OTRO SALÓN NO ES POSIBLE (ESTO NO ES UNA CRÓNICA DEL XXXI SALÓN DEL CÓMIC DE BARCELONA)
por David González:
El año pasado, tras
concluir el XXX Salón del Cómic de Barcelona, no se hablaba de otra
cosa que del artículo que había escrito Santiago García en su
blog. En él hablaba de un salón dirigido más a los profesionales y
menos al entretenimiento puro y duro (por resumir). Un sector de los
profesionales del cómic (sobre todo los autores) comenzó una
campaña de acoso y derribo a través de las redes sociales contra
FICOMIC, o, más concretamente, contra lo que FICOMIC había hecho
del Salón del Cómic. Una campaña en pro de una feria más
profesional y contra todo el espectáculo que envuelve al Salón,
esto es: videojuegos, disfraces, conciertos y llaveros de Pikachu.
Ha pasado un año, y la
polémica, menos ruidosa, sigue ahí. Además de las diferentes
jornadas alternativas que han surgido o tomado fuerza durante este
año (el GRAF se celebró simultáneamente), he captado de nuevo un halo de
desánimo al salir del Salón. Pero este año, el desaliento no ha
venido por parte de los profesionales, sino por los amantes del
merchandising, las consolas y el cosplay. Sí, por ese “otro
público” que en realidad es una buena parte de las 106.000
personas que, según fuentes de FICOMIC, han pasado por el XXXI
Salón. La palabra que había en sus bocas era: “Decepción”.
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Fuente: FICOMIC |
No sabían explicar
exactamente porqué, pero no era muy difícil darse cuenta. Quizás
sí el sábado, con la nave llena de gente para arriba y para abajo: paseantes, fans, familias, curiosos... Pero el domingo, con calma, con
perspectiva, era fácil darse cuenta de lo que estaba pasando. Este
año, por ejemplo, no había manera de encontrar un cartucho de
Nintendo 64. Las novedades cinematográficas no eran especialmente
espléndidas (y los saldos de Selecta Visión los tenemos todos, ya).
El merchandising era mucho menos “kawai” que otros años (no vi
ni un P-Chan) y ni siquiera había muñecas de esas con los ojos
grandes que valen un pastizal, ni tiendas de ropa para lolitas
góticas. La zona de videojuegos seguía ahí, claro, pero parecía
más triste, escondida en el límite izquierdo de la nave. Incluso el
famoso señor que vende las golosinas a precios astronómicos había
perdido su privilegiado puesto central y había quedado relegado a
una oscura esquina.
No sabría deciros si todo
esto ha sido meditado o es pura casualidad. Si es un ardid de FICOMIC
para apaciguar loas ánimos de los profesionales o si simplemente
algunos de los expositores han decidido abandonar el Salón por
motivos económicos. O si es un poco de todo. Pero igual que el año
pasado los profesionales (y una parte de los aficionados) ponían en
duda el modelo del Salón, este año han sido ese otro sector que no
sé cómo llamar el que ha levantado las críticas. La frase más
lapidaria que he oído al respecto ha sido: “Se equivocan mucho si
no apuestan por los videojuegos”.
Algunas impresiones
Este año he oído
críticas de las exposiciones del Salón, pero yo he disfrutado mucho
con ellas, especialmente con la del western y las de Marvel y
Superman (la de los cuadernos de viaje, sinceramente, me pareció que
pecaba en exceso de falta de originales...). Creo que fueron
criticadas un poco por criticar, la verdad. Hablamos con algunos
amigos que estaban contentos con las ventas, y los stands de algunas
de las grandes librerías de Barcelona tenían siempre gente
alrededor. También se agotaron algunos cómics, como el Año Cero de
Batman en el stand de ECC (¡incluso se les acabaron las bolsas!). Y
las colas para los autógrafos, bueno, no eran tan quilométricas
como en los buenos tiempos, pero las había por todos lados.
Los que siempre están un
poco tristes son los fanzineros, a los que cada vez veo más
apartados del meollo del salón, en ese espacio entre los expositores
y la zona de conciertos, y además como de cara a la pared. Desde
aquí aprovecho para reivindicar para ellos un espacio central; ya no
digo en la entrada, pero como mínimo en un lugar con ambiente. (ACTUALIZACIÓN: Con posterioridad a este post, el fanzine ANDERGRAÜN publica esta carta abierta a FICOMIC)
En definitiva, creo que
FICOMIC tiene una ardua labor por delante si quiere contentar a todos
los sectores (por no decir los dos bandos) que mantienen vivo el
Salón del Cómic. Si es por proponer, que no falte: no sería la
primera vez que se abre un salón unos días para profesionales (y
concentrar ahí las actividades más especializadas) y otros días se
abre al público en general para la fiesta y demás espectáculos.
Qué queréis que os
diga... No sólo de pan vive el hombre.
PD: Y no dejéis de echar un ojo a la web de Viñetas y Bocadillos; excelentes entrevistas a los protagonistas del Salón.
PD: Y no dejéis de echar un ojo a la web de Viñetas y Bocadillos; excelentes entrevistas a los protagonistas del Salón.