca de Pamela Anderson fue esa cinta de vídeo casero, algo irrepetible. No volverá a pasar. He aquí su importancia: Nunca más un escándalo será tal cosa, ni un vídeo casero será casual. </p><p>Tampoco nada será global, aparte de esta pandemia. La teta de Rigoberta Bandini, la última película de Sorrentino o lo que sea que haya hecho el Rubius esta semana será global en tu muro de Facebook o en tu timeline de Twitter. En el mejor de los casos, será global tras las puertas de tu casa, o en el bar, tomando unas cañas. Lo que unificó (o globalizó, por usar la jerga de la época) la televisión lo separó Internet. El mundo es definido hasta tal punto por el todopoderoso Algoritmo que Pamela Anderson ya no existe y, peor aún, no existió: debe ser explicada. Y dudo que las universidades jueguen el papel que les pertocaría en este caso; estoy seguro de que siguen hablando de<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Dial%C3%A9ctica_de_la_Ilustraci%C3%B3n" target="_blank"> Adorno y Horkheimer</a>. El medio ya no es el mensaje, ni siquiera un masaje: el medio eres tú, que difundes la Palabra igual que difundes el virus.</p><p>No pongo en cuestión a los clásicos, sino al sistema educativo, incapaz de abrazar todo aquello que huela a cultura pop o se salga de los libros de texto. La importancia de una pregunta como "¿Quién es Pamela Anderson?" radica en que, en cambio, nadie preguntaría en voz alta, y menos en un titular, "¿Quién es Shakespeare, el protagonista de la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=v5R5La5f3eo" target="_blank">película</a> triunfadora de los Oscar?". No porque Shakespeare sea más conocido que Pamela Anderson, sino porque, como dijo Thomas S. Kuhn, autor de <i>La estructura de las revoluciones científicas</i>, "Las respuestas que obtienes dependen de las preguntas que haces".</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEheo8B6yBccu-E5P-ety_kxWcJzu-pqHX355AYoWRvHSq1B7ptiZOOU9a2zbyrRFiw2wvb8VJyJp6qz_2li1cSJiERdJiqf9PoORLMgTbsiMlRZvcqo_8fUnEzObhVj1hwFgja6bdREhPFEhhIzJ_GJo8rh3Zr5ZttuRJTUbjPlh3ovidsVeht2Pb8y=s951" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="951" height="202" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEheo8B6yBccu-E5P-ety_kxWcJzu-pqHX355AYoWRvHSq1B7ptiZOOU9a2zbyrRFiw2wvb8VJyJp6qz_2li1cSJiERdJiqf9PoORLMgTbsiMlRZvcqo_8fUnEzObhVj1hwFgja6bdREhPFEhhIzJ_GJo8rh3Zr5ZttuRJTUbjPlh3ovidsVeht2Pb8y=s320" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Thomas S. Kuhn leyendo <i>Playboy</i>. Es broma. Foto: The University of Chicago Press</td></tr></tbody></table><p>Pamela Anderson, como Sylvester Stallone, incluso como Van Damme y casi todas las personas que se han hecho a sí mismas, tienen algo que contar y la cabeza mejor amueblada de lo que la televisión nos ha hecho creer. Como muestra, esta relajada <a href="https://smoda.elpais.com/moda/pamela-anderson-hugh-hefner-me-metio-en-una-forma-vida-que-nadie-mas-puede-comprender/" target="_blank">entrevista</a> del año 2019, ya fuera del mainstream. Dice, cuando es preguntada por su faceta de activista social: "Lo que más miedo da siempre es la policía". La frase es menos distópica de lo que parece.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiLr9TJszhxShW4FTptITHj0tau9PZh7sLCoGCYTfZqpVOh6TDNmTrf3FRYLiE7an5psejp2rfL2s4ERdtgl0KlsEhlXCOcHrqY0fHkmR7MOothZypvlPP17S2AWV5-AggG52x3_q8B2Iuq8QcxdcOVfy5KRU-zZjSsWIpwYcUiQSafq6hJtpXEz7gj=s640" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="416" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiLr9TJszhxShW4FTptITHj0tau9PZh7sLCoGCYTfZqpVOh6TDNmTrf3FRYLiE7an5psejp2rfL2s4ERdtgl0KlsEhlXCOcHrqY0fHkmR7MOothZypvlPP17S2AWV5-AggG52x3_q8B2Iuq8QcxdcOVfy5KRU-zZjSsWIpwYcUiQSafq6hJtpXEz7gj=s320" width="208" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Portada de Adam Hughes para <i>Barb Wire</i> (Dark Horse, 2016).</td></tr></tbody></table><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a> </p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-18962391295966477822022-01-21T14:55:00.011+00:002022-01-25T09:17:53.531+00:00DIOS ES LO PRIMERO Y ROSALÍA, MI SEO<p>No sé si estáis al tanto de la polémica en torno a lo último de Rosalía. <a href="https://twitter.com/RosaliaInfoES/status/1482755597099536389" target="_blank">Aquí</a> o <a href="https://www.youtube.com/watch?v=-gRO2K842xU" target="_blank">aquí</a> tenéis el vídeo que origina el asunto. Es breve y hay que verlo; es importante. Se trata de un vídeo promocional de su próximo trabajo publicado en la red social Tik Tok. Si tenéis una edad, como yo, os costará encontrar la fuente original. Lo que no os costará encontrar es la polémica, <a href="https://www.abc.es/cultura/musica/abci-hentai-primer-gran-tropiezo-y-berrinche-rosalia-202201171758_noticia.html" target="_blank">aquí</a>, <a href="https://www.20minutos.es/noticia/4942106/0/duras-criticas-por-el-adelanto-del-nuevo-tema-de-rosalia-parece-escrito-por-cantajuegos-borracho/" target="_blank">aquí</a> o <a href="https://www.marca.com/tiramillas/musica/2022/01/17/61e57d4b22601d9e718b45a8.html" target="_blank">aquí</a>, por ejemplo. Y si además sois oyentes habituales de los matinales radiofónicos seguro que habéis oído a más de un pollavieja decir:</p><p>A) ¿Pero qué es esta cerdada?</p><p>B) No se entienda nada de lo que dice.</p><p>De eso va el artículo: <b>de gente que no entiende lo que se dice</b>. Quiero aclarar, para poner las cartas sobre la mesa, que a mí al principio Rosalía casi me gustaba, después me pareció una broma de mal gusto y ahora está a punto de hacerme hasta gracia.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEihAPhli7pfXLUfKp6_vajFbok_D7BrTqKih-1hvkdEw4-Jvan8gE8vh97jnsRAdxsc-hL7GRCeOij601LHSWvO6g6GuI9BDbia6HPlU7xfsPeXVcJiLZPeYKgxHx9Lxyqg2gI92EaEhaqBvBEr1x3BMZ2pzcMXQex-Av8EA9QVIq7GZlQwi7OGdF34=s928" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="928" data-original-width="523" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEihAPhli7pfXLUfKp6_vajFbok_D7BrTqKih-1hvkdEw4-Jvan8gE8vh97jnsRAdxsc-hL7GRCeOij601LHSWvO6g6GuI9BDbia6HPlU7xfsPeXVcJiLZPeYKgxHx9Lxyqg2gI92EaEhaqBvBEr1x3BMZ2pzcMXQex-Av8EA9QVIq7GZlQwi7OGdF34=s320" width="180" /></a></div><p><u>EL VÍDEO</u></p><p>Vamos por partes. ¿Qué es este vídeo? Es un vídeo promocional, un adelanto de su próximo trabajo, concretamente de un tema titulado <i>Hentai</i> (más tarde vamos a eso). Usted, posiblemente un boomer, un hijo de la MTV o, en el mejor de los casos, una víctima de los 90, pensará que qué cutrada es esta, que qué es ese vídeo que se ve mal y ella, que casi ni va maquillada. Usted lo que espera ver en el adelanto de un disco es algo con más brillo, como <a href="https://www.youtube.com/watch?v=fYgsVgJgqbw" target="_blank">esto</a>. Pero Rosalía no ha inventado nada nuevo y lo que sucede en realidad es que este vídeo no es para usted. A Rosalía no le interesa que usted la escuche y, seguramente, le da igual que la entienda, sea "Rosalía" una persona o una idea en este caso. Acaso, un producto. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wbQ6wHlX9zk" target="_blank">Aquí</a> y <a href="https://www.youtube.com/watch?v=7wmKvBAYo74" target="_blank">aquí</a> dejo un par de ejemplos de este tipo de publicidad, que trabaja con plataformas de difusión y formatos que rompen con los discursos audiovisuales instaurados por la televisión norteamericana en los ochenta, y que han reinado desde entonces. Es un nuevo código.</p><p><u>LA CANCIÓN</u></p><p>Más allá de lo audiovisual, parte de las críticas han venido suscitadas por la calidad (sic.) y el contenido sexual de la letra; explícitamente sexual, incluso con emoticonos (que no están ahí para que nosotros los entendamos mejor, sino para conectar con el imaginario de la generación Z o lo que sea que venga después de la Z). La letra es esta:</p><p style="text-align: center;"><i>Te quiero ride / Como a mi bike / Hazme un tape / modo spike / Yo la batí / Hasta que se montó / Segundo es chingarte / Lo primero, Dios.</i></p><p>Y seguidamente algunas de las críticas vistas en redes sociales:</p><p>"Rest in piece Rosalía, siempre te recordaré por El Mal Querer no por Hentai que parece que lo escribí y compuse yo. / La Rosalía en su casa viendo como hablamos de la mierda de letra que acaba de sacar, pero ella contenta porque le suben las visitas. / Rosalía hace música para deficientes. / Rosalia te lo suplico just go back a hacer flamenco pop. nunca es muy tarde por favor te lo ruego para. / Dios mio, que alguien detenga este álbum y su salida hasta que no esté al nivel de El Mal Querer".</p><p>Soy consciente de que a mucha gente se le ha hecho creer que tiene buen gusto musical, incluso que son unos intelectuales, a través de una intensa campaña de marketing en torno al segundo disco de Rosalía. No es difícil oír "es que <i>El mal querer</i> es muy bueno, musicalmente". Y ponen una coma ahí, antes de musicalmente. No digo que no lo sea, pero bueno, que <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ULT_k5lvClY" target="_blank">la vida sigue igual</a> con o sin Rosalía: nada cambia, no trasciende. Toda esa gente ahora se enfada porque el artista que les hacía sentir bien con ellos mismos ahora rima "ride" con "bike". Me remito a lo que dijo, hace cuatro años ya, Querido Antonio (Alberto González Vázquez) sobre el "clásico moderno" de Jarabe de Palo, <i>La Flaca</i>. <a href="https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=1571218102914864&id=103490983020924" target="_blank">Aquí</a> el original en Facebook y a continuación el resumen: "<i>Y enloquezco de ganas / de dormir a su ladito / porque Dios que esta Flaca / a mí me tiene loquito</i>. La rima en diminutivo. La mierda. Algo intolerable en un poema escolar de un niño de ocho años es asumido <b>colectivamente sin rechistar</b>." Lo que digo es que no recuerdo que nadie se haya enfadado nunca con Pau Donés, excepto quizás Miqui Puig por lo de <i>Bonito</i>.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/U8huWfpzlo4" width="320" youtube-src-id="U8huWfpzlo4"></iframe></div><p>También está el tema sexual, tabú en nuestro país pese a que los ingleses tengan una <a href="https://www.youtube.com/watch?v=WDswiT87oo8" target="_blank">imagen distinta</a>. Y aquí hay dos sujetos a tener en cuenta. Uno: los pollaviejas antes mencionados, cuyo cerebro no puede asimilar que una jovencita quiera ride como a su bike, y además no con ellos. Dos: La estrechez de miras que impide ver el mismo espíritu reivindicativo en las letras de <i>El mal querer</i> y en las de <i>Hentai</i>, producto, sin duda, de décadas de represión sexual. Si Rosalía tiene el derecho a reclamar que la quieran como es debido, también tiene el de follar como le dé la gana.</p><p>No, Rosalía no habla de hacer el amor, habla de follar, en terminología boomer. Pero, ¿qué es el amor al principio sino follar? ¿Qué es Tinder: una app para encontrar el amor? ¿Qué es el amor libre? El amor es muchas cosas, sin duda, pero al principio solo es sexo, digan lo que digan los clásicos habituales. Me remito al poeta surrealista Benjamin Péret:</p><p style="text-align: center;"><i>He aquí mi picha y su leche / son el impulso de mi corazón.</i></p><p>Rosalía comete tal atrevimiento con un artefacto posmoderno: compone una balada (tradicionalmente, una canción de amor) y la retuerce al darle un contenido sexual. Y habla, además, solo para los suyos (por letra y por código), como diciendo: "Pollaviejas, se ha acabado, el mundo es nuestro".</p><p>Aquí algunos principios postmodernos que vienen al caso, sacados de Wikipedia sin mucho miramiento:</p><p><b>Cuestiona los textos</b>. Los posmodernos también afirman que los textos —históricos, literarios o de otro tipo— no tienen autoridad u objetividad inherente para revelar la intención del autor, ni pueden decirnos «qué sucedió en realidad». Más bien, estos textos reflejan los prejuicios y la cultura particular del escritor.</p><p><b>El giro lingüístico</b>. El posmodernismo argumenta que el lenguaje moldea nuestro pensamiento y que no puede haber pensamiento sin lenguaje. Así que el lenguaje crea literalmente, realidad.</p><p><b>La verdad como perspectiva</b>. Además, la verdad es cuestión de perspectiva o contexto más que algo universal. No tenemos acceso a la realidad, a la forma en que son las cosas, sino solamente a lo que nos parece a nosotros.</p><p>Aquí, un ejemplo claro de posmodernidad:</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEji7mj-t5RoXl3T9kdVOTrQScD0HflPqGVDJZi8s2b_iB-73bDRl4wuBY93dFQ0-uhNPbh_PbTmURiyZMJHJXNJUANIuH3dgtof4kwvxP98lJtjlz36lPoUQCeh58AOHhPxdXlFA_YXYijB7iODthms30rckjGlxkwDnRKeVaDQ1iGwwQPHetob683B=s630" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="419" data-original-width="630" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEji7mj-t5RoXl3T9kdVOTrQScD0HflPqGVDJZi8s2b_iB-73bDRl4wuBY93dFQ0-uhNPbh_PbTmURiyZMJHJXNJUANIuH3dgtof4kwvxP98lJtjlz36lPoUQCeh58AOHhPxdXlFA_YXYijB7iODthms30rckjGlxkwDnRKeVaDQ1iGwwQPHetob683B=s320" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Andy Warhol, <i>El nacimiento de Venus</i> (1984)</td></tr></tbody></table><p><u>LO PRIMERO, DIOS</u></p><p>Es posmoderno el artefacto perpetrado por Rosalía y lo es esta exégesis, ya que los textos sobre los que se construyen no son los ortodoxos, sino los propios de la cultura de la que nacen: la popular. Uno de los versos que más ha trastornado a la audiencia, por todo lo dicho anteriormente, es este:</p><p style="text-align: center;"><i>Segundo es chingarte / Lo primero, Dios</i></p><p>He aquí la palabra "Dios", pronunciada mientras Rosalía coloca las manos en posición de plegaria, en un contexto claramente sexual, con un lenguaje explícito y, para los más creyentes, seguramente chabacano. ¿Una ofensa? No he encontrado muchos comentarios en ese sentido (que seguro que los hay), pero eso tampoco nos interesa aquí. Ese verso hace referencia eufemísticamente (y muchos otros -mente) a una felación en posición de genuflexión (una mamada de rodillas, vaya), la misma posición que uno adopta para hacerle llegar una plegaria a Dios. Ya de primeras, la teoría resulta plausible, ya que el orden de los factores es comúnmente aceptado como el idóneo: "Segundo es follar / Lo primero, la mamada" (aunque hay gente para todo,<a href="https://www.abc.es/cultura/toros/20141021/abci-sabes-donde-viene-frase-201410201734.html#:~:text=La%20categ%C3%B3rica%20frase%20se%20pronunci%C3%B3,a%20Jos%C3%A9%20Ortega%20y%20Gasset.&text=El%20Gallo%2C%20estupefacto%2C%20guard%C3%B3%20silencio,%C2%ABHay%20gente%20pa%20t%C3%B3%C2%BB." target="_blank"> como dijo el torero</a>). A los más avispados, con tanta "plegaria" y tanto "pop", ya les habrá venido esto a la cabeza (un vídeo condenado por el Vaticano, por cierto):</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/79fzeNUqQbQ" width="320" youtube-src-id="79fzeNUqQbQ"></iframe></div><p><i>When you call my name / it’s like a little prayer / down on my knees / I wanna take you there</i>. Hay mucha literatura en torno al contenido sexual de este celebérrimo tema pop que todos hemos bailado y, en general, sobre ese binomio Eros/Deus que tanto parece agradar a Madonna (léase también "Madonna" en su acepción religiosa). El más popular de los análisis lo encontramos en esta escena de culto de <i>Reservoir Dogs</i>, de Quentin Tarantino, en este caso sobre <i>Like a Virgin</i>:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/hs4ewxVW0h8" width="320" youtube-src-id="hs4ewxVW0h8"></iframe></div><p>Por cierto, y para cerrar las referencias posmodernas, el título de la canción es <i>Hentai</i>, palabra con la que popularmente se designa a los cómics y películas de animación japonesas de contenido sexual explícito y normalmente fuera de los cánones conservadores. Un género que causó revuelo y polémica, y fue tildado de "perversión" por los vigilantes de la moral en los 90, cuando el manga eclosionó y los padres llevaron a sus hijos pequeños al cine a ver alegremente esa película de dibujos llamada <i>Akira</i>. De nuevo, una referencia generacional y a un "texto" no ortodoxo.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgOTFoqMyXsO75KV0BWviLf1Bdf0SrtIpm5ob-bazucI1KlGdPeZ0xbz7vjLpH_ScORtEAr3r3pec8p_aTDNTr_3_JmeqZvElvyVKtpCtclRuUGmX0kY88NUbDkW94UTTAm3U711NW5q7aZ_-2X-vvORYQoCjkdDEAsHofikFBAW35bjmm3DDz_YOPo=s718" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="494" data-original-width="718" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgOTFoqMyXsO75KV0BWviLf1Bdf0SrtIpm5ob-bazucI1KlGdPeZ0xbz7vjLpH_ScORtEAr3r3pec8p_aTDNTr_3_JmeqZvElvyVKtpCtclRuUGmX0kY88NUbDkW94UTTAm3U711NW5q7aZ_-2X-vvORYQoCjkdDEAsHofikFBAW35bjmm3DDz_YOPo=s320" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Los amantes del hentai entenderán este gesto.</td></tr></tbody></table><p><u>¿CONCLUSIÓN? NO, GRACIAS</u></p><p>No tengo nada que concluir, ya que no pretendo que se comulgue con estos postulados, muchos de los cuales, en un atrevimiento posmoderno, han sido extraídos de aquí y de allá (he intentado referenciarlos todos como es debido). A eso se le llama bibliografía, y es que uno ya no encuentra las respuestas solo en los textos sagrados y las bibliotecas.</p><p>Pero sí, para acabar, como guinda, o guiño a tanto flamenco fusión y producto prefabricado en despachos de discográficas que están viendo como el negocio se les escurre entre los dedos (quiero pensar que hay algo de advertencia a las discográficas en este acto de Rosalía), os dejo con lo último de Los Planetas, que, como dice Juanjo Sáez en su <a href="https://hitemocional.blogspot.com/2022/01/los-planetas.html?spref=fb&fbclid=IwAR2KEvUyqR5_LAEznwEEwX-01sBPePxhfXwrQg8IX3ERxvrXi1dZv4KmnjU" target="_blank">blog</a>, "cada vez están más cerca de la unidad básica, de la unidad mínima musical, de la esencia; las palmas las entienden aquí y en África, en Asía, en el pasado y el futuro de la humanidad".<i> </i>Como chingar, como ir en bici, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=v1lseYajg8Y" target="_blank">cosas que no se olvidan</a>. Precisamente algo de esto hay, aunque parezca que no, en este interesante <a href="https://www.expoflamenco.com/a-cuerda-pela/se-ha-merendado-el-flamenco-el-folclore-de-andalucia?fbclid=IwAR3l3Rb71tXPUsC7352WUhTrHodc9z6g5Ao6WdInLpmWDJSPLrhQyd0MCqM" target="_blank">artículo</a> de Faustino Núñez: "En eso se han ido quedando por el camino las formas inocentes y sin pretensiones, limpias y sinceras del folclor. Y creo que, al contrario que ha ocurrido en el resto de regiones españolas, donde la música y el baile tradicionales se ha visto potenciados en las últimas décadas, quién iba a pensar que Andalucía, la única región que logró fraguar un arte popular partiendo de su música tradicional, el género flamenco, este iba a acabar merendándose un repertorio de música popular que hasta hace bien poco se practicaba sin la ambición de alcanzar a los grandes maestros. ¿No les parece una pena?"</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/HC0XSwmzuX0" width="320" youtube-src-id="HC0XSwmzuX0"></iframe></div><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-2167438861085811512022-01-18T11:49:00.002+00:002022-01-19T15:15:09.206+00:00"CARVALHO, LOS MARES DEL SUR", CONTRA EL SUPREMACISMO CULTURAL<p>Nunca, hasta ahora, había leído nada de Pepe Carvalho, el atípico detective de Vázquez Montalbán. Ni siquiera vi la serie aquella protagonizada por <a href="https://www.youtube.com/watch?v=LpUJgD2GwO0" target="_blank">Puigcorbé</a> (ni la de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=WgRbCubCnH4" target="_blank">Poncela</a>), suponiendo que tenga menos excusa ver una serie que leer un libro hoy en día. Mucho peor aún: nunca he leído nada de Vázquez Montalbán. Esto, que parece intrascendente para el universo, que sigue girando, es relevante en este caso, porque, como ha dicho en diversas ocasiones Hernán Migoya, la intelectualidad de este país ha expulsado de su canon la cultura popular propia, desde lo pulp hasta el cuplé, y ha abrazado en cambio lo foráneo, sea por esnobismo o tal vez complejo de inferioridad. No quiero disculparme, ya que, en última instancia, soy yo quien decide si abro un libro de Montalbán o uno de Frank Miller, pero no puedo evitar sentir, cada vez más, que he sido víctima de cierto supremacismo cultural.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj7jaJb1zVAlTohxB18Bz4KIyWUOqHxkxzoSIau7c1feDRtC6cnrSoX0lPPhVblkFrHN6IeaIvKfXa9pa8vB7kQnyWgOdIZ9S302oSYjLJO-0Mz0rO1HarHPpgYwyW36iUBkYMQzGu9TTIGNjVfzsQ3Jzr1wGk4NZhc2enZrI16UfKZuybxDfcIbi8k=s1615" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1615" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj7jaJb1zVAlTohxB18Bz4KIyWUOqHxkxzoSIau7c1feDRtC6cnrSoX0lPPhVblkFrHN6IeaIvKfXa9pa8vB7kQnyWgOdIZ9S302oSYjLJO-0Mz0rO1HarHPpgYwyW36iUBkYMQzGu9TTIGNjVfzsQ3Jzr1wGk4NZhc2enZrI16UfKZuybxDfcIbi8k=s320" width="238" /></a></div><p>Así que<i> Los mares del Sur</i>, la tercera adaptación al cómic firmada por Migoya y Salvador Seguí de las peripecias de Carvalho, es mi estreno con Montalbán. Al cerrar el libro, me ha venido a la cabeza la primera ocasión en que oí hablar de este proyecto. Fue tomando algo con el propio Migoya y el compañero Toni Benages en el bar Lleida (¿aún se llama así?), situado frente al cuartel general de Norma Editorial en Barcelona, sello que precisamente edita esta serie. Se estaba bien, debía de ser casi verano. No recuerdo qué hacíamos exactamente allí, pero sí que Migoya acababa de cerrar el trato con Norma. Tengo la sensación de que pese a no haber leído nunca nada de Carvalho ni de Montalbán, ni haber escuchado nunca con verdadera atención <i>La Violetera</i> ni ser excesivamente fan de Curtis Garland (aunque tengo más libros de él que de Shakespeare), la noticia me ilusionó. Supongo que algo dentro de mí sabía que aquello era importante, o quizás era el brillo en los ojos de Hernán. He pensado entonces: ¿Cuánto hace de aquello?, y he recordado que ese mismo día le envié un mensaje a Óscar Valiente, director general de Norma, felicitándole por la iniciativa. He ido a buscar ese mensaje: fue el 3 de junio de 2015. 2015.<a href="https://elpais.com/cultura/2015/10/20/actualidad/1445351054_659342.html" target="_blank"> Dos mil quince</a>.</p><p>A quienes no les interese mi vida, pueden empezar a leer a partir de aquí:</p><p><span style="color: #444444;">Curiosamente (o todo lo contrario), en esta historia sobre la desaparición de un empresario obsesionado con los mares del sur se hace referencia en diversas ocasiones a tal cultura popular, incluso se la reivindica explícitamente. Ese argumentario no se encuentra solo en las conversaciones de los personajes, sino también en la recreación que hacen Migoya y Seguí de un bar con menú de mediodía abarrotado de gente o de las colmenas de edificios del Desarrollismo. Es en este ambiente, que, en lo plástico, el lector relacionará con <i>El Crac</i> de Garci por ejemplo, avanzamos de la mano de Carvalho y su heterodoxa inspiración, esa chispa que funciona con la misma magia que Colombo escondía bajo una gabardina sucia y una mirada errática. Pero como a la novela y al cómic se les permite un grado de incorrección política (y, por tanto, de realidad) mucho mayor que a la televisión, nada tiene que ver el trozo de pan encarnado por Peter Falk con Carvalho, que se revela aquí como un bebedor y mujeriego empedernido sin ningún tipo de reparo. Vicios (o cualidades) que no solo no le impiden ejercer sus deberes, sino seguramente contribuyen a la causa. Si no les gusta, llamen a otro detective.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjnZYCTHjqcbpLI3w6eLCaEB1NxdIMs-TP3P8gUuyF5Km7OU0pEQmYpbk2hyVFDABhB9TqXHF5jUMQ0tqQiv1e0KBhwHKnqbX5TClaN4u4icP5WcOTWfDSw218DFlVP-FIUpkRjC6GsfgO_S1B_1RoF67lvtLg-azvHyjwCcdCAtzD26JQcqx-UohOB=s600" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="419" data-original-width="600" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjnZYCTHjqcbpLI3w6eLCaEB1NxdIMs-TP3P8gUuyF5Km7OU0pEQmYpbk2hyVFDABhB9TqXHF5jUMQ0tqQiv1e0KBhwHKnqbX5TClaN4u4icP5WcOTWfDSw218DFlVP-FIUpkRjC6GsfgO_S1B_1RoF67lvtLg-azvHyjwCcdCAtzD26JQcqx-UohOB=s320" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjzF4ZcYfsBf_o6mxPRt0vpFSUro30Lm_Iy5BNQ-FBmzgsYJ-xqpFM_yG8w-1pfpsP1XTGtdKUu9BAYLWo79Ij2sVrG7X3iLLbDuRt2paRniez0_4l5rz7mxrvBHEfhwl6e7v2quSIy5BU31BZhxaXQsraC1hmFzY-uWrRhOitGuMWVlt1RP6arxmg_=s1500" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="1118" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjzF4ZcYfsBf_o6mxPRt0vpFSUro30Lm_Iy5BNQ-FBmzgsYJ-xqpFM_yG8w-1pfpsP1XTGtdKUu9BAYLWo79Ij2sVrG7X3iLLbDuRt2paRniez0_4l5rz7mxrvBHEfhwl6e7v2quSIy5BU31BZhxaXQsraC1hmFzY-uWrRhOitGuMWVlt1RP6arxmg_=s320" width="239" /></a></div><span style="color: #444444;">Migoya y Seguí firman así un tebeo adulto, en diversos sentidos, difícil de encontrar en el mercado actual, sea por el tono o sea por la transgresión; sea esta, a la vez, implícita en un protagonista imperfecto (en un sentido cristiano), sea por el atrevimiento de los autores de reivindicar cosas que ya nadie reivindica con la naturalidad aquí desplegada. Reflejan un tiempo que, también, alguien ha decidido que ya no es políticamente correcto. Incluso mítico: en la cabeza de ciertas personas, que convivan castellano y catalán (el idioma y la cultura) es una fantasía que nunca existió.</span><p></p><p><span style="color: #444444;">Del dibujo de Seguí poco hay que decir. Ante cualquier duda, miren la portada, que habla por si sola. Si acaso, a veces me ha parecido que la página se le quedaba pequeña, pero ya se sabe que el formato es un calvario. La paleta de colores es oscura y, a la vez, posee los destellos necesarios para recrear esta historia de bajos fondos, lujos y luces de neón. Además, el buen hacer de Migoya nos ahorra esas toneladas de prosa con las que muchas adaptaciones alegremente editadas nos castigan. Aquí luce el lenguaje secuencial, hasta tal punto que incluso los bocadillos de pensamientos, que hacía tiempo que no veía, resultan deliciosos.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgEqrCIhVRhwZX6jim-ELwt6DFiU2nU9lO3og3pCpFlFh-kBR-R6h5clcS0ywJdJWqaz32Nn1ovvczgNCG4YnAfiByprgBGttdMO1h8bIyIdHz5gCvdC_0P-oXrhdYnhJ7zR6GytSSLoePINc45gexvSz6zpgGM0Ue9Rqreec94EFVCcO56wLc6jAWN=s1500" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="1118" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgEqrCIhVRhwZX6jim-ELwt6DFiU2nU9lO3og3pCpFlFh-kBR-R6h5clcS0ywJdJWqaz32Nn1ovvczgNCG4YnAfiByprgBGttdMO1h8bIyIdHz5gCvdC_0P-oXrhdYnhJ7zR6GytSSLoePINc45gexvSz6zpgGM0Ue9Rqreec94EFVCcO56wLc6jAWN=s320" width="239" /></a></div>Vuelvo a hablar de mí, pero esto es <a href="https://www.youtube.com/watch?v=KCUbD9lbC8s" target="_blank">como las buenas películas de baloncesto</a>, que, en realidad, no hablan de baloncesto:<p></p><p><span>Yo de joven nunca había sido muy amigo de las adaptaciones. Me decía que si ya había leído el original, para qué quería una copia. Qué necesidad había de ver a Hamlet en la pantalla, y menos con la cara de Kenneth Branagh. Así pensaba hasta que sacaron el álbum recopilatorio de Nirvana, a principios de los 2000. Un periodista musical me dijo: "¿Qué? ¿Mola el disco de Nirvana, eh?". Yo le dije que, bueno, era más de lo mismo, haciéndome el interesante mientras escuchaba lo último de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=h9ciV6vgK-w" target="_blank">Tokyo Sex Destruction</a>. De hecho no era ni más de lo mismo, era exactamente lo mismo. Él me replicó: "Ya, ¿pero cuánto hacía que no escuchabas a Nirvana?". Ciertamente, debía de hacer unos diez años que no ponía un casete de los de Seattle, y desde entonces debe de hacer ya veinte. Así que quizás sea el momento de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=hTWKbfoikeg" target="_blank">volver a escuchar a Nirvana</a> y empezar a leer a Montalbán.</span></p><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-18665694655247542472021-12-29T16:27:00.002+00:002021-12-29T16:27:30.025+00:00BILL RAYOS BETA: ESTRELLA ARGÉNTEA, de Daniel Warren Johnson<p>Hollywood siempre ha sabido sacar partido de sus eternos secundarios, dando pie a un imaginario riquísimo que a veces ha traspasado la pantalla: de alguna manera, la sombra del perdedor alcanzaba la vida real (o tal vez era al revés). Eso se ha perdido un poco, pero ¿acaso queda algo de aquel Hollywood?</p><p>Eso no ha pasado tanto en el cómic de superhéroes, pese a que un universo tan basto como el de Marvel y DC está plagado de personajes que nunca han encontrado su oportunidad, tal vez porque no cumplían los requisitos del momento, tal vez por simple probabilidad. Algunas plumas inquietas han sabido sacarle jugo al potencial de estos segundones, incluso elevándolos al estrellato, como es el caso de Lobezno. Pero a menudo los intentos han resultado insatisfactorios y, con el tiempo, la mayoría de estos héroes han caído en el ostracismo, sino en el olvido.</p><p>El universo cinematográfico de Marvel (y ahora también televisivo, si es que las plataformas digitales son televisión), en una estrategia que se me antoja errática y casual, ha recuperado a algunas de estas almas en pena, como Ojo de Halcón, pero, curiosamente, y por motivos obviamente comerciales (y tal vez políticos), les ha privado de esa erótica del perdedor que arrastra Warren Oates durante todo el metraje de <i>Quiero la Cabeza de Alfredo García</i>. Pues ya no tiene gracia, oigan, y Ojo de Halcón se convierte en una especie de Capitán América de marca blanca (esto lo digo yo desde este blog que apenas leen unas doscientas personas mientras la serie esa tiene 1'5 millones de espectadores).</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhUgFcNRjx5aFFEXzxCmQsSCET-8FSHd-5rmYc83RKZRmw32SWDg4KNOsQ4kdpm1pBzwaDHyXoY2EnEx0oK5CCLMkc5dSmZwqOJh8s5cAPM3A1wmEN4VWFztOtGdkcXJKNy3OHXdrxInTObnK0FtIjcGwXwnrwO6CIj_5Ds5vYQfcFnwI5ASykLCIkA=s838" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="838" data-original-width="548" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhUgFcNRjx5aFFEXzxCmQsSCET-8FSHd-5rmYc83RKZRmw32SWDg4KNOsQ4kdpm1pBzwaDHyXoY2EnEx0oK5CCLMkc5dSmZwqOJh8s5cAPM3A1wmEN4VWFztOtGdkcXJKNy3OHXdrxInTObnK0FtIjcGwXwnrwO6CIj_5Ds5vYQfcFnwI5ASykLCIkA=s320" width="209" /></a></div><p>Volvamos al cómic. Bill Rayos Beta, el hermano feo de Thor, es uno de esos personajes que nunca han levantado cabeza, aunque han protagonizado sin duda sagas tan estelares como fracasadas. Daniel Warren Johnson, en el ojo del huracán gracias a <i>Extremity</i> y <i>Wonder Woman: Tierra Muerta</i>, recupera la figura del korbinita para ofrecernos espectáculo puro sin demasiada sesudez. <i>Bill Rayos Beta: Estrella Argéntea</i> es sangre y tripas, una historia que avanza a puñetazo limpio en la que acompañamos a Bill al más negro de los agujeros para hacerse con un objeto mítico con el objetivo de cumplir su más íntimo deseo: volver a ser guapo. Lo hace, además, con un equipo imposible (pero eso lo dejo ya para el disfrute de los marvelitas).</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi__cmqDCN1PLoKBgfC21VgthiymOW7pYOA3B657GRL3faSsUEgzuqv2Bag8Y8FQwJy9l2i2QjsZqfF6QxQFJ8ipAuymvtAsBeUfCBhMpMb1PsBsYL1rb57E6GJA6K_A-C3pyqFVwjBxnpHA4vh5-xvYGrLFOyfwDZlMadHyDCpgvZudXuiAPtAD6Da=s715" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="715" height="152" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi__cmqDCN1PLoKBgfC21VgthiymOW7pYOA3B657GRL3faSsUEgzuqv2Bag8Y8FQwJy9l2i2QjsZqfF6QxQFJ8ipAuymvtAsBeUfCBhMpMb1PsBsYL1rb57E6GJA6K_A-C3pyqFVwjBxnpHA4vh5-xvYGrLFOyfwDZlMadHyDCpgvZudXuiAPtAD6Da=s320" width="320" /></a></div><p>Ya está, no hay más que leer. Esta es la historia que Bill Rayos Beta se merece, la que hace honor a su cara de caballo y sus músculos halterófilos, la que, además, lo reconcilia con su pasado. Dibujada con el estómago, con un trazo grueso y ágil. A uno se le queda corto el formato comic-book para disfrutar de este espectáculo. También al propio autor, que a veces nos obliga a girar el tebeo para disfrutar de <i>splash pages</i> apaisadas porque, literalmente, no le cabe.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjkGIWTrDZvdJV8f_MDyxKVvF7UNedMCZ-zLwnnHRvRiKMj-kWL4k0IyA59SwrKhnVDYlKZbKr6tb5vZKw9YZm_fUJGrl3Ai4EuWwOJhL5Ha5-t2rN_UdleM_OwtCMMU1a02oNFCxNj6bFxR2N2oHciYdvZYEV19IGnsghHFxbv0s1h51fhHWoMqbVj=s460" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="354" data-original-width="460" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjkGIWTrDZvdJV8f_MDyxKVvF7UNedMCZ-zLwnnHRvRiKMj-kWL4k0IyA59SwrKhnVDYlKZbKr6tb5vZKw9YZm_fUJGrl3Ai4EuWwOJhL5Ha5-t2rN_UdleM_OwtCMMU1a02oNFCxNj6bFxR2N2oHciYdvZYEV19IGnsghHFxbv0s1h51fhHWoMqbVj=s320" width="320" /></a></div><p>Para leer con una buena cerveza en las manos, a falta de hidromiel.</p><p style="text-align: right;"><a href="https://es.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749" target="_blank">David G. González</a></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-37950147034958195622021-11-24T11:31:00.017+00:002024-01-11T09:24:00.083+00:00Dum Dum, Migoya, Manuela y Juarma: Al final siempre ganan los monstruos.<p>Como decía <a href="https://www.google.com/search?q=gregory+house&rlz=1C1GCEU_esES884ES884&sxsrf=AOaemvIWmxKDYMfVgtLKh2o__QmeNpc-Tg:1637831641953&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjBj-GplrP0AhUg_rsIHT8jCq8Q_AUoAXoECAEQAw&biw=1920&bih=937&dpr=1" target="_blank">aquel</a>, "las casualidades no existen"; así que no puedo evitar ver cierta intencionalidad en el hecho de que los últimos cuatro libros que he leído traten el mismo tema de fondo: la juventud. ¡Ah, eterna juventud!, como en <i>Mear Sangre</i>, la autobiografía del boxeador Dum Dum Pacheco. La juventud, clave para entender la persona que seremos, como en <i>Baricentro</i>, de Hernán Migoya, o la que somos, como en <i>Al final siempre ganan los monstruos</i>, de Juarma. Y la juventud como motor de cambio, como en <i>Animales feroces</i>, escrita bajo el seudónimo de Manuela Buriel. Pero, realmente, ¿tienen algo en común estas cuatro novelas (con permiso de <i>Mear Sangre</i>, que acaso no sea una novela)? Hagamos el viaje juntos.<br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-YlVWVcgq6Ss/YZ4JwgRU2mI/AAAAAAAA4Zc/7aZeduiqxR4orqAVyAZ5PlYvsv11Sx3AwCLcBGAsYHQ/s817/001%2Bjuarma.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="817" data-original-width="552" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-YlVWVcgq6Ss/YZ4JwgRU2mI/AAAAAAAA4Zc/7aZeduiqxR4orqAVyAZ5PlYvsv11Sx3AwCLcBGAsYHQ/s320/001%2Bjuarma.jpg" width="216" /></a></div><br />Las cuatro obras han tenido buena acogida e incluso buena prensa (en ciertos círculos, claro; lo de <a href="https://www.lavanguardia.com/cultura/20211017/7795712/libreria-madrid-retira-libros-carmen-mola-descubrir-identidad-tres-hombres-premio-planeta.html" target="_blank">Carmen Molas</a> y demás Planetas lo dejo para otros círculos del infierno, digo de lectores). <i>Animales feroces</i> y <i>Baricentro</i> han aparecido en algunas listas que importan de lo mejor de su año. <i>Al final siempre ganan los monstruos</i> ha puesto a Juarma, también autor de cómics (como Migoya), en el lugar que se merece desde hace años. Y la reedición de <i>Mear Sangre</i>, pese a su arriesgada apuesta, ha sabido encontrar un hueco en el edulcorado <i>revival</i> en el que vive inmerso el lector millennial.<p></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-6PAOTnchlpw/YZ4JwiQQPII/AAAAAAAA4Zg/JVMM1nAWFUQmS6hhsKcOaYd1odcp9a-NgCLcBGAsYHQ/s2048/01%2Bbaricentro.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1429" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-6PAOTnchlpw/YZ4JwiQQPII/AAAAAAAA4Zg/JVMM1nAWFUQmS6hhsKcOaYd1odcp9a-NgCLcBGAsYHQ/s320/01%2Bbaricentro.jpg" width="223" /></a></div><p></p><p>Además, tres de ellas, <i>Baricentro</i>, <i>Al final siempre ganan los monstruos</i> y <i>Mear Sangre</i>, se inscriben claramente en eso que algunos han querido llamar literatura de extrarradio, y que, pese a la voluntad discriminatoria de tal etiqueta, es más que necesaria (esa literatura, no la etiqueta). Destaco esta <a href="https://ctxt.es/es/20210101/Culturas/34728/novelas-literatura-2020-lista-informe-nadal-suau.htm" target="_blank">frase</a> de Nadal Suau, que ya he sacado a relucir en alguna ocasión: "En diez años podríamos perder para siempre la posibilidad de leer de primera mano a los hijos de barrios populares, dado el contexto general de dinamitación tanto de la enseñanza pública como de cualquier mecanismo corrector de la desigualdad". Quiero decir: si <i>Al final siempre ganan los monstruos</i> fuera lectura obligatoria en la enseñanza secundaria, o al menos simplemente lectura, estoy seguro de que las cosas serían diferentes. No recuerdo haber leído nunca, y menos por recomendación de una institución pública, nada que hablara de chavales y como los chavales, de temas tan complejos y vitales como el consumo de drogas, el paro, la familia, las relaciones afectivas, los videojuegos y la redes sociales, incluso también de enfermedades mentales. Lo que ha hecho Juarma, desde el cariño, sin duda, pero con una mirada absolutamente fría y desmitificadora, adentrándose en los "diarios" íntimos de sus personajes, es no solo maravilloso sino además importante. Importa también cómo lo ha hecho: Desde su página de Facebook, colgando ahí la novela capítulo a capítulo, combinándolo con sus trabajos de jornalero, obrero de la construcción y camarero.</p><p>Juarma habla en su libro de una generación de jóvenes no ya de extrarradio, sino casi de una España profunda, que antes había sido una España negra, sobreviviendo como héroes en un mundo que se han encontrado hecho, pero que tampoco luchan por cambiar, sino solo por empujar hacia delante. Migoya, en <i>Baricentro</i>, se acerca más a la gran ciudad, y nos ofrece un retrato de los jóvenes que crecieron con la Transición, entre colmenas de edificios habitadas por hijos de la inmigración interior y solares en construcción donde jugar a indios y vaqueros. En el retrato de Migoya hay más romanticismo, sin duda, y aun así también vemos ahí las garras del monstruo. Hablo de ello con más detalle <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2021/02/baricentro-hernan-lo-sigue-haciendo-por.html" target="_blank">aquí</a>.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-pACX9p2Vhhg/YZ4Jwg4FXAI/AAAAAAAA4Zk/si_qTXaHsBkUglu55M-siV4ilUF6o7XnQCLcBGAsYHQ/s791/001%2Banimales.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="791" data-original-width="552" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-pACX9p2Vhhg/YZ4Jwg4FXAI/AAAAAAAA4Zk/si_qTXaHsBkUglu55M-siV4ilUF6o7XnQCLcBGAsYHQ/s320/001%2Banimales.jpg" width="223" /></a></div><p><i>Animales feroces</i> coincide en fondo, pero tal vez no en forma. Aquí el mensaje es incluso más acusatorio: nuestros padres son el peso muerto que nos impide volar, que nos mantiene atados a las cadenas del <i>statu quo</i>. Ellos son los culpables de que la revolución no sea. Aquellos que alzan la voz son los raros, los diferentes, los que hay que etiquetar: góticos, deprimidos, raros, friquis, de barrio... A través de las cartas que el protagonista se escribe con su mejor amigo y de sus conversaciones con su abuela muerta (nótese que los cuatro libros están escritos en primera persona), compartimos los pensamientos de alguien que vive sin vivir en sí, atrapado en una cárcel simbolizada por su propio cuerpo. El autor, aquí bajo el seudónimo de Manuela de Madre (antes Colectivo Juan de Madre), se aleja del imaginario quinqui del extrarradio y ubica la acción entre clases pudientes y colegios bien, retratando unos padres que, sin duda, y sarcásticamente, se preocupan por el futuro de sus hijos. Una preocupación que no es otra que evitar que se desvíen del camino trazado.</p><p></p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-_3kfI60CqeM/YZ4JxfzEeQI/AAAAAAAA4Zo/8d7pFIirgg4EpYRo6w5LHkD_fx4vx5zQQCLcBGAsYHQ/s640/01%2Bmear.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="584" data-original-width="640" height="292" src="https://1.bp.blogspot.com/-_3kfI60CqeM/YZ4JxfzEeQI/AAAAAAAA4Zo/8d7pFIirgg4EpYRo6w5LHkD_fx4vx5zQQCLcBGAsYHQ/s320/01%2Bmear.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: @MearSangre</td></tr></tbody></table><p></p><p><i>Mear Sangre</i> es la voz directa de una juventud irrefrenable, escrita por el mismo protagonista durante sus años violentos. Las peleas, la cárcel, el boxeo... Esa vida que mitificó De la Loma, tal vez involuntariamente, en <i>Perros Callejeros</i> es escupida aquí a bocajarro, sin adornos, sin artificios posmodernos. Lo que escribe Dum Dum es lo que hay, lo que piensa. Él es el que es. Y pese a toda esa sangre y ese orín, el boxeador escribe desde la épica, con cierta mirada romántica también, y sin ápice de autocrítica. Tiene claro, o al menos eso se desprende de sus palabras, que el salvaje no nace, sino que lo hacen (los otros, el sistema, Dios o el Destino...). Y te marca, sin duda, para el resto de tu vida, como se puede ver en su rostro.</p><p>A mí de joven no me gustaba leer, o eso pensaba. La verdad es que no me gustaba lo que me hacían leer, que es otra cosa. Puede que sea lo que le pasa a todo el mundo que no lee. Con doce, trece o catorce años, ¿quién puede apreciar los versos de Machado o los capítulos interminables de <i>El Quijote</i>? Peor aún, ¿cómo se puede identificar uno con una literatura juvenil aprobada siempre por los órganos competentes, que refleja siempre un mundo caducado? Recuerdo haber tenido que leer libros sobre chavales que escriben cartas a Bruce Springsteen (Bruce Springsteen, ¡pero bueno!) o sobre jóvenes que afrontan el bachillerato hablando en un argot que quizás en algún momento estuvo en uso. Y pese a todo, por aquella época siempre me apuntaba a la optativas de letras, ya que me exigían menos esfuerzo que las de ciencias. Empujar hacia delante, ya saben. Allí, afortunadamente, me topé con una profesora, Teresa, que nos fusilaba a libros, uno tras otro, de Apuleyo a Gil de Biedma. Yo me preguntaba a qué se debía aquel sadismo, si acaso aquella profesora no se había enterado de que las optativas eran para pasar el rato. Pero no era eso. Disparaba a discreción a conciencia, con la esperanza de que alguna bala diera en el blanco. Y así fue en mi caso. La educación no es el problema, es la solución. El problema es el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=zdvuW6143VY" target="_blank">sistema</a> educativo.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-SKVm-0GiTuo/YZ4iIUtpUCI/AAAAAAAA4Z4/6962mV1rbsYyogOK_FFUxqmIEkEcjGizgCLcBGAsYHQ/s2000/01%2Bbdncom.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1125" data-original-width="2000" height="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-SKVm-0GiTuo/YZ4iIUtpUCI/AAAAAAAA4Z4/6962mV1rbsYyogOK_FFUxqmIEkEcjGizgCLcBGAsYHQ/s320/01%2Bbdncom.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: @bdncom</td></tr></tbody></table><p>El pasado 19 de noviembre se desahució a 18 familias de un edificio ocupado del barrio de Sant Roc de Badalona, uno de los más pobres del país. Una veintena de menores fueron sacados de sus casas en medio de una <i>performance</i> de policías, políticos y medios de comunicación. La gente de Twitter no tardó en sacar espuma por la boca: "vividores", "ya tardaban en echarlos". Un concejal, en un ejercicio casi pornográfico, pió: "Al salir, una niña de cinco años le dice a su padre: ¿Dónde vamos a dormir esta noche?". Ni siquiera las plataformas vecinales fueron a darles apoyo; sus motivos tendrían. Hacía frío, y a los chavales los iban metiendo en coches policiales. No pasen por alto que ninguno de esos niños estaba en el colegio.</p><p>Sería una lástima que esos pequeños no leyeran, sería una lástima que nunca llegaran a escribir un libro.</p><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-10056567216370497492021-09-27T14:46:00.002+01:002021-09-27T14:56:30.410+01:00La décharge mentale, de Bastien Vivès<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-IVpyL2ujBOk/YVHJTk8InCI/AAAAAAAA4Rc/LorQGjcNVmMMU5qsk3AakVWx5pMQuVqiACLcBGAsYHQ/s1280/decharge.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="924" height="200" src="https://1.bp.blogspot.com/-IVpyL2ujBOk/YVHJTk8InCI/AAAAAAAA4Rc/LorQGjcNVmMMU5qsk3AakVWx5pMQuVqiACLcBGAsYHQ/w144-h200/decharge.jpg" width="144" /></a></div><a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/Bastien_Viv%C3%A8s#Publications" target="_blank">Bastien Vivès</a> siempre te deja con la boca abierta. A veces para bien, a veces para mal; pero, claro: para gustos, colores. Le tenía muchas ganas a <a href="https://www.lesrequinsmarteaux.com/album/la-d%C3%A9charge-mentale" target="_blank"><i>La décharge mentale</i></a> y estaba esperando a que alguien lo publicara por aquí, pero nadie lo ha hecho (¿o me ha pasado por alto, tal vez?) y al final he tirado de original.<p></p><p>Le tenía muchas ganas porque prometía funcionar como una suerte de díptico de <a href="http://freakyonline.blogspot.com/2012/04/los-melones-de-la-ira.html" target="_blank"><i>Los melones de la ira</i></a>, uno de mis cómics preferidos del autor francés, y, las cosas como son, una pequeña obra de arte. Pero, claro, si hubiera sido así, lo que yo esperaba, no hubiera sido un cómic de Vivès.</p><p><i>La décharge mentale</i> explica la aventura de un tipo que se encuentra a un viejo amigo llorando en una gasolinera. A regañadientes, este acepta que le acompañe a casa en coche y al final una cosa lleva a la otra y el protagonista acaba atrapado en una telaraña de placeres sexuales de los que parece que no vaya a poder escapar jamás.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-DmOY6x3KWk4/YVHNc-EkFMI/AAAAAAAA4Rs/EUSZpZsFNbUbDx9yY0kiT_1Ukh5YPtbOwCLcBGAsYHQ/s1590/pen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1590" data-original-width="1123" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-DmOY6x3KWk4/YVHNc-EkFMI/AAAAAAAA4Rs/EUSZpZsFNbUbDx9yY0kiT_1Ukh5YPtbOwCLcBGAsYHQ/s320/pen.jpg" width="226" /></a></div><p>Vivès juega con nosotros, igual que en <i>Los melones de la ira</i>, a la incomodidad, situándonos en los límites de lo prohibido y, a fin de cuentas, desafiando las convenciones morales. Pero todo lo que en la anterior obra era drama, aquí es comedia, funcionando como una especie de anverso (incluso el dibujo contribuye). A golpe de erotismo y absurdo, el lector, como el protagonista, se ve atrapado en una historia que no podrá soltar hasta el final. Una trampa de la que no podrá hacer otra cosa que disfrutar, aunque tenga que pagar el precio de la culpabilidad.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-T-tUY2WJAx4/YVHJdzFx9tI/AAAAAAAA4Rg/7VoR-PE98TgF_JfMcA2fkb2NkeMbXGrPgCLcBGAsYHQ/s1600/cul.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1143" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-T-tUY2WJAx4/YVHJdzFx9tI/AAAAAAAA4Rg/7VoR-PE98TgF_JfMcA2fkb2NkeMbXGrPgCLcBGAsYHQ/s320/cul.jpg" width="229" /></a></div><p>Solo al final, cuando uno piensa que ya sabe lo que está haciendo Vivès, se precipita un doble final que da la vuelta al calcetín y uno se queda así como "¿qué ha pasado aquí?". De repente parece que el mensaje (¿hay mensaje?) cambia, y te preguntas "¿Es un cómic feminista?, ¿es acaso machista?, ¿soy yo el machista?". Ni una cosa ni la otra: es, como decía, una trampa.</p><p>Vivès es un genio y punto.</p><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-16916505515498875032021-09-07T23:22:00.006+01:002021-09-13T13:49:27.577+01:00Sobrevivir a Millás (o la melancolía como barrera cultural)<p>Siempre he tenido claro que me gusta <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Jos%C3%A9_Mill%C3%A1s" target="_blank">Juan José Millás</a>, que es uno de mis autores favoritos, de hecho; que sabe cosas de mí que ni yo sabía. Así que el otro día, en un librero de viejo, de todos los libros que ahí tenían, me llevé a casa <i><a href="https://www.todostuslibros.com/libros/la-soledad-era-esto_978-84-233-5495-5" target="_blank">La soledad era esto</a></i>, Premio Nadal 1990. Antes, esas cosas, los premios, <a href="https://www.abc.es/cultura/libros/abci-marse-dimitio-como-jurado-premio-planeta-mas-202007191246_noticia.html" target="_blank">importaban</a>.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-oalrydBwVFg/YTfmDy99E_I/AAAAAAAA4Pg/K1LNxiN8Ur8RwV_tLWG_lTVLOjyykI8CQCLcBGAsYHQ/s2048/hopper.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1877" data-original-width="2048" height="293" src="https://1.bp.blogspot.com/-oalrydBwVFg/YTfmDy99E_I/AAAAAAAA4Pg/K1LNxiN8Ur8RwV_tLWG_lTVLOjyykI8CQCLcBGAsYHQ/s320/hopper.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: Museo Nacional Thyssen-Bornemisza</td></tr></tbody></table><p>Lo dejé para otro momento, porque entonces andaba enfrascado en la lectura de <i><a href="http://underwood.es/wp-content/uploads/2016/06/FAT-CITY.-PRIMERAS-P%C3%81GINAS.pdf" target="_blank">Fat City</a></i>, de Leonard Gardner (lo apunto porque tal vez importe, no sé...), y me dispuse a guardarlo en mi biblioteca personal, junto al resto de libros de Juan José Millás. Pero de Millás resultó que solo tenía un libro, <i><a href="https://www.todostuslibros.com/libros/el-desorden-de-tu-nombre_978-84-322-2595-6" target="_blank">El desorden de tu nombre</a></i>. La tengo un poco desordenada, la biblioteca, entre libros, pelis y discos, pero después de varias revisiones la verdad prevalecía: solo tenía un libro de Juan José Millás. Peor aún: solo había leído un libro de Juan José Millás.</p><p>Y aún más: si me preguntaran hoy, mientras escribo esto, de qué va <i>El desorden de tu nombre</i>, la verdad es que no tengo ni idea. Tan poco me importa en realidad, que ni siquiera me he molestado en echarle un ojo a la sinopsis. Solo sé que, a mis tiernos 20 años, me atrapó, como un adolescente <a href="https://www.youtube.com/watch?v=izYOo4GU8-I" target="_blank">se deja atrapar por su profesor de Literatura</a>, y que su sorpresivo final, más propio de un cuento que de una novela (después volvemos a esto, que hay trampa), me ha perseguido toda la vida.</p><p>Si pienso en <i>El desorden de tu nombre</i> y en Juan José Millás (concretamente en una foto de Juan José Millás en la que aparece ligeramente descamisado y con un cigarrillo en la mano, mirándote como si te fuera a violar), pienso en Madrid, o en la idea que tengo de Madrid, de un Madrid que ya no existe; centro cultural, o baricentro, de un país de países (que ya tampoco existe). Un quilómetro cero por el que todo el mundo quería pasar, o por el que se debía pasar; un Madrid de charlas en el café Gijón, de movidas y monteras, de las canciones pseudoproges y protomachistas de Sabina y de la nariz rota de <a href="https://www.mundodeportivo.com/boxeo/20210203/491869017079/poli-diaz-los-golpes-de-la-vida-son-muchisimo-mas-duros-que-los-del-ring.html" target="_blank">Poli Díaz</a>; un Madrid en el que los poemas de <a href="https://www.casadellibro.com/libros-ebooks/roger-wolfe/42275" target="_blank">Roger Wolfe</a> importaban.</p><p>Madrid funciona aquí como símbolo, no como sujeto. Es una idea, una foto:</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-r_0eTZr2w-Q/YTZPiizcs9I/AAAAAAAA4Ok/JAfjvaMUlQo8pDjq2FUWteHCJGkpC7LggCLcBGAsYHQ/s1296/millas%2B01.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1296" data-original-width="968" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-r_0eTZr2w-Q/YTZPiizcs9I/AAAAAAAA4Ok/JAfjvaMUlQo8pDjq2FUWteHCJGkpC7LggCLcBGAsYHQ/s320/millas%2B01.jpg" width="239" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto: Anna Löscher</td></tr></tbody></table><p></p><p>Una vez fui a ese Madrid. Lo he visitado después, pero ya no era ese Madrid; era el Madrid del Rey León y de Mario Vaquerizo, que es como una copia de Alaska, que ya era como una copia de algo. De ese primer viaje, iniciático para mí, tengo vagos recuerdos: de mi compañero de habitación vomitando en la cama, de tuberías calientes y oxidadas, de chulos, putas y <a href="https://www.youtube.com/watch?v=2-HWcpiA8t0" target="_blank">cruz de navajas</a>, de un cuadro de Lucian Freud mirándome, de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=D8bEity8hWM" target="_blank">Mendieta marcando un gol realmente increíble</a> y de cubatas fluorescentes de vodka con lima. También de cosas que no fueron y pudieron ser. Esos fogonazos son lo único que queda de un Madrid que quizás solo existe en mi cabeza y que jamás he vuelto a encontrar, ni a buscar. En ese Madrid soy perseguido por un tipo que siempre va por delante.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-_0oKkf1Bty4/YTZP3J9rX-I/AAAAAAAA4Ow/P7SKI1ZPWdAqxcO4M0hSKsUOfxToJyBYwCLcBGAsYHQ/s2048/lucian.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2034" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-_0oKkf1Bty4/YTZP3J9rX-I/AAAAAAAA4Ow/P7SKI1ZPWdAqxcO4M0hSKsUOfxToJyBYwCLcBGAsYHQ/s320/lucian.jpg" width="318" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: Museo Nacional Thyssen-Bornemisza</td></tr></tbody></table><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Antes he mentido. Me gustan las mentiras que ayudan a vehicular el mensaje de manera más eficiente, más clara; sin las imprecisiones de la realidad. "Imprime la leyenda", que dicen que dijo Ford. <i>El desorden de tu nombre</i> no es lo único que tengo en casa de Millás; también un cuento, que a veces parece que no cuenten. Es como si las cosas cortas no importaran, como si un rayo o un último suspiro fueran cosa menor. El cuento en cuestión es <i>Simetría</i>, la historia de un hombre que es perseguido por otro, pero por delante en lugar de por detrás. Se puede encontrar en <i><a href="https://books.google.es/books/about/Son_cuentos.html?id=-4BdAAAAMAAJ&redir_esc=y" target="_blank">Son Cuentos</a></i>, una antología imprescindible para entender, precisamente, ese Madrid, seleccionada por Fernando Valls, un tipo que tiene un <a href="http://filescat.uab.cat/filesp/wp-content/uploads/2019/05/CV_Fernando_VALLS.pdf" target="_blank">currículum</a> de 150 páginas.</div><p>Es curioso que los cuentos, como los cortometrajes, casi como los poemas, se hayan mantenido siempre en un gueto para consumidores de cultura especializados. Es curioso que suceda aún ahora, que con esto de las redes sociales se dice que las cosas tienen que ser breves e impactantes. Tal discurso, algo trasnochado, me suena ya pasado de moda, más propio de la época dorada de la MTV que de la era de Internet. En realidad hoy se consumen contenidos audiovisuales de duraciones impensables hace pocos años, sobre todo desde el punto de vista de montaje y ritmo. Los jóvenes no siguen los códigos audiovisuales de quien produce contenidos audiovisuales (hoy en día, los hijos de la MTV, precisamente); así que ellos mismos se han tenido que lanzar a crear sus propios vídeos, algo que los mass media, en su inevitable crisis, no pueden reproducir, ni captar, ni apenas comprender. Si le echan un ojo a la <i>tablet</i> del hijo de su vecino, encontrarán entre "lo más visto" tutoriales interminables sobre <a href="https://www.youtube.com/watch?v=DB-vKnvUwdI" target="_blank">cómo abrir un huevo Kinder</a> y <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ZphGgyVAcag" target="_blank">señoras con voz de niña del Exorcista jugando a casas de muñecas</a>, o tal vez soporíferas partidas de <i>gamers</i>, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ba9cx77KziY" target="_blank">matándose entre ellos</a> y <a href="https://www.youtube.com/watch?v=DIH5jVBVNkc" target="_blank">conduciendo camiones por carreteras infinitas</a>. Recordemos que unos de los vídeos más populares de la Red es <a href="https://www.youtube.com/watch?v=QH2-TGUlwu4" target="_blank">este</a>. En el cine, lo mismo: Tarantino ha matado la moda impuesta por él mismo en los 90, cuando todo debía ser contado en 90 minutos. ¡Y las series! ¡¿Qué hay más largo que una serie?! Solo una cosa: un <i>best-seller</i>. No puedo pensar más que tal confusión es producto de la <a href="https://pbs.twimg.com/media/E8iFq6AXIAEYthH.jpg" target="_blank">esquizofrenia posmoderna</a> que nos abate. Luchar contra ella desde la razón es como enfrentarse a molinos de viento: En la época del <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Clickbait" target="_blank">clickbait</a></i> (¡¿qué hay más breve que un titular?!) el contexto está fuera de lugar. </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ajcjjE4iWuc/YTZSMuHDmRI/AAAAAAAA4O8/XwRVhduJ97E8C6qmm4XWtRaGI9FVGh3DACLcBGAsYHQ/s700/LaNaci%25C3%25B3n%2BArgentina.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="700" height="229" src="https://1.bp.blogspot.com/-ajcjjE4iWuc/YTZSMuHDmRI/AAAAAAAA4O8/XwRVhduJ97E8C6qmm4XWtRaGI9FVGh3DACLcBGAsYHQ/s320/LaNaci%25C3%25B3n%2BArgentina.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: La Nación</td></tr></tbody></table><p>Millás escribía cuentos cortos y novelas que no eran muy largas, y a medida que fue haciéndose un nombre a golpe de premio sus novelas se volvieron cada vez más largas y su pelo, cada vez más cano. Su figura, siempre presente a través de los artículos de <a href="https://elpais.com/autor/juan-jose-millas/" target="_blank">El País</a>, que es como <a href="https://www.facebook.com/juanjo.saez.54/posts/10159205472724424" target="_blank">Sabina</a>, me fue interesando menos con el tiempo, como me ha interesado cada vez menos <a href="https://revistaruda.com/2019/11/01/quentin-tarantino-y-martin-scorsese/" target="_blank">Scorsese</a>, que también se ha ido haciendo más y más largo. De hecho, creo que, en general, ya a nadie le interesa Millás. ¿Quién habla ya de él? ¿Cuándo tuvo lugar en este país la última conversación de bar sobre Millás? ¿Qué importa que saque libro o no? ¿Quién se va a sentir arrebatado por la lectura de <i>Que nadie duerma</i>? ¿Qué fue de él, qué fue del café Gijón y de las <a href="https://www.youtube.com/watch?v=V3qyUtSK5ms" target="_blank">chaquetas de pana</a>? ¿Cómo sobrevive Millás en el mundo de <a href="https://www.google.com/search?q=ibai+llanos&tbm=isch&ved=2ahUKEwjf7e2F8OryAhWC34UKHerUCt4Q2-cCegQIABAA&oq=ibai+llanos&gs_lcp=CgNpbWcQAzIHCCMQ7wMQJzILCAAQgAQQsQMQgwEyBQgAEIAEMgQIABBDMgUIABCABDIFCAAQgAQyBQgAEIAEMgUIABCABDIFCAAQgAQyBQgAEIAEOgcIABCxAxBDOggIABCABBCxAzoKCCMQ7wMQ6gIQJzoICAAQsQMQgwE6CggAELEDEIMBEENQ0sYCWJjbAmCX3AJoA3AAeACAAWuIAeEHkgEDNy40mAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWewAQrAAQE&sclient=img&ei=KlA2Yd-wGoK_lwTqqavwDQ&bih=912&biw=1920&rlz=1C1GCEU_esES884ES884" target="_blank">Ibai Llanos</a>? ¿Por qué este <i>post</i> va de Millás? </p><p>Hagamos un experimento. Cierre los ojos y piense en ese Madrid cheli en el que Millás escribía sus novelas sentado en los pupitres del Ateneo: Chueca, la heroína, los billares, Torrelodones, <a href="https://www.madridiario.es/465775/muere-demetrio-jesus-lefler-en-una-pelea-entre-rockers-y-mods#:~:text=Un%20d%C3%ADa%20como%20hoy%2C%20en,la%20movida%20madrile%C3%B1a%20Rock%2DOla." target="_blank">las tribus urbanas</a>, el Rock-Ola, la estanquera de Vallecas... Y ahora piense en esa imagen edulcorada de los años 80 que le están vendiendo hace más de diez años: <i>Los Goonies</i>, el <i>Un, Dos, Tres</i>, el palodú, la SuperPop, el pezón de Sabrina... ¿Algo no cuadra, verdad? (Y si nos metemos en La Movida ya <a href="https://www.lavanguardia.com/vida/20181220/453655986285/victor-lenore-explica-por-que-odiar-los-anos-80-la-movida-fue-interclasista-peor-que-un-movimiento-de-pijos.html" target="_blank">ni le cuento</a>).</p><p>Así que este <i>post</i> no va de Millás. Millás funciona aquí como símbolo, no como sujeto. Este artículo va de Roger Wolfe, un autor que resulta imposible reivindicar hoy en día. <a href="https://www.culturamas.es/2011/07/04/peleando-a-la-contraroger-wolfe-3/" target="_blank">Dijo</a>, precisamente: "«Reivindicar» debe de ser uno de los verbos más gastados por el uso, y en última instancia vacíos de contenido, de la lengua". Hagamos otro experimento. Lea este poema, de los más célebres de Wolfe. Disfrútelo sin más, como un niño:</p><p style="text-align: left;"><b style="font-family: courier;"><u><br /></u></b></p><p><span style="font-family: courier;"><u><b>Café y cigarrillos</b></u></span></p><p><span style="font-family: courier;">Salgo del trabajo. Los huesos, el cuerpo entero</span></p><p><span style="font-family: courier;">dulcemente dolorido, como –a veces–</span></p><p><span style="font-family: courier;">después de un polvo de los buenos.</span></p><p><span style="font-family: courier;">La luna, sajada en dos pedazos, me recuerda</span></p><p><span style="font-family: courier;">el ojo ese famoso de Buñuel,</span></p><p><span style="font-family: courier;">asomada un tanto tenebrosamente</span></p><p><span style="font-family: courier;">por encima de los árboles.</span></p><p><span style="font-family: courier;">El coche no me arranca. El parabrisas</span></p><p><span style="font-family: courier;">es una roca enorme y congelada.</span></p><p><span style="font-family: courier;">Así que vuelvo a casa andando,</span></p><p><span style="font-family: courier;">velado el claqueteo de mis pasos</span></p><p><span style="font-family: courier;">por la luna, la cabeza</span></p><p><span style="font-family: courier;">llena de café caliente y cigarrillos.</span></p><p><span style="font-family: courier;">Llego al portal y me detengo,</span></p><p><span style="font-family: courier;">soplándome en las manos, bajo</span></p><p><span style="font-family: courier;">el arco de luz que proyecta la ventana</span></p><p><span style="font-family: courier;">sobre el hielo, la hierba sucia y abrasada.</span></p><p><span style="font-family: courier;">Y al otro lado de esa luz te encuentras tú.</span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: courier;">Y es que un hombre necesita en esta vida</span></p><p><span style="font-family: courier;">otras cosas que no sean</span></p><p><span style="font-family: courier;">lunas surrealistas, coches, oscuras</span></p><p><span style="font-family: courier;">películas de Luis Buñuel.</span></p><p style="text-align: left;"><br /></p><p style="text-align: left;">Y ahora soporte este fragmento de la entrevista antes citada:</p><p style="text-align: left;"><br /></p><p><span style="font-family: courier;">A las mujeres las adoro por encima de todas (o casi todas) las cosas, y las entiendo mejor de lo que ellas se entienden a sí mismas. Lo que a las mujeres les falta son hombres de verdad, en el sentido más amplio, pleno y profundo de la palabra. Por eso están desesperadas; por eso dicen, medio en broma medio en serio, que «los hombres son como los pisos; todos los buenos están siempre cogidos». ¡Ja ja ja! </span><span style="font-family: courier;">Puedo hablar, con gran conocimiento de causa, de las mujeres. Yo mismo, como todos nosotros, tengo una parte de mujer; todos somos masculinos y femeninos a la vez. Las mejores mujeres que conozco se caracterizan por tener sumamente desarrollado su lado masculino. ¡Sin dejar de ser por ello auténticas bellezas, exteriores e interiores!</span></p><p><br /></p><p>Si usted le lee a su próxima cita de Tinder <i>Café y cigarrillos</i>, la tendrá en el bote seguro. Si después, ya en casa, rememorando los momentos más húmedos de la noche, ella (la cita, sea chico o chica) <i>googlea</i> el nombre de Roger Wolfe, se topará fácilmente con la ristra de sandeces cavernarias que cito en el párrafo anterior, y ya no habrá más citas. Antes, uno construía una foto de sus poetas favoritos a través de sus obras. Vivíamos en esa bonita mentira. Ahora vivimos en <a href="https://thechoiceisyours.whatisthematrix.com/mx/" target="_blank">otra</a>.</p><p>También hay que decir que si este <i>post</i> lo hubiera escrito otra persona, Roger Wolfe no aparecía ni tan solo citado. Mi profesora de Literatura nunca me explicó a Whitman y <i>El club de los poetas muertos</i> le parecía una ñoñería. Sí me enseñó con entusiasmo el realismo sucio de Wolfe y otros versos célebres del castellano: "Aunque a veces sabe Onán / mucho que ignora Don Juan" (Machado, apócrifamente).</p><p>Quizás me esté dispersando; o tal vez no podamos evitarlo, sea intrínseco.</p><p>Es más que probable que a muy poca gente le interese mi relación concreta con la obra de Juan José Millás, y menos aún mi relación con Juan José Millás. Puede que tenga más jugo mi historia con Darren Aronofsky; al menos de él puedo contar que lo he visto en albornoz, y con Millás no me he cruzado ni por casualidad. Con Lorenzo Queen coincidí en cierta perfomance que tuvo lugar en una ciudad de extrarradio de cuyo nombre no quiero acordarme. Satoshi Kon me autografió poco antes de morir la peli que menos me gusta de todas las que ha hecho. Un actor catalán me pidió una loncha en Razz. Pero con Millás, nada remarcable. Solo ese libro del que ni siquiera recuerdo nada; excepto su final, que me persigue, pero por delante, como si nunca fuera a alcanzarlo. Como <a href="https://www.abc.es/ciencia/abci-muere-michael-collins-astronauta-olvidado-apolo-11-no-piso-luna-202104281856_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F" target="_blank">Michael Collins</a> a bordo del módulo de comando de la misión Apolo 11, observando a sus dos compañeros dar saltitos sobre la superficie lunar.</p><p>Supongo que les suena esa sensación de <a href="https://www.poeticous.com/roger-wolfe/democracia?locale=es" target="_blank">domingo por la tarde</a>.</p><p style="text-align: right;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-S4GV9BFbD_4/YTZUFMkzjlI/AAAAAAAA4PE/SQ-RwqAu6PswWfXWnfQfbbKQilP9dpeEwCLcBGAsYHQ/s913/WhatsApp%2BImage%2B2021-09-06%2Bat%2B19.46.26.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="913" data-original-width="720" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-S4GV9BFbD_4/YTZUFMkzjlI/AAAAAAAA4PE/SQ-RwqAu6PswWfXWnfQfbbKQilP9dpeEwCLcBGAsYHQ/s320/WhatsApp%2BImage%2B2021-09-06%2Bat%2B19.46.26.jpeg" width="252" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2995719261729908959.post-43480265850107826672021-08-21T00:12:00.004+01:002021-08-22T10:48:55.183+01:00Los locos del gekiga<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-dn3OgMmJcpE/YSA2MMxFaWI/AAAAAAAA4MY/zI3Tmf9_5dcj2iXU5vvg-6R-K3RBWg5WgCLcBGAsYHQ/s491/1622621379-los-locos-del-gekiga-portada.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="491" data-original-width="350" height="200" src="https://1.bp.blogspot.com/-dn3OgMmJcpE/YSA2MMxFaWI/AAAAAAAA4MY/zI3Tmf9_5dcj2iXU5vvg-6R-K3RBWg5WgCLcBGAsYHQ/w143-h200/1622621379-los-locos-del-gekiga-portada.jpg" width="143" /></a></div>Cuando el manga llegó a nuestro país como fenómeno a mediados de los 90, haciéndonos <a href="https://www.tebeosfera.com/colecciones/manga_zine_1993_manga_films.html" target="_blank">aterrizar en el siglo XXI</a>, generó una subcultura que seguramente no se reconocía como tal, por mucho que molara ser un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Otaku" target="_blank">otaku</a>. Fanzines, revistas y fotocopias fueron la universidad de aquellos que habían sido seducidos por unas temáticas nuevas, una narrativa de infarto y un dibujo afilado. Todas aquellas publicaciones —pocas profesionales de verdad—, con todas sus limitaciones, nos enseñaron que Tezuka era el dios del manga, que Go Nagai era el señor de los robots, que Toriyama y Takahashi eran dos genios, que había mucho <a href="https://www.google.com/search?q=hentai&tbm=isch&ved=2ahUKEwjXi-eo2cDyAhVGEhoKHTEHARoQ2-cCegQIABAA&oq=hentai&gs_lcp=CgNpbWcQAzoECCMQJzoFCAAQgARQgglY0Atgtg1oAHAAeAGAAaECiAHtA5IBBTEuMS4xmAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWfAAQE&sclient=img&ei=MDMgYdezKsakaLGOhNAB&bih=625&biw=1366&rlz=1C1ASUT_esES731ES738" target="_blank">hentai</a> y que Japón era un paraíso en el que "todo el mundo" leía cómics. Eso era, más o menos, lo que sabía un lector medio de tebeos —sea lo que sea eso— sobre la historia del manga. Diversos factores que no son motivo de análisis aquí y la irrupción de Internet provocaron que esa prensa/fandom desapareciera y/o, con el tiempo, se trasladara a Internet, un sitio, ya sabemos, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Kp1GqtAQ7Ig" target="_blank">vasto e infinito</a>.<p></p><p>Si bien la poca —o poco accesible— prensa especializada en manga que queda hace una labor loable, esta nos ilumina con parcelas de conocimiento muy limitadas, normalmente con la excusa de tal o cual novedad. En buena medida, mucho de lo que hemos aprendido con el tiempo sobre la cultura del manga lo hemos descubierto en sus páginas o visto en sus animes. Por citar algunos ejemplos imprescindibles: la película <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Otaku_no_Video" target="_blank">Otaku no video</a></i>, la serie <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Genshiken" target="_blank">Genshinken</a></i> o el manga <i><a href="https://www.astiberri.com/products/una-vida-errante-vol-1" target="_blank">Una vida errante</a></i>, de Yoshihiro Tatsumi (Astiberri).</p><p>Saco a relucir la obra de Tatsumi porque él es uno de los tres protagonistas de "Los locos del gekiga" (Satori, 2021), que nos acerca los inicios de los tres magakas que crearon el gekiga: el propio Tastsumi, Takao Saito (el más conocido de los tres gracias a su clásico <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Golgo_13" target="_blank">Golgo 13</a></i>) y Masahiko Matsumoto, que es a la vez autor de este manga. Lejos de la perspectiva autobiográfica que nos prepone Tatsumi en su, por otro lado, excelente obra, Matsumoto se aproxima aquí al documental —dramatizado, si se prefiere—, y nos propone una historia absolutamente coral, en la que los tres dibujantes, e incluso los secundarios, tienen el mismo peso. Las diferencias entre un trabajo y otro son notorias, en buena medida porque las separan más de 16 años: la de Tatsumi comenzó a publicarse en 1995 y la de Matsumoto, la que nos ocupa, en 1979. No nos engañemos: que "Los locos del gekiga" haya tardado más de 40 años en publicarse en nuestro país dice mucho de la necesidad de su propia publicación —y también de la necesidad de una prensa especializada—: ¿Sinceramente, quién conoce a estos tres autores? Los tres, con permiso de Saito, son desconocidos para el lector medio —sea lo que sea eso—, y Matsumoto aún el más desconocido de los tres.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-E7WDfJ1BqzE/YSA2S0DkSDI/AAAAAAAA4Mo/oTI2xaib1_0l2nBIV1IIjflYFtUsVW7XwCLcBGAsYHQ/s220/1622621812-matsumoto-1959.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="151" data-original-width="220" height="219" src="https://1.bp.blogspot.com/-E7WDfJ1BqzE/YSA2S0DkSDI/AAAAAAAA4Mo/oTI2xaib1_0l2nBIV1IIjflYFtUsVW7XwCLcBGAsYHQ/w320-h219/1622621812-matsumoto-1959.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p>"Los locos del gekiga" explica los árduos inicios en el mundo del manga de estos tres autores con ideas innovadoras para una época, mediados de los 50, en la que reinaba el manga de aventuras infantiloides. Siempre a la sombra del dios Tezuka, intentaban hacerse un hueco con sus historias "sin humor", que fueron la semilla de lo que más adelante se conocería como "<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Gekiga" target="_blank">gekiga</a>", el manga adulto o, por hacer un paralelismo, lo que Eisner llamó novela gráfica. El trabajo de Matsumoto nos ofrece el entretenido periplo de esos tres dibujantes, pero también es un documento interesantísimo para descubrir cómo funcionaba el mercado editorial y el ambiente que lo envolvía: el negocio del alquiler de mangas, las rutinas de producción de las revistas, la consideración social de los magakas...</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-zb5nveBN2DQ/YSA2bbnSiBI/AAAAAAAA4Ms/HG0JKXH1xswqv3oEY3xPouhiuyKV-mQaACLcBGAsYHQ/s497/ge.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="346" data-original-width="497" height="222" src="https://1.bp.blogspot.com/-zb5nveBN2DQ/YSA2bbnSiBI/AAAAAAAA4Ms/HG0JKXH1xswqv3oEY3xPouhiuyKV-mQaACLcBGAsYHQ/w320-h222/ge.jpg" width="320" /></a></div><p>Si bien las recreaciones de este tipo suelen estar barnizadas de cierto romanticismo, aquí el autor no escatima en detalles escabrosos para recrear un ambiente, digamos, oscuro, a falta de un adjetivo mejor —¿patético?—. Matsumoto se aproxima con una mirada aséptica a su propia historia, en la que los problemas económicos, los dramas familiares, el alcoholismo, las envidias profesionales, las traiciones y las bancarrotas están tratadas con un humor negro de necesidad, ya que el propio autor es uno de los protagonistas. Magnífica, en este sentido, es la secuencia en la que el sensei da una lección a los tres jóvenes mangakas desde el lavabo mientras sufre problemas intestinales, y eso solo en la página 15.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-KIiEMdYX-xA/YSA2hjErLhI/AAAAAAAA4M0/PTV3yt9Qj0Ia644AI0kVk0f8QdWrNnvswCLcBGAsYHQ/s350/geki.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="258" data-original-width="350" height="237" src="https://1.bp.blogspot.com/-KIiEMdYX-xA/YSA2hjErLhI/AAAAAAAA4M0/PTV3yt9Qj0Ia644AI0kVk0f8QdWrNnvswCLcBGAsYHQ/w320-h237/geki.jpg" width="320" /></a></div><p>Matsumoto nos ofrece un drama, pues, divertido, que no pierde fuelle en sus 300 páginas plagadas de información muy interesante desde un punto de vista cultural. La narrativa, a veces algo atropellada, es sobre todo funcional, con pocas florituras, y una media de ocho viñetas por página que no dan respiro. El lector percibirá cierto encanto demodé en el estilo de Matsumoto, casi como el de la fervorosa inocencia de aquellas primeras historias para adultos, siempre bajo la amenaza de ser canceladas en el siguiente número. Uno diría, al toparse con el inesperado final de "Los locos del gekiga", que quizás aquí sucediera lo mismo, que alguien decidiera cortar la serie antes de tiempo. Pero, bien pensado, qué mejor final para esta historia que uno agridulce.</p><p>Y la edición de Satori, con un papel excelente, como es habitual, y traducción de Marc Bernabé.</p><p><br /></p><p style="text-align: right;"><span style="color: #666666;"><a href="https://www.linkedin.com/in/david-gonz%C3%A1lez-ab942749/" target="_blank">David G. González</a></span></p><p><br /></p>David G. Gonzálezhttp://www.blogger.com/profile/03300816895367029062noreply@blogger.com0