ANT-MAN: Hay pelis de superhéroes y pelis con superhéroes

Hay pelis de zombis y pelis con zombis, westerns y películas del oeste, y hay pelis de superhéroes y pelis con superhéroes. No me había dado cuenta hasta que he visto Ant-Man (Peyton Reed, 2015). Por cierto, es la mejor película de superhéroes de la historia.

Sí, hay películas mejores. Guardianes de La Galaxia (James Gunn, 2014) es mejor, pero es una película de aventuras. Quizás Los Vengadores (Joss Whedon, 2014) sea mejor, pero es una peli de acción que podría protagonizar Tom Cruise tranquilamente. Pero Ant-Man es una película de superhéroes de verdad, que recupera el sentido de la maravilla de los cómics de Stan Lee, Kirby y Roy Thomas.

Desde que se anunció el rodaje de Ant-Man, me he preguntado a quién narices se le había ocurrido gastarse la pasta en una peli de un tipo que se encoge... Pues a un verdadero amante de los cómics de superhéroes, alguien con una visión clara y limpia. Y sí, ya sé que todo el mundo esperaba la película que podía haber dirigido Edgar Wright (un tipo, a mi entender, sobrevalorado); y que la carrera de su substituto, Reed, no prometía nada. Pero el director (o el productor, una ya no sabe a quién atribuir los méritos y las culpas...) ha dado en el clavo aunando lo mejor del cine familiar de los 80 con el espíritu de los cómics de Los Vengadores de los años 60 y 70.

A eso hay que sumarle diálogos frescos, humor ligero (mucho más blanco que en Guardianes de La Galaxia) y algunos toques de estilo que contribuyen a hacer la película divertida y moderna.

Ant-Man es un peli de superhéroes para toda la familia; cine familiar de verdad, que hace justicia a la edad de plata y consigue lo que Raimi y Burton no consiguieron con sus adaptaciones de Spiderman y Batman. Quizás se acercó Albert Pyum con la adaptación de Capitán América en 1990, pero lamentablemente la película era basura.

Así que Ant-Man se ha colado inesperadamente en mi top de Marvel Studios, junto a Guardianes de La Galaxia y Los Vengadores. Thor: El Mundo Oscuro (Alan Taylor, 2012) tampoco está nada mal, pero no es una peli de superhéroes. Es una tragedia.

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